Mostrando entradas con la etiqueta Partidos Políticos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Partidos Políticos. Mostrar todas las entradas

viernes, 5 de junio de 2015

El Apra y las izquierdas el 2016

http://larepublica.pe/impresa/opinion/3698-el-apra-y-las-izquierdas-el-2016
La República
La mitadmasuno
29 de mayo de 2015
Juan De la Puente
El 26 de abril pasado, el APRA llevó a cabo sus elecciones abiertas para renovar sus comités regionales, provinciales, distritales y sus comisiones provinciales de política.
Según los datos disponibles votaron ese día 280 mil ciudadanos, de los cuales solo entre el 15% y 20%, fueron inscritos en el padrón de afiliados. Otros datos son interesantes: que en Lima votaron 120 mil, en Piura otros 30 mil, que al proceso interno se presentaron más de 400 listas de candidatos, y que estas incluyeron a 5,200 aspirantes, de los cuales el 60% son jóvenes menores de 35 años y el 50% mujeres.
El proceso implicó la reactivación de núcleos partidarios que suman entre 2 mil y 3 mil militantes, alrededor de los cuales se constituyeron los tribunales electorales. Entre los resultados, en la mayoría de casos se produjo una renovación ordenada de dirigentes y se consiguió el objetivo del traslado de responsabilidades partidarias hacia militantes más jóvenes, con pocos casos de disputas violentas.
¿Por qué el APRA puede llevar a cabo elecciones abiertas en medio de la dura campaña que enfrenta, con frecuentes revelaciones de corrupción de sus militantes, mientras que ninguna de las dos vertientes de la izquierda, que ciertamente han impulsado el actual auge de los movimientos sociales, puede organizar una consulta parecida o estimular un proceso constituyente que involucre a por lo menos 200 mil ciudadanos, a 7 meses de la inscripción de listas para las elecciones del 2016?
Desde los años 80, incluso cuando Izquierda Unida (IU) llevó a cabo sus primarias internas con el modelo un militante un voto (1988), la respuesta a preguntas de este tipo son dos: “la izquierda privilegia la lucha y no la participación (electoral, se supone)” y “no toda consulta abierta es necesariamente democrática”. Ambas apreciaciones son estupendas en la medida en que resumen, luego de casi 30 años, una forma de pensar sobre la relación de la política con la sociedad.
La crisis del sujeto social del aprismo y de la izquierda es parecida; a ambos les ha sido sustraída gran parte de la representación vía los cambios en la economía y la sociedad. El APRA ha perdido el “sólido norte” y otras plazas en manos de grupos más pragmáticos respecto de las expectativas de movilidad social de los ciudadanos, en tanto que las izquierdas han perdido la relación fecunda con los movimientos vecinales y los asalariados.
Nadie sensato pretendería que el APRA y los partidos de la izquierda son muy similares. Por lo mismo, la reacción a estas pérdidas ha sido hasta ahora distinta y no se podrían explicar sin factores determinantes, en algunos casos muy desiguales, como el peso de la tradición cultural, el uso del clientelismo político, el papel del liderazgo y el rol de los incentivos del poder. Finalmente, la respuesta de los partidos a las crisis depende de su naturaleza, de cómo se ubica dentro de las tipologías en función de su base social, su orientación ideológica y su estructura orgánica.
El APRA, no obstante, está siendo más audaz que las izquierdas para encontrar una salida electoral. Encarando el hecho de que no puede legitimar los logros de su gestión 2006/2011, se prepara premunido de una fuerte voluntad política a construir una maquinaria electoral para procesar su traslado al centro político. De ese modo resuelve sus problemas de identidad que de paso ayuda a resolver los de unidad.
En cambio, la izquierda de jefes opera en una frecuencia distinta a la izquierda de la sociedad. Las cúpulas partidarias ya perdieron los primeros meses del año enfrascadas en el problema de la unidad, prestando poca atención a la necesidad de promover una salida electoral a la apuesta de la sociedad contra la corrupción, la inseguridad ciudadana, la desaceleración de la economía y la imposición autoritaria de #TíaMaría. De ser encarado este desafío, ojalá no lo sea con una danza alrededor de un programa confuso y kilométrico, con la misma emoción con la que los antiguos bailaban alrededor del fuego porque no sabían hacer otra cosa.

sábado, 16 de mayo de 2015

Mamá, yo quiero ser outsider

La República
La mitadmasuno
1 de mayo de 2015
Juan De la Puente
Trabajo con jóvenes universitarios y observo que un creciente número de ellos se propone dedicarse a la política y postular a cargos de elección popular. Me refieren que sus padres tratan de disuadirlos mientras que la realidad los impulsa a la acción. En más de una ocasión, un punto de transacción en sus diálogos familiares consiste en la promesa de que serán políticos independientes y outsider, sin relación con los partidos.
Les digo que solo una vez se es outsider y que la política más duradera y principista es la que se hace desde los partidos, programas e ideologías. Ello es cierto, como que según las encuestas la mitad de los peruanos pide candidatos distintos a los conocidos.
También es cierto que tuvimos algunos outsider que llegaron al Congreso en el actual ciclo democrático, y en algunas regiones y municipios. No obstante, salvo Humala el 2006, ningún outsider ha disputado la presidencia o se ha situado entre los grandes candidatos desde el 2001 (el mejor ubicado fue Humberto Lay el 2006 con 4,3% de votos).
No solo es desafiante la política tradicional sino también la nueva. De cara al 2016, no es imposible que surjan outsider por la derecha o por la izquierda. No obstante, en ambos casos y tomando en cuenta el escenario preelectoral, haría falta que además confronten puntualmente al sistema para diferenciarse del grupo ya conocido.
Ello no solo depende de la voluntad. En la derecha, haría falta que la inseguridad ciudadana gire en espiral violento, se transforme en mayor miedo y terminen fusionándose la percepción y la realidad. En la izquierda, haría falta que se generalice el rechazo a la corrupción y se haga más evidente la ruina del sistema político.
Es probable que esto no suceda, por lo menos en la dimensión necesaria para instalar outsider en el escenario. Queda la opción de un outsider menos “puro” de lo que espera el respetable, pero más clásico para el registro peruano, donde los dos outsider victoriosos, Ricardo Belmont (1989) y Alberto Fujimori (1990), irrumpieron desde el centro de un escenario polarizado.
Llámese como se llame, centrista, pro modelo o no antisistema, este formato de outsider también tiene una perspectiva acotada. Son los apuros por los que pasa el primero en lanzarse, Julio Guzmán, correcto y audaz pero cuyo buenismo de alquimia al parecer no es suficiente, y al que inmediatamente se le ha exigido ser, además de outsider, más antisistema.
La mitad del país espera un candidato nuevo pero los sondeos no han profundizado sobre los elementos de lo nuevo. Podría ser que eso no signifique un candidato “nuevo de verdad”, sino uno con atributos decisivos, como ser antisistema, con popularidad propia (la primigenia definición de outsider) aunque ya “contaminado” con la política, nuevo por ser de fuera de Lima, o que siendo parte del grupo conocido sea autónomo y distinto de él. Hay tantas formas de ser nuevo. Y de no serlo.
Un dato final conectado con el sueño del outsider es que la búsqueda/espera de lo nuevo también debe ser leída como la búsqueda/espera del cambio. Hasta ahora, y salvo la narrativa liberal de Mario Vargas Llosa entre 1987/90, el cambio social es lo único que ha podido venderle al país una ilusión electoral sin precisar de un outsider, desde Alan García –en sus dos versiones, el futuro diferente de 1985 y el cambio tranquilo del 2006– y Ollanta Humala y la gran transformación/hoja de ruta del 2011. Esto explica la reciente patología de los candidatos de derecha que satanizan a la izquierda pero se presentan como izquierdistas.
Belmont y Fujimori aparecen lejanos. Entre ellos y nosotros hay 25 años de antipolítica –con 8 de autoritarismo y 15 de un ciclo democrático que expira–, una historia de fracasos de independientes y tecnócratas, y un período de contrapolítica que ha empezado a poner sus reglas. La espera de un outsider se parece a veces a un argumento del realismo mágico literario, el infinito retorno de la bananera a un pueblo abandonado y al que le cuesta imaginar el futuro, que García Márquez relata en sus memorias.

sábado, 26 de julio de 2014

Transfuguismo, contagio masivo

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/transfuguismo-contagio-masivo-11-07-2014
La República
La mitadmasuno
11 de julio de 2014
Juan De la Puente
El cierre del plazo de inscripción de las listas que competirán en las elecciones del 5 de octubre permite apreciar fenómenos que reflejan la evolución de la dinámica nacional/regional, una de las que atraviesan el sistema político, y de la correlación de fuerzas transparencia/corrupción en los ámbitos regional y local.
El número de listas es casi igual al de los comicios del 2010, ahora 14,171 frente a 11,170 de aquella vez, aunque se registran cambios al interior de las cifras generales. La competencia para los gobiernos regionales tiene menos listas (322 ahora contra 342 en los anteriores comicios) y un despliegue desigual de los partidos nacionales. En las elecciones regionales anteriores los partidos presentaron menos listas que ahora, 143 contra 159, en un contexto de crisis que afecta de distinto modo a los partidos nacionales.
Alianza para el Progreso (APP), el fujimorismo y UPP incrementan sus candidaturas respecto del 2010, pasando el primero de 16 a 24 regiones, el segundo de 13 a 15 y el tercero de 7 a 9. En otra dirección, decrece el número de listas de otros partidos como el Apra (de 24 a 14 regiones), Acción Popular (de 20 a 17 regiones), Perú Posible (de 17 a 8 regiones), Somos Perú (de 11 a 6 regiones), Restauración Nacional (de 11 a 3 regiones) y los Fonavistas (de 17 a 10 regiones).
Nuevas agrupaciones irrumpen en el escenario regional; es el caso del Partido Humanista (11 regiones), el Frente Amplio, a través de Tierra y Libertad (11), Siempre Unidos (6), Perú Patria Segura, ex Cambio 90 (6) y Vamos Perú (7). El PPC participa en 7 regiones como lo hizo el 2010 y Solidaridad Nacional en 5.
A simple vista, la inscripción ahora de 163 movimientos regionales frente a los 199 en los anteriores comicios es un dato seco que podría indicar una ligera recuperación de los partidos nacionales en las regiones o su relativo retorno. Sin embargo, ni la ecuación menos movimientos regionales y más partidos regionales es igual a más democracia, ni la presentación de listas partidarias sintetiza necesariamente un proceso democrático.
Lo que se aprecia antes bien es el contagio mutuo del transfuguismo y de la enfermedad del fichaje electoral, y la desaparición de los últimos rezagos de democracia interna e institucionalidad partidaria. En buena parte de casos, los partidos nacionales designaron como sus candidatos a caudillos regionales con los que negociaron el uso de la marca electoral en tanto que los movimientos regionales “extrajeron” candidatos de los partidos nacionales, un frenético transfuguismo que en el Cusco llegó a extremos: militantes de un mismo partido se repartieron en varias listas en tanto que los partidos se prestaron candidatos para cumplir con la ley electoral (Amaru, Revista Andina de Política y Cultura).
A pesar de lo señalado, es preciso reconocer dos movimientos que operan en sentido inverso; por un lado, se ha frenado la expansión de los movimientos regionales como una alternativa a los partidos nacionales; al mismo tiempo, algunos aparatos nacionales resisten la crisis relocalizándose en las regiones en una perspectiva de acumulación partidaria sin ideario y programa, y solo pensando en la ocupación de espacios de cara al 2016. Ese parece ser el caso del fujimorismo y de Alianza para el Progreso.
Finalmente, esta relocalización es también desigual. El país aparece dividido en bloques significativos. Uno en el que los partidos presentan cara a los movimientos regionales, como en Arequipa (12 listas partidarias de un total de 18), Apurímac (6 de 10), Ayacucho (7 de 12), Ica (10 de 14), Junín (7 de 13), La Libertad (8 de 11), Lambayeque (10 de 13) y Moquegua (5 de 9). El otro bloque es de regiones, en la mayoría de las cuales la corrupción es escandalosa y masiva y en las que los partidos están en el umbral para afuera, como en Amazonas (2 de un total de 9), Cajamarca (3 de 8), Cusco (6 de 14),  Huancavelica (2 de 9), Huánuco (6 de 14), Loreto (2 de 7), Puno (2 de 10) y Ucayali (3 de 13).

viernes, 27 de diciembre de 2013

2014 y los sembradores de vientos

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/2014-y-los-sembradores-de-vientos-06-12-2013
La República
La mitadmasuno
6 de diciembre de 2013
Juan De la Puente
Los partidos políticos nacionales se preparan nuevamente para cosechar tempestades y la siembra es más intensa que en el pasado. Se disponen a culminar el abandono de las regiones y municipios en las elecciones del 2014. A excepción de uno, Acción Popular, han decidido como prioridad no presentar candidatos propios y en cambio negociar con los movimientos regionales cupos en las listas. En otras plazas, sus líderes se despojan del uniforme partidario para crear movimientos independientes en tanto el partido se desactiva.
Con ello culminará el proceso de instalación en el poder de las elites regionales. En las elecciones del 2002, los partidos cosecharon el poder en 18 regiones; el Apra obtuvo 12 regiones, los otros partidos nacionales (Perú Posible, FIM, Somos Perú, Patria Roja y UPP) otras 6, y los movimientos regionales triunfaron en 7. No obstante, solo los del Apra mantuvieron una relación política con el partido. Los elegidos por los otros partidos fueron “fichajes” de temporada electoral que a poco de ser elegidos se separaron del partido que los cobijó, de modo que en la práctica, 13 de las 25 regiones fueron gobernadas por líderes regionales. El 2006 el divorcio entre política nacional y elite regional se acentuó; el Apra obtuvo solo dos presidencias regionales, UPP una y Patria Roja otra. Las elites regionales tomaron 21 regiones.
En las elecciones del 2010, El Apra, Somos Perú y Acción Popular ganaron una región cada uno y Alianza para el Progreso dos. Las otras 20 regiones fueron ganadas por movimientos regionales. No obstante, solo dos de los presidentes regionales se relacionan con su partido nacional (La Libertad y Lambayeque), en tanto que un presidente regional elegido como independiente se relaciona con su partido nacional (Cajamarca), de modo que para efectos prácticos las elites regionales manejan 22 de los gobiernos regionales.
En el ámbito municipal, el 2006 los partidos triunfaron en 88 (45%) de las 195 alcaldías provinciales, pero ya se advertía el desplazamiento de los movimientos regionales hacia ellas, haciéndose de 74 alcaldías provinciales (38%) en tanto que los movimientos provinciales ganaron 25 alcaldías (8%) y las alianzas electorales 18 (9%). El 2010 los partidos retroceden, ganan en 53 de las 195 provincias, las alianzas en 15, las organizaciones locales en 26 y más de 100 provincias pasan al control de los movimientos regionales.
En los distritos los partidos aún resisten; el 2006 ganaron en 839 (51%) de las 1,615 circunscripciones, los movimientos locales distritales y provinciales triunfan en 158 (10%) de ellas y las alianzas electorales en 155 (10%). No obstante, los movimientos regionales ganaron en 463 distritos (29%). El 2010 los partidos ganan 489 (30%) alcaldías de los 1,605 distritos donde se realizan elecciones y los movimientos regionales más de mil.
En resumen, los movimientos regionales gobiernan en casi todas las regiones, en más del 50% de alcaldías provinciales y en dos tercios de las alcaldías distritales. Con excepciones reproducen allí las prácticas clientelares tradicionales con una escasa visión de país. Eso no sería mucho más dañoso que la tragedia de los partidos si no fuese por la severa crisis de la representación regional.
Hay pocos presidentes regionales que no se encuentran investigados. Uno de ellos, el de Ayacucho, se encuentra prófugo, otro investigado por lavado de activos y a un tercero le embargaron sus bienes en un proceso por cobros indebidos. Por lo menos 8 presidentes regionales tienen pendientes sentencias judiciales por casos de corrupción. Al mismo tiempo, en este período, el JNE ha batido el récord de alcaldes vacados y suspendidos.
La corrupción no tiene militancia aunque la fragmentación, la volatilidad y la antipolítica han convertido a la corrupción en el principal problema de las regiones. No obstante, la decisión de los partidos nacionales de dejar la representación regional y local en manos de una elite precaria penetrada por la corrupción, es grave.

viernes, 29 de marzo de 2013

Ante los profetas, defensa del oficio

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/ante-los-profetas-defensa-del-oficio-22-03-2013
La República
La mitadmasuno
22 de marzo
Juan De la Puente
El análisis político es un oficio que no pertenece al corazón o al hígado, y que obliga a la objetividad aunque no reclame imparcialidad. Por eso sorprende el aluvión de análisis disparatados de los resultados de la revocatoria del 17M, planteados de un modo simplón donde los perdedores y ganadores integran un cuadro bicolor, blanco para ganador y gris para perdedor, despreciando la delicada imagen de un mosaico lleno de colores y posibilidades.
Estos análisis reflejan una ortodoxia persistente y pasadista, un ejercicio deficiente de la ciencia política que se niega a usar los instrumentos de interpretación; que no aprecia los fenómenos sino solo los hechos; que considera los votos en volumen, confundiendo los partidos con sus líderes y las ideas con los movimientos sociales; y que no analiza las tendencias pero en cambio, profetiza, adivina y sentencia. Es obvio que este ejercicio lleva a un menjunje que vale para el chamanismo pero no para la política.
La votación del domingo sintetiza un cuadro complejo de opciones en pugna por constituirse en tendencias. Los electores han tirado las cartas sobre la mesa y corresponde a los actores políticos y a las instituciones ordenar estas en función de sus intereses y estrategias. Carlos Meléndez acertadamente lo ha denominado un escenario mixto.
En términos personales, Susana Villarán y Lourdes Flores son dos grandes triunfadoras, la primera por ganar una revocatoria dirigida contra ella y la segunda por su incursión decisiva para la victoria del No, exponiendo ante el país una inusual ética pública donde más importan Lima y la vigencia de su partido que su derrota en las elecciones municipales pasadas.
Revocados o no también ganan un conjunto de líderes que constituyen una reserva ascendente de políticos llamados a protagonizar la representación política, encabezados por Marisa Glave, Pablo Secada, Eduardo Zegarra, Alberto Valenzuela y Mónica Saravia, entre otros. Otros líderes como Patricia Juárez y Mauricio Mulder, de la opción perdedora, también ganan aun en el revés.
Es cierto que Luis Castañeda aunque no muerto es el líder que más pierde. No es el caso de Alan García que supo colocarse de perfil y tras su partido en el debate revocatorio. En este tema, es un error confundir el Apra con García y aunque el primero se encuentre en el grupo de partidos que pierden la revocatoria, debe sopesarse el hecho de que tuvo derrotas más severas en las últimas décadas de las que salió airoso. Si se trata de ganar o de perder, no todos ganan o pierden con la misma intensidad; solo si se trata de buscar titulares periodísticos fáciles se puede enterrar con la palabra ideas, grupos, personas y movimientos.
El PPC, qué duda cabe, que es el gran ganador; para la izquierda, en cambio, el 17M tuvo un sabor agridulce, el caso típico de una fortaleza salvada a costa de la debilidad suprema del ejército. Sin embargo, siendo nada deseable, el resultado plantea un nuevo momento para la izquierda que solo será posible con Villarán en la alcaldía.
Proclamar la bancarrota de la izquierda tiene más de brujería que de raciocinio, curioso porque la izquierda ha sido varias veces sepultada sin que esté muerta y porque los sepultureros ignoran la enorme fuerza de la izquierda social. En el futuro será más difícil ahogar a una izquierda moderna que supo abrir la Municipalidad de Lima a la inversión privada, a las asociaciones público/privadas y ahora a un pacto con el PPC y otros partidos.
El 17M no mató a nadie pero plantea desafíos ante los cuales nadie ha comprado un seguro. En las elecciones de noviembre el PPC tendrá que revalidar su ascenso en la capital, la izquierda pugnar por votos propios para acompañar el fin de la gestión de Villarán y el resto de partidos tendrá que figurar en el proceso de cara al 2014 y al 2016. Sin embargo, el principal desafío será para Susana Villarán: si logra cristalizar un gobierno multipartidario y exitoso, este será su mejor carta de presentación para el futuro.

martes, 15 de enero de 2013

Congreso: tres escenarios y una salida

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/congreso-tres-escenarios-y-una-salida-11-01-2013
La República
La mitadmasuno
11 de enero de 2013
Juan De la Puente
Los caudillos que en las elecciones del 2011 se impusieron a los partidos políticos y destrozaron la institucionalidad que les quedaba, eligiendo personalmente los candidatos al Congreso, acaban de recibir el vuelto. Los parlamentarios, hijos legítimos del matrimonio entre el voto preferencial y la personalización de la política, se han independizado de las estructuras partidarias más rápidamente que en periodos anteriores y han sometido al actual Congreso a trance casi trágico.
Los componentes de esta etapa de la crisis de representación son dos. En lo externo, la crisis de legitimidad que coloca al Congreso ante respaldos mínimos y la crisis interna, que ha esterilizado al Legislativo al extremo de que las principales leyes aprobadas el año pasado fueron por iniciativa del gobierno.
El caso del bono de representación ha llevado la crisis a extremos; el Parlamento podría haber sido tomado por un grupo variopinto y pragmático que estaría tutelando a una Mesa Directiva débil. Este grupo se ha expresado en las palabras de José Luna Gálvez, actual presidente moral del Congreso, quien ha lanzado un desafío violento y peligroso a los ciudadanos: “Si quieren un buen Congreso páguenle bien, si no revóquenlo”, a sabiendas que ambas cosas no son viables ahora.
El Parlamento va camino a convertirse en la principal fuente de precariedad institucional y sus enemigos históricos ya han señalado entre dientes su alternativa clásica, es decir, cerrarlo. Esta opción antijurídica y golpista es todavía lejana, sobre todo porque el país disiente de ella y porque la sociedad no se encuentra como en el pasado presionada por los imperativos falsamente antagónicos de orden vs. la libertad. Sin embargo, vale la pena reseñarla como una alternativa porque corresponde a una visión de quienes consideran que es perfectamente posible una democracia sin Congreso si ya tenemos una democracia sin partidos.
La segunda opción es el de la cólera ciudadana, legítima pero con escasa perspectiva. Tendremos en adelante la exigencia de que todos los parlamentarios se vayan a su casa inscrita en las reivindicaciones sociales y en los programas políticos. Debe reconocerse, sin embargo, que desde hace 20 años el “que se vayan todos” es casi una realidad en el Perú, un país cuya tasa de reelección de parlamentarios (27%) es la más baja de América Latina, de modo que tres de cada cuatro congresistas elegidos son nuevos y eso no significa, necesariamente, que el Parlamento mejore.
El tercer escenario es el de la reforma democrática que debería estar en manos del mismo Parlamento que, dejando de lado su vocación suicida, tendría que abordar los cambios en el sistema político y de elección de representantes atascados desde el año 2001, particularmente la eliminación del voto preferencial, el financiamiento público de las campañas, las elecciones primarias obligatorias, la alternancia de género en las listas de candidatos, la renovación por tercios o por mitades y la reducción de los distritos electorales para hacer más directa la representación.
Es obvio que este Congreso no abordará por sí mismo esta reforma, de modo que la única salida es la gestación de una iniciativa ciudadana que haciendo uso de los mecanismos de participación política que la Constitución reconoce se dirija al pueblo y recabe de él adhesiones firmadas para presentar proyectos de reforma política en el Parlamento. Es cierto que ello tampoco garantiza que el Congreso se reforme; sin embargo, se habrá iniciado un camino de participación y movilización ciudadana que en el mediano plazo logre resolver la crisis de representación y nos devuelva un mejor Parlamento con congresistas más legítimos. En el horizonte esta es la única salida práctica, viable y democrática que por un lado ataje el empeño autoritario que está sembrando un cierre del Congreso en el largo plazo y, al mismo tiempo, permita un horizonte constructivo a la indignación ciudadana.

viernes, 4 de enero de 2013

Partidos, retorno a las regiones

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/partidos-retorno-las-regiones-04-01-2013
La República
La mitadmasuno
4 de enero de 2013
Juan De la Puente
Este año será preelectoral, a pesar de que las candidaturas a las elecciones regionales y municipales recién serán definidas en el primer semestre del 2014. Varios hechos convertirían estos meses en cruciales: el anuncio de la adopción de un mecanismo para concretar el financiamiento público de los partidos, los cambios a la Ley de Partidos y la probable alteración del número de firmas requeridas para la legalización de los grupos políticos. Esta etapa será también escenario de un debate mucho más dinámico sobre el conjunto de la reforma política.
En ese contexto convendría que los partidos nacionales celebren un pacto cuyo propósito sea retornar a las elecciones regionales y locales y no repetir el abandono de esta competencia como en las elecciones del 2006 y 2010. No habrá ninguna esperanza para la reconstrucción del sistema de partidos si junto con las normas que se proponen los partidos nacionales no concretan una firme voluntad de participación, competencia y presencia en el territorio de la República. La primera interrogante de cara a las elecciones regionales y municipales del 2014 es si se frenará la disolución de los partidos fuera de Lima.
El divorcio entre la política nacional y regional/local es creciente. En las elecciones del 2006, los partidos ganaron en 88 (45%) de las 195 provincias, en un proceso en que ya se advertía el avance de los movimientos regionales, los que se hicieron de 74 alcaldías provinciales (38%). En tanto que los movimientos provinciales ganaron 25 alcaldías (8%) y las alianzas electorales 18 (9%). Ese año los partidos nacionales todavía resistían en los distritos, ganando en 839 (51%) de los 1.615 donde hubo elecciones, en tanto que los movimientos locales y provinciales ganaron en 158 (10%), las alianzas electorales en 155 (10%) y los movimientos regionales en 463 (29%).
En las elecciones del 2010, los partidos retrocedieron notablemente, ganaron solo 53 de las 195 provincias, las alianzas electorales en 15, los movimientos locales en 26 y los movimientos regionales más que 100 provincias. Ese mismo año, los partidos solo ganaron en 489 distritos y los movimientos regionales en más de 1.000.
Es también evidente la debilidad de los partidos en los gobiernos regionales. En las elecciones del 2010, el Apra, Somos Perú y Acción Popular ganaron cada uno una región y Alianza para el Progreso 2. Las otras 20 regiones fueron ganadas por los movimientos regionales. No obstante, solo 2 de los presidentes regionales (La Libertad y Lambayeque) se relacionan con su partido nacional.
La necesidad de que los partidos pacten su retorno a las regiones y municipios, no implica una crítica descalificadora de los movimientos regionales. Algunos de ellos, como el de San Martín, para citar un caso, constituyen una vocación de partido regional. La mayoría, sin embargo, resume el mismo vicio caudillista de los partidos nacionales a lo que se suma una falta de visión nacional de la política. En otro ángulo, son élites y son nuevas en el poder regional y local, pero no en la política; sus líderes han pertenecido a partidos nacionales o participado en el proceso político y por tanto cuentan con experiencia previa. También debe repasarse la formación de mayorías. En las elecciones del 2002, solo en 3 regiones los ganadores superaron el tercio de votos. Las elecciones del 2006 y 2010 han ratificado esa tendencia conduciendo a la segunda vuelta regional.
La necesidad de un pacto para retornar el escenario regional y local es parte de la reforma política y va en una dirección distinta al reciente proyecto de ley presentado por el PPC para elevar el número de firmas requerido para los movimientos regionales. En una versión del perro del hortelano electoral, los partidos no pueden impedir la política regionalista si es que no se proponen un ejercicio nacional partidario. Sería riesgoso que la ley fomente un enfrentamiento entre política regional y nacional. En cambio, el camino para un acuerdo de participación está abierto.

domingo, 8 de abril de 2012

El Callao, el paraíso en llamas

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-callao-el-paraiso-en-llamas-05-04-2012
La República
La mitadmasuno
5 de abril de 2012
Juan De la Puente
Los recientes sucesos del Callao descubren prácticas corruptas generalizadas en lo que fue hasta hace poco uno de los laboratorios más renombrados de una forma de hacer política en el Perú. Pero es más que eso; al caerse el telón sobre los actores aparecen desnudas relaciones de poder y comportamientos sociales envilecidos por un ejercicio público vendido durante 15 años como el remedio local/regional a los males de los partidos y la política tradicional.
Chim Pum Callao era el prototipo del movimiento regional eficaz, pragmático y exitoso. Sus líderes salieron del PPC recusando la burocracia partidaria para fundar con los ciudadanos de su ámbito una relación más cercana. Centenares de caudillos hacen lo mismo con el mismo argumento en distritos, provincias y regiones reduciendo a los partidos nacionales a la competencia presidencial y parlamentaria.
La mayoría de estos movimientos realmente no lo son; operan como la prolongación de la moda de políticos independientes obligados por la Ley de Partidos a una formalidad mínima. No son ni peores ni mejores que los partidos franquicia que se organizan para las elecciones generales, venden candidaturas y desaparecen luego de los comicios. Pero tampoco son lo nuevo.
Además del espionaje y ajuste de cuentas, el legado de Chim Pum Callao es desastroso; el primer puerto del país carece de actores sociales fuertes y autónomos y de proyecto de desarrollo. El Callao luce como una sociedad fragmentada y sin élites, donde la competencia política no discurre por los canales institucionales sino a través de prácticas violentas e ilegales. Se puede afirmar lo mismo del ejercicio del poder en el que se privilegia el clientelismo y el populismo más extremo, males atribuidos a los cuestionados partidos nacionales. En el paraíso que ahora arde, la justicia fue comprada por el poder político, de modo que el modelo de impunidad puede repetirse ad infinitum.
Las llamas de este incendio deben preocuparnos porque en otras regiones y municipios las redes ilegales en el poder son más fuertes, más organizadas y más temerarias. Es extraño que el parlamento tenga a grupos que compiten entre sí en la investigación del anterior gobierno pero dejan en la impunidad los estropicios anteriores en regiones como Puno, Áncash, Cusco, solo por citar los más denunciados. Quizás también sea hora de debatir qué debe hacer el sistema cuando se advierte un régimen de corrupción generalizada en un ámbito territorial y si es suficiente que frente a esta situación solo actúe el Poder Judicial, y el Congreso en vía de investigación no vinculante. Desde el período del ministro Víctor García Toma se tiene en la mesa una propuesta de intervención en defensa de la Constitución, con jurisprudencia en las figuras de la desaparición de poderes de la Constitución de México y de la intervención federal que establece la Constitución Argentina.

jueves, 12 de enero de 2012

Revocatoria, política y derecho

La República
La Mitadmasuno
12 de enero de 2012

Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/revocatoria-politica-y-derecho-12-01-2012


Se registra un debate confuso sobre la revocatoria de la alcaldesa Susana Villlarán. Para algunos, no debería proceder porque la iniciativa está marcada por el odio ideológico y la revancha; para otros, la razón principal reside en la pretendida ineficiencia de la alcaldesa, la que, en defensa de Lima, debería ser echada. Una tercera visión dice que a pesar de los propósitos, la iniciativa es legal.
Un primer ámbito, el jurídico debería ser intangible. La revocatoria es, sobre todo, un derecho reconocido en la Constitución; su existencia enriquece los derechos políticos, particularmente el de sufragio y otros conexos como el de demandar al poder. Incorporado en el texto de 1993 (artículos 2° inciso 17 y 31°) amplía el alcance del artículo 64° de la Constitución de 1979 con mecanismos de democracia directa y de participación.
El derecho de participar en los asuntos públicos asume tres formas: Derecho de elección, democracia directa (referéndum, iniciativa legislativa y revocación de autoridades); y de participación ciudadana (rendición de cuentas). La Ley de los Derechos de Participación y Control Ciudadanos precisa que son derechos de participación la iniciativa de reforma constitucional y de leyes, y de referéndum, y que son derechos de control, la revocatoria y remoción de autoridades y la demanda de rendición de cuentas.
Allí reside el ámbito político de la revocatoria; opera como una forma de control político ciudadano y colectivo, un mecanismo de censura en la misma dirección de otras censuras, como la parlamentaria. Esa naturaleza obliga a un procedimiento, en este caso las firmas, pero el asunto de fondo es el cuestionamiento político a la autoridad y su rechazo a ella, motivado aunque no necesariamente probado.
El derecho reconocido y el control que de él nace, como contenido del principio de la representación, es criticado por quienes absolutizan su condición de democracia directa y se sienten satisfechos solo con la democracia representativa, aunque la revocatoria es también criticada por quienes sostienen que es una evidencia que el sistema político peruano es demasiado abierto. Este es un debate sano, aunque parece difícil oponerse a la revocatoria obviando a sus “hermanas”.
También es cierto que la revocatoria contra Susana Villarán pone sobre la mesa, más que el derecho mismo, el uso de este por facciones conservadoras de la sociedad, liderazgos sociales resentidos y negociantes ávidos de ganancia. Es por ello, una buena noticia que el esfuerzo de los revocadores haya tensado las fuerzas que respaldan a la alcaldesa y, paradójicamente, ayudado a esta a mejorar tanto su gestión como su perfil público. Podría ser el germen de un movimiento que defienda el derecho de quienes vivimos en Lima a construir una ciudad donde mande la gente.

jueves, 23 de junio de 2011

Que decida la gente

La mitadmasuno
La República
23 de junio 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/23-06-2011/que-decida-la-gente


Los italianos rechazaron en el referéndum del 12 de junio la privatización de los servicios de agua, los planes de expansión de la energía nuclear y la llamada Ley del Legítimo Impedimento, que permitía al primer ministro invocar tareas de gobierno para no acudir a los procesos penales. Según la Constitución italiana, para que ese tipo de referéndum sea válido deben acudir a las urnas más del 50% de los electores. A pesar de que el gobierno de Silvio Berlusconi llamó a los ciudadanos a abstenerse, el 57% fue a votar y de ellos más del 94% lo hizo por derogar las iniciativas legales oficialistas. Los cuatro No al gobierno fueron bautizados como los del Bien Común.
Desde hace 18 años no prosperaba en Italia un referéndum derogatorio, un tipo de consulta que deben solicitar 500 mil electores o cinco de los 20 consejos regionales. La coalición que impulsó este pronunciamiento ciudadano fue vasta e incluía a partidos, sindicatos, ONG, intelectuales, redes sociales y la Iglesia Católica, la que apoyó el carácter de bien público del agua. En una declaración, los obispos italianos aseguraron que “el agua es un don de Dios y pertenece a todos”.
La Constitución permite en Italia cuatro tipos de referéndums: los regionales, los de alteración territorial, los derogatorios y los confirmatorios de reformas constitucionales. De hecho, el 2006 los italianos rechazaron en una consulta la reforma que cambiaba 50 artículos de la Constitución implantando un modelo federalista con mayor autonomía para las regiones y más poder para el primer ministro.
Con la Constitución de 1993 los peruanos votamos en tres referéndums, uno ese mismo año para validar su texto, probablemente ganado por el No; el segundo, el año 2005 en 16 departamentos, para la formación de 5 regiones; y el tercero, el 2010 para la devolución de los aportes del Fonavi. Aun así, ni la iniciativa legislativa ni el referéndum son recurridos en el Perú como opciones de cambio. En el caso del referéndum, es probable que la razón sea el número de firmas requeridas.
Los próximos años son páginas en blanco para las iniciativas de democracia directa. Las reformas políticas podrían tener un curso de legislación alternativa, especialmente las referidas a los partidos políticos, al voto preferencial, al incremento de la cuota de género, al voto voluntario o al cambio en las circunscripciones electorales, entre otras.

jueves, 7 de abril de 2011

El elector perezoso

La mitadmasuno
La República
Jueves 7 de abril de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/07-04-2011/el-elector-perezoso

Se ha escrito y debatido extensamente sobre el papel de los partidos y de los líderes en esta campaña pero muy poco sobre los medios y los electores, especialmente estos últimos, objetos de adulación populista y, al mismo tiempo, de exclusión política. Una apreciación de su rol actual quizás nos lleve a desnudar algunos mitos porque una de las razones de la fallas en los sistemas de predicción electoral se refiere al cambio de la racionalidad del votante, particularmente de aquél que deja de tener eso que se llama preferencia política. Sin embargo, la fragmentación como explicación de la volatilidad de nuestro electorado no parece completa; debería complementarse con otra: el alejamiento ciudadano de la política, es decir, la antipolítica.

Sobre el caso, algunas preguntas son mas fáciles de responder: ¿Por qué un elector no vota por el mismo partido que la vez anterior? Porque los elegidos no cumplen sus promesas, porque las ofertas han cambiado sustancialmente o porque los partidos no son los mismos de una elección a otra.

No obstante, hay otras preguntas más complejas frente a las cuales solo caben por ahora hipótesis: ¿Por qué la mayoría de electores no define su voto antes del inicio de la campaña electoral y, peor aún, espera las últimas semanas o días para escoger una opción? Entre las respuestas se puede encontrar una que rechaza la idea del elector ignorante, pobre, poco instruido y fácil de engañar (electarado): que al igual que muchos políticos la mayoría de electores no son políticamente correctos, y se comportan como una demanda populista que determina o se encuentra con una oferta igualmente populista.

En esa lógica no existe un “pobre” elector desinformado y un político avezado que lo seduce. Al contrario, es un negocio entre dos culturas populistas, resultado de una perversa asociación entre el sistema electoral y el mercado donde el voto es el dinero, los votantes los consumidores y los partidos las empresas, fenómeno estudiado desde la crítica al populismo (Echazarra; 2005).

En el ámbito de ese quién da más el elector tiene también una culpa. En su pereza ciudadana no le exige responsabilidad política a los políticos, acepta que su participación sea recortada y que el diálogo político sea cero y, al mismo tiempo gana, o cree que gana, estabilidad, empleo y obras. ¿Quién es más perezoso, el político que solo ofrece estabilidad o el elector que renuncia al cambio?

viernes, 11 de febrero de 2011

Elecciones de a tres

La mitadmasuno
La República
Jueves 10 de febrero de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/10-02-2011/elecciones-de-tres

Un proceso electoral implica un conjunto de complejas relaciones que se establecen entre los actores públicos. Sin embargo, son tres entre quienes circulan principalmente los mensajes de ida y vuelta, es decir, los candidatos, los electores y la prensa, de modo que es inconsistente sostener que son los primeros los exclusivos emisores de ideas y que los medios solo son transmisores y los electores destinatarios. Toda campaña moderna, y más aún la presente, que desnuda la crisis de legitimidad y de mediación de la política, es cada vez menos un juego clásico y lineal donde los políticos poseen el monopolio de la comunicación.
En la actual campaña los partidos son criticados tanto por la falta de centralidad de sus mensajes como por la ausencia de modelos completos de competencia política. Se ha dicho de la mayoría de ellos que carecen de ideas, que su apuesta básica es lo adjetivo y anecdótico, que se mueven con una lógica reactiva y sin plan establecido, y que son proclives a la guerra sucia más que a la propuesta. Todo eso es cierto.
Pero también es cierto que las otras dos partes de la ecuación, los medios y los electores, no son superiores a los políticos en campaña. Salvo espacios ya conocidos, la prensa peruana se merece a los políticos que critican pero toleran, que cuestionan pero perdonan, que denuncian pero olvidan, que miran con desdén pero incorporan de modo acrítico a su lógica informativa. Una revisión del quehacer de los medios indica que mayoritariamente son corresponsables del empobrecimiento de la campaña.
Las unidades de investigación fueron eficaces en encontrar a los candidatos con secretos guardados, pero la prensa no ha revisado los planes de gobierno ni la sostenibilidad de los cerca de 2 mil compromisos propuestos. Tampoco evidencian su desagrado por el cómo son abordados los temas electorales.
Dos ejemplos: 1) La prensa colabora con el show de las pruebas toxicológicas pero no indaga que se propone hacer cada partido frente al narcotráfico; y 2) Cuestiona a los políticos tradicionales pero pone el acento informativo, por escrito y audiovisualmente, en el aspecto carnavalesco de las giras, es decir, el disfraz del candidato, el baile forzado, el niño cargado, la mujer pobre besada y la cerveza tomada a pico de botella. ¿Por qué se quejan si el modelo de campaña lo han construido medios, periodistas y políticos?

jueves, 30 de diciembre de 2010

Cambio si, reforma no

La mitadmasuno
La República
Jueves 30 de diciembre 2010
Juan De la Puente
La década iniciada el 2001 tuvo como principal promesa la democracia. Aquel momento parecía el efluvio de una sociedad que salía del poder oscuro y de la corrupción y la promesa consistía, exactamente, en hacer estable, permanente e irreversible aquel destello que resumía varias inquietudes, viejas y nuevas.
Las palabras que bañaban ese sentido común mayoritario eran, además de elecciones libres, transparencia, libertad, descentralización y empleo, aunque eran otras tres las que presidían todo discurso político: democracia, consenso y reformas.
El balance de la década proyecta los claroscuros de un país que ha hecho una parte de la tarea pero que ha olvidado los aspectos más inexcusables de la promesa. Decirlo cuando el discurso oficial público y privado se escuda en el auge económico para evitar el análisis parece de aguafiestas.
Habría que responder blandiendo dos datos que trae el Latinobarómetro 2010, recientemente presentado. El primero, que un escaso 18% de peruanos se siente satisfecho con la economía; y el segundo, que los satisfechos con la democracia apenas llegan al 28% a pesar de que el 61% dice respaldar el sistema; es decir, los demócratas insatisfechos alcanzan el 33%.
No es poco que en 10 años hayamos reducido más de 20 puntos de pobreza, recuperado empleo y casi alcanzado varios de los Objetivos del Milenio (ODM), que inicialmente nos propusimos alcanzar el 2015. Tampoco es despreciable que esto se haya logrado en un contexto de auge económico estable y en el marco de las reglas de juego de la democracia. Sin embargo, esos y otros datos del Latinobarómetro ya no permiten sostener que la buena economía es autónoma de la mala política. En adelante será cada vez más difícil separar política y economía.
Es ya un lugar común afirmar que el déficit de la década democrática es el olvido de las reformas. Lo nuevo es el vacío que se abre en la base del sistema a causa de esa omisión y de la incapacidad de los líderes para aprovechar el proceso electoral y encauzar un debate sobre esas reformas. El formato de campaña practicado hasta ahora hace presumir que para la mayoría de candidatos las palabras claves en estos meses serán “gran continuidad de políticas” y que cuando se refieran al cambio aludirán apenas al de las personas y a los estilos. Momento insólito este, donde el cambio no significa, necesariamente, reforma.

sábado, 16 de octubre de 2010

Hipótesis sobre la izquierda

La mitadmasuno
La República
Sábado 16 de octubre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20101016/11/node/295242/todos/1634
Antes del 3 de octubre se decía que Lima era conservadora, el norte especialmente aprista y el centro y el sur andinos esencialmente de izquierda. Luego de las elecciones, se dibuja la presencia de la izquierda con claroscuros y disparidades; en la conservadora capital se abre un espacio apreciable para la izquierda que reclama una porción del 38% obtenido por Fuerza Social, en tanto que en el centro y sur andinos la izquierda ha sido derrotada, en las regiones Tacna, Puno y Moquegua, Ayacucho, Pasco, Huánuco, Apurímac y Huancavelica por empresarios o tecnócratas. Allí, las listas adversarias se alzaron, además, con buena parte de las alcaldías provinciales como las de Todos con Ayacucho en 5 de 11 provincias, o del Movimiento Raíces en 5 de las 13 provincias de Puno. En Cusco en 9 de las 13 alcaldías provinciales no triunfó la izquierda.No obstante, la izquierda ha ganado en los comicios regionales en Cusco, Arequipa, Junín y Madre de Dios y ha obtenido los segundos lugares en Apurímac, Huancavelica y Moquegua. Sus versiones locales ganaron alcaldías provinciales, es el caso de Ayni en 4 de las 7 provincias de Huancavelica y Kallpa en 4 de las 7 de Apurímac. El MNI, en su versión regional (MAS), ganó en Cajamarca y César Villanueva (FS) logró en San Martín una resonante reelección.Fríamente, un mapa nacional mostraría que luego de las elecciones hay más izquierda en Lima y menos en las regiones del Perú, distribuidas en un mosaico que permite distinguir hasta cuatro versiones: la izquierda clásica, con fuerte tradición partidaria y sindical; la izquierda nacionalista (PNP), que lidera Ollanta Humala; la centroizquierda, liderada por Susana Villarán (FS); y la izquierda regional, que es parte de las anteriores, próxima a ellas o a sí misma. En la perspectiva del 2011 es imposible una agregación total de estos espacios por razones ideológicas y de liderazgo, de modo que recrear Izquierda Unida, 20 años después, es una opción válida en un laboratorio pero fuera de la política real.Es más probable que el PNP y FS cortejen a la izquierda de las regiones, proceso que empezó hace meses y que se renovará de inmediato. De ese arco iris emergerán por lo menos dos candidaturas presidenciales y frente a esa posibilidad una media verdad afirma que tendrá más éxito la que se abra más al centro. Sí, pero hace falta, previamente o al mismo tiempo, que sea popular y democrática.

jueves, 13 de mayo de 2010

Perú: pacto político contra el narcotráfico


El 19 de abril en Lima, en la Casona de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en Lima, los representantes de 19 partidos y movimientos políticos nacionales suscribieron el Compromiso Ético denominado Contra la Infiltración del Narcotráfico en los Partidos y Movimientos Políticos del Perú.

Más allá de las palabras es el primer compromiso abierto que suscriben en América Latina los partidos políticos contra el narcotráfico, la forma más brutal de crimen organizado que azota a la región.Es un inédito compromiso ciudadano para impedir la infiltración del poder corruptor de esa actividad en los grupos políticos. El acto se realizó en el contexto de una creciente preocupación regional sobre los efectos del incremento del tráfico de drogas proveniente de los países andinos y la escalada de violencia causada por los carteles internacionales, fenómeno del que el Perú empieza a ser víctima.
El Compromiso Ético contra el Narcotráfico (CEN) fue promovido por Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), el ente rector peruano encargado de diseñar y conducir la Estrategia Nacional de Lucha contra las Drogas. En él jugó un papel decisivo Rómulo Pizarro, jefe de DEVIDA que supo articular a 19 grupos del arco político peruano, desde el fujimorismo al humalismo. Tuve la satisfacción de acompañarlo en ese propósito, tanto en la formulación como en el proceso de negociación con los grupos políticos.
DEVIDA convocó en octubre del 2009 a los partidos y movimientos inscritos ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) y coordinó con sus dirigentes la redacción del contenido del CEN. En el esfuerzo también colaboraron instituciones públicas como la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE); de la sociedad civil, como la Asociación Civil Transparencia, el Instituto Internacional Republicano (IRI), el Instituto Nacional Demócrata para Asuntos Internacionales (NDI), y Consultandes; e instituciones intergubernamentales como IDEA Internacional.

El CEN no es un pacto electoral aun cuando algunos de sus compromisos se relacionen con los mecanismos de designación de candidatos de partidos y movimientos políticos a cargos de elección popular. Ante todo, es una toma de posición colectiva de los actores políticos peruanos contra el poder ilegal, violento, corruptor y antidemocrático del narcotráfico en tanto actividad ilícita y forma de crimen organizado que conspira contra la gobernabilidad y el desarrollo humano.
Se tiene a la mano un instrumento que ayudará a los partidos y movimientos a desarrollar una cultura política contra las drogas ilegales, en sus actividades de producción, tráfico y consumo, y protegerá tanto a las generaciones jóvenes como a la democracia de los intentos de obtener impunidad y poder para su negocio ilegal.El CEN incluye 19 compromisos específicos entre los cuales se encuentran:
· Establecer rigurosos procedimientos de selección de candidatos, promoviendo la veracidad y la transparencia de la información sobre los antecedentes de los aspirantes a cargos de elección popular.
· Establecer procedimientos que busquen evitar incluir como candidatos a los aspirantes que hayan sido sentenciados por delitos de tráfico ilícito de drogas y/o en tanto se encuentren investigados.
· Incorporar al proceso de selección de candidatos el requisito de la presentación de una declaración jurada de antecedentes penales y judiciales, así como de ingresos y bienes, que deberán efectuar los precandidatos ante las dirigencias de sus organizaciones políticas.
· No considerar como candidato a cargo de elección popular al aspirante que no pueda justificar razonablemente sus bienes e ingresos y los orígenes de los mismos.
· No aceptar donaciones o alguna otra forma de colaboración y financiamiento de personas naturales o jurídicas que, al momento de realizar la donación, no declaren expresamente que no han sido notificadas formalmente de encontrarse comprendidas en un proceso de investigación policial, del Ministerio Público o de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF).
· Respaldar en el Congreso de la República la aprobación de una norma que faculte a las autoridades competentes a declarar la vacancia del cargo de quienes elegidos por votación popular hayan faltado a la verdad en los datos consignados en la declaración jurada.
· Elaborar en colaboración con otras entidades públicas o privadas, un “mapa de riesgo del narcotráfico” que permita a los grupos políticos y a la sociedad poner especial atención en aquellas zonas más afectadas por el accionar del tráfico ilícito de droga
s.

El texto del Compromiso Etico puede leerse en:
http://www.devida.gob.pe/Documentacion/documentosdisponibles/Compromiso_Etico.pdf
El video de la suscripción puede ser visto en:
http://www.youtube.com/watch?v=rN2Pw4I4He8
Un spot que difundieron gratuitamente la TV dias antes de la suscripción del CEN se puede ver en:
http://www.youtube.com/watch?v=jHu6_ku9Xt0

Sobre el tema se tiene:
El artículo de Raúl Ferrero Costa en El Comercio, el 15 de abril
http://elcomercio.pe/impresa/notas/pacto-contra-narcotrafico/20100415/461539
El artículo de Augusto Álvarez Rodrich en La República, el 17 de abril
http://www.larepublica.pe/claro-y-directo/17/04/2010/partido-peruano-narcotraficante
El artículo que publiqué en La República el 3 de abril
http://www.larepublica.pe/la-mitadmasuno/03/04/2010/munecos-de-la-mafia

Algunos editoriales merecen ser tenidos en cuenta:
El de La República, el 17 de abril:
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100417/10/1634/todos/1634
De El Comercio, el 21 de abril:
http://elcomercio.pe/noticia/465060/editorial-narcotrafico-politica-son-incompatibles
Y el de El Peruano, el 30 de marzo:
http://www.elperuano.com.pe/edc/2010/03/30/edi.asp