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sábado, 2 de enero de 2016

Pacto electoral o choque y fuga

http://larepublica.pe/impresa/opinion/726895-pacto-electoral-o-choque-y-fuga
La República
La mitadmasuno
18 de diciembre 2015
Juan De la Puente
Dos preguntas surgen del reciente acuerdo electoral entre el Apra y el PPC criticados porque Alan García le habría robado por lo menos una vez a Lourdes Flores el pase a la segunda vuelta y porque ésta en algún momento, hace 20 años, calificó de corrupto a García y a su primer gobierno: 1) ¿Es ético que los adversarios se alíen electoralmente; y 2) ¿Qué condiciones exige una alianza para que sea políticamente correcta?
Yo agregaría otras interrogantes:
1) ¿Por qué los partidos de izquierda, que se descalifican más enconadamente, tienen derecho a aliarse y no el Apra y el PPC?;
2) ¿Solo son aceptables los pactos fugaces en el Congreso para votar leyes económicas?;
3) ¿Son mejores para la democracia los pactos duraderos o los pactos “choque y fuga”?;
4) ¿Cómo jugará esta fobia al pacto cuando el nuevo gobierno necesite de acuerdos quizás más que los anteriores?
La historia, esa vieja señora, nos brinda algunas respuestas. Entre 1895 y 1980 el Perú fue gobernado 42 años por gobiernos de facto, 6 años por un gobierno civil de un solo grupo político (el primer gobierno de Manuel Prado) y 38 años por gobiernos surgidos de alianzas electorales o pactos políticos. Es decir el 86% de la vida democrática 1895-980 fue gobernada por pactos.
Es más, desde la Guerra con Chile y a lo largo del siglo XX no hubo partido significativo que no pactara incluso con sus adversarios más enconados, como fue la Coalición Nacional (entre el Partido Civilista y el Partido Demócrata, pierolista), la alianza entre el civilismo y el Partido Constitucional, cacerista; la Convención Nacional (alianza entre civilistas, liberales y constitucionalistas) que llevó al poder a José Pardo y Barreda en 1915; el Frente Democrático Nacional (Apra, Partido Comunista y Partido Socialista) para apoyar a José Luis Bustamante y Rivero (1945); la llamada “convivencia” del Apra y el Movimiento Democrático Peruano que hizo a Prado presidente nuevamente (1956) y la alianza de Acción Popular y la Democracia Cristiana que le permitió a Fernando Belaunde ganar en 1963.
También es cierto que desde 1980 los acuerdos electorales no ganan elecciones aunque sobreviven los pactos de gobierno postelectorales (AP-PPC 1980/84, PP-FIM 2001/05) y los acuerdos parlamentarios como el del Apra y el fujimorismo entre el 2006 y el 2011.
La mirada de los pactos forma parte de nuestra visión ideológica.  La izquierda denunció el pacto Apra-PPC en la Constituyente de 1978 pero defendió la Constitución de 1979. Por otro lado, nos horroriza menos que un gobierno elegido por la izquierda voltee a la derecha y que militantes de ideas políticas de una vida se pasen sin explicaciones a la otra acera. Del mismo modo, en Alemania, el SPD-socialdemócrata y el CSU-socialcristiano se tiran los trastos en la campaña pero se ven obligados a pactar un gobierno complejo, un consenso a palos a gusto de los alemanes, en tanto que en Grecia, el socialista Alexis Tsipras ha pactado sus dos gobiernos con el grupo Griegos Independientes, la derecha nacionalista ultrarreligiosa.
Creo que un pacto electoral es una decisión republicana; no creo que el acuerdo Apra-PPC sea contranatura –si el término se aplica a los valores intrínsecos no negociables– si ambos se parecen, se han acercado los últimos 5 años y se han besuqueado los últimos 2, aunque queda claro que allí sobran Chim Pum Callao y Fuerza Loretana con graves cargos de corrupción generalizada en las regiones que dirigieron.
Este acuerdo será histórico si lo quiere la historia. Si triunfa deberá luchar por sobrevivir y si no, pasará al desván de los pactos fallidos como Izquierda Unida (1980/89), el Fredemo (1988/90) o el Frente de Centro (2006). Por ahora, es un pacto obligado por las circunstancias; se parece más a la alianza entre el Apra y el odriísmo (1963/68) porque confirma el giro aprista hacia la derecha, aunque difiere de aquella porque el acuerdo Haya-Odría fue mucho más voluntario. No me queda duda sin embargo que es una decisión responsable a la que no habría que tirarle piedras, atrincherados en lo que sucedió hace 20 años.

viernes, 9 de octubre de 2015

Elecciones sin coaliciones

http://larepublica.pe/impresa/opinion/705819-elecciones-sin-coaliciones
La República
La mitadmasuno
Juan De la Puente
25 de setiembre de 2015
Desde 1990 el país protagoniza comicios impulsados por coaliciones electorales que deben su origen a la debilidad de los partidos (ver estupendo trabajo de Mauricio Zavaleta, La competencia política post-Fujimori; partidos y coaliciones de independientes en los espacios subnacionales peruanos, IEP 2014) y a la necesidad de impedir el acceso al poder de fuerzas generalmente consideradas radicales.
Este modelo de competencia electoral se ha decantado rápidamente por los anti desde el año 2000. De hecho, la candidatura de Toledo ese año fue una coalición antifujimorista y la otra, la del 2001, fue primero contra Lourdes Flores y luego antialanista.
La de García el 2006 fue una coalición primero contra Lourdes Flores y luego antihumalista. Las elecciones del 2011 fueron muy especiales; la derecha y el centro, divididos en cada lado, no pudieron forjar una coalición anti; Humala volvió a disputar la segunda vuelta, y fue él quien volvió a encabezar una coalición antifujimorista, victoriosa por escaso margen.
El resultado de este modelo de competencia electoral ha sido de coaliciones también gobernantes en lo político y social. Más de la mitad del primer gabinete de García el 2006 no votó por él en la primera vuelta, y su gobierno fue viable gracias a la alianza con el fujimorismo en el Parlamento. Antes, Toledo pactó con el FIM, Unidad Nacional, UPP y AP en el Congreso, una sucesión de frágiles coaliciones que al deteriorarse casi le cuestan la presidencia.
La historia de Humala/gobierno es la de una coalición progresista sustituida por otra, conservadora y precaria. Es probable que en su caso, 2/3 de sus ministros que tuvo desde el inicio de su gobierno no votaran por él en la primera vuelta, lo que también indica el carácter de su inestabilidad escindida: acuerdos con la derecha en materia económica y guerra con ella en el ámbito político.
Los tres gobiernos del actual ciclo democrático han sido al mismo tiempo gobiernos de minoría. Toledo (36% en la primera vuelta el 2001) eligió 45 de 120 legisladores; García (24% en la primera vuelta el 2006) eligió 36 de 120; y Humala (31% en la primera vuelta el 2011) eligió 47 de 130. A su vez, los tres gobiernos se beneficiaron de un consenso en la sociedad civil que es (todavía) insistente en proteger la estabilidad constitucional y desaprobar toda iniciativa rupturista, en el Congreso o fuera de él.
Esta democracia que se explica por esas coaliciones electorales y gobiernos de minoría pactados, uno más estable que los otros dos, podría experimentar un giro hacia una mayor precariedad. El primer síntoma es la fragmentación de opciones y la poca probabilidad de que algún candidato organice una coalición.
Es probable que el 2016 compitan 7 candidatos presidenciales que logren superar la valla electoral en lugar de los 5 que hubo en los comicios del 2011. Esta dispersión podría implicar bajas votaciones en la primera vuelta y la posibilidad de que los dos aspirantes que pasen a la segunda vuelta no sumen juntos el 50% de votos. En ese contexto, la coalición anti que gane la segunda vuelta tendría que buscar más compromisos y sufrirá evidentemente la pérdida de fuerza propia para gobernar.
Sería dramático que quien gane la presidencia el próximo año no tenga más que una cuarta parte de legisladores propios (menos de 33) y se enfrente a un Congreso que, como se ha visto, ha desarrollado una “inteligencia destructiva” con el famoso voto ámbar que ya ha bloqueado por unos días la investidura de dos gabinetes. Un presidente con baja votación en la primera vuelta, y que luego no pueda organizar una coalición parlamentaria a su favor tendrá un pronóstico reservado.
Podría ser que la formación de coaliciones deba de adelantarse y que, en vista de ello, se tengan demasiados aspirantes presidenciales. Al mismo tiempo, la capacidad de pactar en esta democracia de minorías se convierte en un atributo electoral que los ciudadanos bien pueden valorar a la hora de votar. Estamos avisados: debe preocuparnos la poca capacidad de los políticos de construir coaliciones como una compensación de la debilidad de sus partidos.

viernes, 9 de enero de 2015

Cazadores de talentos.05/12/2014

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/cazadores-de-talentos-05-12-2014
La República
La mitadmasuno
5 de diciembre de 2014
Juan De la Puente
La reciente encuesta de GfK publicada por La República vuelve a indagar por la aprobación de siete líderes, cuatro de los cuales serán sin duda candidatos presidenciales el 2016. Los datos que ofrece el sondeo revelan limitadas capacidades de representación y una reducida plataforma desde donde partirán en una campaña electoral que desde ahora se anuncia con más pasajeros que las anteriores. Las cifras no son un buen punto de partida.
Salvo Luis Castañeda, que aumenta casi 20 puntos de aprobación, explicado por su reciente victoria electoral y las expectativas en su gestión, el resto de líderes conserva casi inalterable la aprobación de los últimos 18 meses. Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski muy por encima del tercio, 43% y 40%, respectivamente; Lourdes Flores, otra excepción, ha descendido del tercio a 27%, en tanto Alan García y Alejandro Toledo se sitúan alrededor del quinto, AGP con el 23% y Toledo con el 17%. GfK ha empezado a medir a César Acuña que obtiene 15%.
Los desagregados de las cifras son interesantes. Castañeda es aprobado de modo homogéneo en los sectores C, D y E, pero ofrece un bajón en los sectores A/B donde cae varios puntos. Sucede otro tanto con Keiko, con 10 puntos menos en A/B pero que sube en el sector D. 
Al contrario, PPK es mucho más aprobado en A/B donde alcanza 51% pero cae en el sector D a 27%; sucede lo mismo con Lourdes que sube a 40% en A/B y baja a 17% en D. En cambio García y Toledo son un tanto más homogéneos en sus aprobaciones; el último solo cae ligeramente en A/B.
Se aprecia también significativas brechas entre Lima y las regiones. Líderes trajinados, dos ex presidentes, García y Toledo, obtienen un respaldo homogéneo en la capital y fuera de ella, y lo mismo sucede con Keiko, premiada por su activismo en las regiones y el efecto de su afán de construir un partido. En cambio, la brecha Lima/Regiones es alta en el caso de Castañeda (21 puntos), PPK (16), Lourdes (13).
La aprobación territorial es mucho más compleja y desafiante. Castañeda es débil en el centro, sur y oriente del país, en tanto Keiko es fuerte en el norte y sur, desmintiendo en su caso el antagonismo sociopolítico de estas zonas, aunque cae en el centro. PPK y Lourdes aparecen con bajas aprobaciones en el sur y en el oriente, mientras que a García le va mejor en el centro y sur, y no en el norte, confirmando la crisis del imaginario aprista del “sólido norte”, territorio donde Acuña trepa al 25%.
Estas cifras reflejan la baja implantación de un liderazgo nacional apto, confirmando lo que las elecciones del 5 de octubre revelaron, es decir, la ausencia de un voto nacional en medio de un país políticamente fragmentado. El análisis que pretendió argumentar que les va mejor a los líderes sin sus partidos debería ser revisado porque salvo en Lima, la suerte de unos está aparejada a la de los otros. Podría decirse que la campaña no ha empezado, aunque esto no cambia el fondo del asunto: salvo Keiko, los candidatos no parecen tener a la mano instrumentos propios para penetrar o regresar a las regiones.
Tampoco suenan liderazgos regionales de proyección nacional. El que está en lisa, Acuña, ha dicho que no postulará a la presidencia, y solo se rumora la del actual Presidente de la Región Moquegua, Martín Vizcarra, de modo que como en el pasado los líderes nacionales irán a la caza de los votos en las regiones con la cooptación de movimientos regionales y candidatos independientes, fagocitando al ya débil regionalismo.
Con el único “sólido” capitalino, esta caza será crucial y riesgosa; el reclutamiento de líderes regionales por líderes limeños tiene historia en los tres últimos parlamentos, cuando la mayoría de los pillados en falta fueron producto de arreglos políticos y financieros para vestir nacionalmente candidaturas capitalinas. En cualquier caso, este mecanismo de nacionalizar lo limeño tiene como consecuencias gobiernos débiles y parlamentos fragmentados que no logran representar o que pierden con rapidez la legitimidad de la representación.

viernes, 24 de octubre de 2014

Los demonios del centro

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/los-demonios-del-centro-24-10-2014
La República
La mitadmasuno
24 de octubre de 2014
Juan De la Puente
La primera reacción gruesa al resultado electoral del 5 de octubre la ha tenido Alan García, quien se ha planteado un tentador derrotero: 1) la formación de un frente por el que sea candidato; 2) que el gobierno del 2016 no sea “de un partido”; y 3) que las elecciones del 2016 sirvan para “consolidar y salvar la política”.
Salvo el Frente Democrático Nacional de 1945 y la alianza AP-DC de 1963, los frentes preelectorales en el Perú no tuvieron la fortuna de ganar la Presidencia de la República (Fredemo 1990, IU 1985, Unidad Nacional 2001 y 2006, Frente de Centro 2006 y Perú Posible-AP-Somos Perú 2011), resultados que llevan a la presunción de que los frentes no conducen a una progresión aritmética, no suman sino restan. Otras alianzas permitieron juegos menores como el Apra-Uno en los años 60 o Izquierda Unida en 1983. En cambio, nuestra cultura política es más propicia para alianzas menos expresas (la convivencia Apra-Pradismo 1956/1962 y Apra-Fujimorismo en el Congreso 2006-2011) o pactos postelectorales (AP-PPC 1980/1984, PP-FIM 2001/2006 y el actual PP-Nacionalismo).
Es difícil que esta tendencia se altere el 2016; las posibilidades del Apra de formar un frente con partidos nacionales de cierto peso están casi cerradas, a excepción de Solidaridad Nacional. Asimismo, un pacto Apra-PPC es muy sugerente (Lourdes Flores lo hace muy seductor, al ritmo del alcatraz, ¡a que no me quemas!), pero poco viable más por el antiaprismo pepecista que por la falta de apertura del partido de Haya.
El modelo de frente que intentan García y el Apra parece ya estar dibujado y se orienta hacia abajo. En las recientes elecciones, el aprismo ha procesado una apertura regional, la única entre los partidos nacionales, con la formación de frentes con interesantes resultados: Alianza Popular (Cusco) obtuvo 10%; Paisanocuna (Huánuco) 10,5%; Juntos por Junín (Junín) 14,5%; Seguridad y Prosperidad (Piura) 18%; y Patria Joven (Lima Provincias) 14%. Es cierto que también ha perdido por 10 puntos en La Libertad (33%) y por 14 en Lambayeque (19%) pero ha obtenido 900 mil votos en Lima, que no son solo suyos pero que García ha empezado a degustar sin invitar a nadie. En el Callao ha formado una alianza omisiva, dejando que postulen los candidatos de Chim Pum Callao en la idea de que este grupo se sume al Apra el 2016.
Ese modelo de alianzas hacia abajo tiene demonios a ser encarados; obliga a un movimiento hacia el centro, el único espacio que le permitiría a García llegar a la segunda vuelta y ganarle a otra posible inquilina de esa ronda, Keiko Fujimori. No obstante, ese espacio tiene leyes propias porque no todo centro es atractivo electoralmente y porque como apunta Juan Carlos Tafur (Exitosa Diario 19/10) el ciclo de los centros inactivos, solo moderados, parece estar llegando a su fin.
La moderación activa es una opción interesante de cara al 2016, es decir, un centro reformista, audaz y de convocatoria social. García parece haber advertido ello y por eso junto a la idea del frente ha lanzado dos añadidos, un gobierno que no descanse en un partido y que salve a la política. Allí sí se complican las cosas porque las evidencias indican que no será posible salvar a la política debilitando más la participación de los partidos en el juego electoral. La que viene será una elección en la que los partidos no elegirán a sus candidatos sino los candidatos elegirán a sus partidos, pero todo tiene sus límites.
El más grande desafío de un frente centrista es la identidad; el centro es un programa, un discurso y una actitud, y no parece viable uno de cara a las regiones y provincias con un pie en la derecha, esa que no entiende ni una pizca de lo que pasa fuera de Lima. No obstante lo dicho, en este momento el único candidato presidencial que puede intentar esta ubicación es García, que ha empezado a moverse y a hablarle al país, mientras la izquierda, el PPC y AP les siguen hablando a sus militantes y el fujimorismo achica su cancha enredado en una pugna explosiva con el gobierno que con inteligencia el Apra atiza sin quemarse.

miércoles, 9 de abril de 2014

Una crítica a la encuesta de CPI (9.4.2014)

A propósito del sondeo de CPI sobre intención de voto publicado hoy. Una encuesta de esas características a dos años de las elecciones tiene un efecto muy limitado como para advertir incluso tendencias, menos aún extraer conclusiones, que es lo que leo que se hace con ligereza.
El sondeo incluye a dos “presidenciables” que han señalado que no postularán, Lourdes Flores y Nadine Heredia, y no incluye a otros que han declarado que si lo harán, como Alfredo Barnechea, por señalar solo un caso, o al mismo Luis Castañeda Lossio que no ha dicho sí, ni a la alcaldía de Lima ni a la Presidencia de la República, pero que igualmente es un “presidenciable”. Como en otros sondeos a cargo de otras empresas, el uso de las tarjetas es arbitrario y sin explicación.
Darle carácter de concluyente a estas cifras en un país con una volatilidad electoral alta en procesos electorales presidenciales, es equívoco. Es el caso de Mario Vargas Llosa de cara a 1990, Lourdes Flores el 2001 y 2006 y Alejandro Toledo y Castañeda Lossio el 2011. Siendo en general cierto que toda encuesta, aun a dos años de las elecciones, es una foto debe ser mesurada tanto la presentación como el análisis. No se puede presentar una foto de final de carrera la que se ha tomado en el partidor, cuando los caballos ni siquiera han empezado a correr.
En el caso de Lima, el asunto es más escandaloso y en esto me refiero a CPI. El porcentaje obtenido por Enrique Cornejo, del Apra, figura como tal con 3.6%, pero no aparece Susana Villarán en el reporte oficial del sondeo. En la nota de Correo, el directivo de CPI asegura que el 5,2% de Villarán se ubica en el rubro “otros”. ¿No es raro que a Cornejo, que tiene menos que Villarán CPI lo visibilice y a Villarán no? ¿Quién y con qué propósito hace el vaciado de la data? ¿Cómo atribuir el “olvido” de alguien que tiene más de 5% de intención de voto, si le creemos a CPI? ¿De quién más se han olvidado?
No deja de llamar la atención que en cambio una de las preguntas sea sobre “si es conveniente” que Villarán postule. En los últimos 30 años no he visto en sondeos una pregunta tan abierta y genérica. Quizás debieron agregar el “para quien” es conveniente, si para ella, para Lima, para el país, etc. En otros casos, la pregunta es más precisa: “¿Estaría Ud, de acuerdo con que ……. postule a la reelección?”

domingo, 16 de febrero de 2014

No eres tú, soy yo

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/no-eres-tu-soy-yo-14-02-2014
La República
La mitadmasuno
14 de febrero de 2014
Juan De la Puente
El caso Secada se convierte en un pequeño y prometedor laboratorio de política aplicada al remitirnos a la relación entre aquella, los partidos y los políticos, en realidad una correlación entre los llamados inputs de la política, es decir sus actores y estrategias, y sus outputs, sus resultados. Así, nos es posible analizar el caso sin repasar la situación del PPC, la crisis de los partidos que le es inherente y el momento especial que vive lo que se llama política pública.
Lo de Secada era ya un caso antes de saberse de las cuatro denuncias de dos mujeres y su demoledor efecto; su intento de postular a la alcaldía de Lima forma parte del esfuerzo de legitimación de un sector de nuevos dirigentes que ya están en el Congreso y en los municipios, espacios donde tienen un desempeño eficaz y promisorio. De hecho, el PPC y el Apra cuentan con una generación de cuadros entre treintones y cuarentones con experiencia pública que buscan mejorar sus posiciones dentro y fuera de sus partidos.
En el PPC, este sector ha desafiado ciertos cánones, sobre todo el que indica que el relevo de dirigentes es más lento, más negociado y más organizado de arriba hacia abajo. Esta regla no solo fue retada por los jóvenes: la victoria del grupo que lidera Raúl Castro en las internas hace más de dos años fue inesperada y para más de uno se trató de una injusta expropiación y por lo tanto el origen de una visible hostilidad hacia la actual dirección nacional.
Bajo ese marco de presión por el ascenso en un partido abierto y al mismo tiempo estrecho, el desempeño de personajes como Secada genera crisis. El Perú necesita nuevos políticos, Secada lo es, pero no estoy seguro de que sea el tipo de nuevos políticos que se demanda o que el PPC necesite. Tiene a su favor el ser un economista en un partido de abogados, honrado, y el haber procesado una mutación neoliberal, ahora más liberal que neo, pero está convencido que ser “confrontacional” y pedante es una virtud cuando todos los manuales, y el sentido común, indican lo contrario.
El problema no es Secada sino otro, el PPC, su  cultura partidaria y su democracia. Y no es nuevo; el partido tiene tantos ex militantes que con ellos se han hecho cuatro partidos en los últimos 20 años. La razón podría estar en la persistente timidez del proyecto que se expresa en la siguiente ecuación: un gran espacio de centro derecha, un sugerente programa y una práctica política responsable, y todo ello en una organización pequeña. Dicho de otro modo, poco partido para una gran propuesta.
El PPC no tiene corrientes sino familias políticas relacionadas por vínculos variados, entre los que sobresalen la empatía y amistad, las relaciones laborales municipales y, claro, las generacionales. Tiene a su favor que es un partido de iguales o de más o menos iguales, a diferencia de otras formaciones que tienen emperadores o propietarios, donde no hay expulsados sino despedidos. Sin embargo, carece de un estado mayor nacional y de un liderazgo colectivo ambicioso, con el añadido de que la líder que sintetiza su presencia pública no está en funciones.
Me he preguntado varias veces si el PPC, luego de casi medio siglo de vida realizará el salto; su creciente espíritu liberal que desplaza lentamente el talante socialcristiano (por favor, no enviar carta de aclaración), el ensanchamiento de las clases medias objeto de representación y la descomposición de otros proyectos partidarios indicaría que estos años constituyen el momento pepecista.
El PPC es un partido fundamental de la democracia pero necesita ser grande. Encarar el salto implicaría adoptar grandes decisiones internas; algunas se avizoran en los esfuerzos maternos que hace Lourdes Flores para que la campaña interna para la alcaldía de Lima no termine en un suicidio. Sucede, no obstante, que esta interesante movilización parirá un ratón, pues no se concretará en elecciones directas con el esquema de un militante un voto, sino en la elección de delegados que a su vez designarán a los candidatos, el perfecto escenario para el juego de las familias. Todo esto dicho con aprecio.

lunes, 8 de julio de 2013

Análisis de coyuntura en Ideéleradio. 8 de julio 2013

http://www.ideeleradio.org.pe/web/wNoti.php?idN=7515&tip=principal
Este es el resumen de la entrevista en Ideéleradio, en Radio San Borja realizada por Glatzer Tuesta el 8 de julio. El resumen es de Ideéleradio
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Ideeleradio.- El hecho de que la primera dama de la Nación, Nadine Heredia, haya descartado su participación en los comicios presidenciales del 2016 no solo afecta al Gobierno, sino también a los otros actores políticos porque saca el tema de agenda y le quita el “caballito de batalla” de la oposición, sostuvo el analista político Juan de la Puente.
“Este ‘No’ de Nadine Heredia [de postular a las elecciones presidenciales del 2016] termina dificultando no solo al Gobierno, sino en general a todos, porque si bien saca de la agenda un tema, obliga que la opinión pública exija de algún otro modo también a los otros actores políticos, definiciones, aunque ahora el hecho de bajarse [Nadine] del carro a muchos les quita el ‘caballito de batalla’ también”, declaró en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“La principal fuerza del ‘nadinismo’ era la representación parlamentaria que buscaba la reelección y, bueno, el Gobierno está obligado a buscar un personaje más o menos con ese nivel, que se ha una especie de locomotora y, en este momento, no hay”, acotó.
Por otro lado, el analista estimó que el desafío del Partido Nacionalista Peruano será ahora organizar su agrupación política de cara a las próximas elecciones regionales y municipales del 2014.
“Bueno, ahí está el desafío, en el que Partido Nacionalista se convierta realmente en un partido, haga elecciones internas, participe en las elecciones regionales y municipales, pero también tiene que ver mucho la performance del Gobierno, un presidente con el 50% o 45% puede proponer un candidato grande y de peso, pero un presidente o un Gobierno que tenga debajo del 30% lo veo muy difícil”, remarcó.
Probables electores de Nadine virarán hacia otros candidatos
En otro momento, señaló que los potenciales electores que pudiera haber tenido la primera dama en el 2016 migrarán su atención hacia los otros potenciales candidatos presidenciales. Manifestó que los riesgos de tener una campaña adelantada son la demolición política de las mismas.
“Había un 50% que estaba de acuerdo con la postulación de Nadine Heredia, eso no hay que descartar y que en la medición de precandidaturas que hizo GFK hace tres meses, Nadine Heredia le ganaba a todos en la segunda vuelta y aparecía con un buen perfil. Entonces, supongo que van a virar también sus potenciales y probables electores, pero también es cierto que en esta recusación o demolición de la política de estos meses, los electores podrán buscar otra representación”, opinó.
“Los riesgos de una campaña adelantada, tres años antes de las elecciones es que se destapan las candidaturas antes de tiempo, se hace evidente la debilidad de las encuestas que han señalado la muy poca adhesión electoral o intención de voto a quienes se habían destapado, pero también animaría a los que no, pensando en definir una candidatura, sino muy cerca a las elecciones se sienten obligados a señalarlo, es el caso de [César] Acuña, alcalde de Trujillo que ha desistido a ser candidato presidencial en el 2016”, acotó.
Valdés es técnicamente un aventado
Ideeleradio.- En los comicios generales del 2016, hay más probabilidades para un outsider del tipo o las características que tiene la conductora Gisela Valcárcel, que en un radical como Antauro Humala o como el mismo Ollanta Humala del 2006, estimó el analista Juan de la Puente, tras cuestionar la posible candidatura del expremier Óscar Valdés.
“[¿Qué opina de Valdés como candidato?] Es técnicamente un aventado, muy audaz, ya para ser premier hay que ser muy audaz en este país, pero también muy audaz para decir las cosas que ha dicho, como si nadie recordara lo que fue su gabinete. Él es responsable político de varios muertos en el año 2012. Esa es una forma de la antipolítica”, refirió en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“[¿El momento te da en tu proyección un outsider más tipo Gisela, a uno tipo Antauro e incluso tipo Ollanta el 2006?] Sí, porque además en el Perú tiene legitimidad, ningún outsider que se respete digamos podría decir que hay que empezar de cero, que todo está mal. Este es un país que no nos olvidemos que en 10 o 12 años de democracia ha bajado 30 puntos de pobreza, ha consolidado el proceso de la descentralización, ha dinamizado el mercado interno”, argumentó.
 
Figuras no conflictivas tendrían mayor posibilidad
El analista dijo, en este aspecto, que el outsider tendría que tener determinado arraigo en relación a los líderes políticos, demostrando que entra más a la casa de la gente. Apuntó que las figuras que no sean conflictivas tendrían mayor probabilidad en las elecciones del 2016.
“Entonces, es imposible en este momento un outsider que no se proponga, al mismo tiempo, mantener estas altas cuotas de crecimiento de buena performance económica, pero, al mismo tiempo, es un outsider que tendría que tener determinado arraigo en relación a los líderes políticos. Tendría que demostrar que entra más a la casa de la gente que los otros líderes y esas figuras no ‘conflictuadas’ tendrían más posibilidades, que aquellas figuras conflictivas y polarizantes como Antauro Humala”, afirmó.
 
No necesariamente tiene que ser radical
Del mismo modo, mencionó que la ventaja de un outsider es que puede ser candidato de varios lados y al mismo tiempo. Detalló que no necesariamente tiene que ser radical, sino que podría tener un temperamento como el de Gisela Valcárcel, es decir, "un paso más en la farandulización en la política".
“El primer outsider del Perú técnicamente es Ricardo Belmont y él no tenía una prédica violenta con el sistema a diferencia de otros. [¿Gisela como una evangélica predicando puede funcionar?] Funcionó con Belmont, que se hizo muy conocido con estas pastillitas para la moral. El escenario está planteado”, manifestó.
“Hay una forma no radical, un temperamento como el de Gisela Valcárcel, es decir, un paso más en la farandulización en la política. Ella tiene partido, entiendo que hay un grupo llamado Vamos Perú que ha inscrito el alcalde del Callao, que está legalizado y en corillos señala que podía ser la candidata de alguno sectores”, apuntó.
 
De la Puente Mejía no descartó que pueda generar adhesiones “un tipo de rollo demagógico” de ayuda a los más desposeídos en el próximo panorama electoral. Sostuvo que nos hemos acostumbrado a ver a la política como un espectáculo.
“A veces con este espectáculo de mentiras de ida y vuelta, digamos, bueno, si en estos meses la política se ha parecido mucho a ‘Esto es guerra’ y a ‘Combate’, entonces mejor sinceremos y seamos uno solo”, opinó.
 
Pasará mucho tiempo para un outsider radical
El analista puntualizó que el país mantiene rasgos desde hace 20 años y que hay una relación morbosa de la gente con el conflicto político. Además, remarcó que va a pasar mucho tiempo para que se vote por un outsider muy radical.
“Los medios que se metieron a la guerra política sienten que deben publicar cada vez más noticias a la sangre de la arena política, pero al mismo tiempo a la hora de votar, la gente vota por un centro. Finalmente, tiene que pasar mucho para que vote por un outsider muy radical. Eso le costó a Humala la Presidencia el año 2006. Él se corrió al centro el 2011”, aseveró.
“En el Perú desde el año 1980 la gente está votando por un centro político, puede ser un poco forzado, falso, pero centro al fin al cabo. Así votó el 2001, 2006 y, finalmente, el 2011 de algún modo”, concluyó.
La derecha está tugurizada
Ideeleradio.- La derecha está tugurizada y hay muchas posibilidades que entre sus representantes políticos se produzca una "guerra fratricida" de cara a las elecciones presidenciales del 2016, sostuvo el analista Juan de la Puente, tras considerar que el desafío de la izquierda será el dejar de ser un páramo y construir un movimiento grande.
“[¿Keiko Fujimori tendrá mucha competencia en el 2016?] Es cierto que le ha salido competencia en la derecha. Mientras que la derecha está tugurizada, hay más posibilidades que entre ellos se produzca en ese escenario una guerra fratricida. El asunto es cómo construyes tú una alternativa democrática, de centro, centro izquierda, o de izquierda, y ese es un terreno que está limpio, todavía es un páramo”, declaró en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“La diferencia entre unos y otros en este escenario es que el derecha está tugurizada en el país, mientras que la izquierda es un páramo. La pregunta entonces es: ¿las direcciones de la izquierda tendrán la suficiente audacia de construir un movimiento que vaya más allá de los partidos? Con elecciones primarias, con un proceso constituyente y realmente grande o el Frente Amplio será solo la suma de los partidos, el problema es que la izquierda está repartida en decenas centenares de movimientos regionales y locales muy pequeños”, acotó.
 
Hay cuatro escenarios posibles de cara al 2016
En otro momento, explicó que entre los cuatro potenciales escenarios del 2016, el fujimorismo, el Apra y el Partido Popular Cristiano (PPC) se disputarán el mismo espectro electoral. Precisó que una nueva candidatura de Lourdes Flores solo podría ser posible en alianza con otros partidos políticos, lo cual tendría un obstáculo por la presencia de Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
“Hay cuatro esfuerzos institucionalistas de cara a las elecciones del 2016. [El primero,] la plataforma de Keiko Fujimori para determinados sectores de la derecha es confiable, ya pasó una campaña electoral, con una fuerte bancada, mantiene liderazgo sobre ella, mantiene una alianza con sectores neoliberales. Luego, [el segundo sería que] el Apra intente armar una coalición, haya un interés en Alan García de hacer una alianza con el PPC, una especie de coalición de centro derecha, hacia la derecha”, estimó.
“Luego, [como tercera posibilidad] tenemos la apuesta del PPC, en la que plantea la posibilidad de que Lourdes Flores sea candidata, pero es difícil que Lourdes sea candidata solo con el PPC, tendría que ir en una alianza, pero ahí tenemos un problema porque el candidato natural de esa alianza ese Pedro Pablo Kuczynski, pero PPK está lejos, y [como cuarto escenario] tenemos el esfuerzo de la izquierda”, detalló.
Finalmente, dijo que si bien la bancada de Fuerza Popular se ha manejado mal en el Parlamento, su lideresa Keiko Fujimori ha hecho todo lo contrario. Estimó que ante el actual panorama de demolición de candidaturas políticas, los líderes estarían incentivando el surgimiento de un outsider de cara al 2016.
“Puedo decir que su partido no se ha manejado bien en el Parlamento, pero ella en términos personales no se ha manejado mal. El fujimorismo es una especie de coalición hoy día donde hay neoliberales. Hay un sector cada vez más lejos de añoranza militarista y hay un sector popular muy conservador. Entonces, ella se maneja de hecho [en ese sector], ya el fujimorismo es un frente en sí mismo de varios”, subrayó.
“Los peruanos, en general, hemos hecho un gran trabajo para el surgimiento de un outsider, en estos tres meses [los líderes] han demolido la política, los partidos se están demoliendo entre ellos y, en realidad, esto es una especie de tragedia con gusto, es decir, caminan partidos [o separados], lo que queda de partidos, la élite, caminan de buen grado al barranco”, concluyó.

Tiene que obviar recomendación de poderes fácticos
Ideeleradio.- El presidente Ollanta Humala debería ir en contra de la recomendación de los poderes fácticos y apostar por más diálogo social, estimó el analista Juan de la Puente.
“[¿Ollanta con los tres años de gobierno puede o está a tiempo de gestar una alternativa?] Sí, pero mi apreciación es que tiene que ir contra lo que le recomienda los llamados poderes fácticos en el país. Más diálogo social, y más y más diálogo social, que es el temperamento que entró el Gabinete [de Juan] Jiménez contra la sinrazón y autoritarismo verbal y práctico de Oscar Valdés”, argumentó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
El analista dijo, en ese sentido, que hay sectores que impiden que el mandatario Ollanta Humala se incline por el diálogo porque consideran que tiene una connotación ideológica.
“Yo pienso que cualquier gobierno que haga política y diálogo social para resolver conflictos, agenda política, resolver problemas de la coyuntura le va bien, pero hay un sector en el país de medios, de políticos y del país que le pide a Humala ‘no hagas diálogo, que eso es ser izquierdista, caviar’. La palabra diálogo tiene una connotación ideológica”, aseveró.

viernes, 29 de marzo de 2013

Ante los profetas, defensa del oficio

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/ante-los-profetas-defensa-del-oficio-22-03-2013
La República
La mitadmasuno
22 de marzo
Juan De la Puente
El análisis político es un oficio que no pertenece al corazón o al hígado, y que obliga a la objetividad aunque no reclame imparcialidad. Por eso sorprende el aluvión de análisis disparatados de los resultados de la revocatoria del 17M, planteados de un modo simplón donde los perdedores y ganadores integran un cuadro bicolor, blanco para ganador y gris para perdedor, despreciando la delicada imagen de un mosaico lleno de colores y posibilidades.
Estos análisis reflejan una ortodoxia persistente y pasadista, un ejercicio deficiente de la ciencia política que se niega a usar los instrumentos de interpretación; que no aprecia los fenómenos sino solo los hechos; que considera los votos en volumen, confundiendo los partidos con sus líderes y las ideas con los movimientos sociales; y que no analiza las tendencias pero en cambio, profetiza, adivina y sentencia. Es obvio que este ejercicio lleva a un menjunje que vale para el chamanismo pero no para la política.
La votación del domingo sintetiza un cuadro complejo de opciones en pugna por constituirse en tendencias. Los electores han tirado las cartas sobre la mesa y corresponde a los actores políticos y a las instituciones ordenar estas en función de sus intereses y estrategias. Carlos Meléndez acertadamente lo ha denominado un escenario mixto.
En términos personales, Susana Villarán y Lourdes Flores son dos grandes triunfadoras, la primera por ganar una revocatoria dirigida contra ella y la segunda por su incursión decisiva para la victoria del No, exponiendo ante el país una inusual ética pública donde más importan Lima y la vigencia de su partido que su derrota en las elecciones municipales pasadas.
Revocados o no también ganan un conjunto de líderes que constituyen una reserva ascendente de políticos llamados a protagonizar la representación política, encabezados por Marisa Glave, Pablo Secada, Eduardo Zegarra, Alberto Valenzuela y Mónica Saravia, entre otros. Otros líderes como Patricia Juárez y Mauricio Mulder, de la opción perdedora, también ganan aun en el revés.
Es cierto que Luis Castañeda aunque no muerto es el líder que más pierde. No es el caso de Alan García que supo colocarse de perfil y tras su partido en el debate revocatorio. En este tema, es un error confundir el Apra con García y aunque el primero se encuentre en el grupo de partidos que pierden la revocatoria, debe sopesarse el hecho de que tuvo derrotas más severas en las últimas décadas de las que salió airoso. Si se trata de ganar o de perder, no todos ganan o pierden con la misma intensidad; solo si se trata de buscar titulares periodísticos fáciles se puede enterrar con la palabra ideas, grupos, personas y movimientos.
El PPC, qué duda cabe, que es el gran ganador; para la izquierda, en cambio, el 17M tuvo un sabor agridulce, el caso típico de una fortaleza salvada a costa de la debilidad suprema del ejército. Sin embargo, siendo nada deseable, el resultado plantea un nuevo momento para la izquierda que solo será posible con Villarán en la alcaldía.
Proclamar la bancarrota de la izquierda tiene más de brujería que de raciocinio, curioso porque la izquierda ha sido varias veces sepultada sin que esté muerta y porque los sepultureros ignoran la enorme fuerza de la izquierda social. En el futuro será más difícil ahogar a una izquierda moderna que supo abrir la Municipalidad de Lima a la inversión privada, a las asociaciones público/privadas y ahora a un pacto con el PPC y otros partidos.
El 17M no mató a nadie pero plantea desafíos ante los cuales nadie ha comprado un seguro. En las elecciones de noviembre el PPC tendrá que revalidar su ascenso en la capital, la izquierda pugnar por votos propios para acompañar el fin de la gestión de Villarán y el resto de partidos tendrá que figurar en el proceso de cara al 2014 y al 2016. Sin embargo, el principal desafío será para Susana Villarán: si logra cristalizar un gobierno multipartidario y exitoso, este será su mejor carta de presentación para el futuro.

viernes, 15 de febrero de 2013

Sí vs. No, la política importa

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/si-vs-no-la-politica-importa-15-02-2013
La República
La mitadmasuno
15 de febrero de 2013
Juan De la Puente
La reciente encuesta de CPI que indaga sobre la campaña revocatoria contra la alcaldesa de Lima Susana Villarán confirma, aunque en menor medida que la anterior de Datum, la tendencia al alza del No que ha subido 7 puntos porcentuales, y la caída del Sí que ha descendido 4. En un mes, la distancia entre el Sí y el No ha disminuido 11 puntos y se sitúa en 20 puntos, en tanto que el respaldo a la alcaldesa se ha incrementado en 7 puntos.
Las cifras son gruesas y aunque no pueden ser concluyentes revelan los resultados de las estrategias y posicionamientos de las últimas semanas. El Sí ha encontrado los límites de una campaña antipolítica basada en el desprecio de las reglas de juego de la democracia y de la ciudad como espacio de todos. Según la encuesta, las razones de fondo que motivan el voto por el No, son democráticas, es decir, que es necesario que la alcaldesa termine su mandato, que necesita más tiempo para cumplir su programa, que realiza una buena gestión, que la revocatoria genera gastos innecesarios y que tras ella solo hay intereses políticos. En cambio, aunque sigue siendo predominante la supuesta ineficiencia de Villarán como razón principal del Sí, esta se ha debilitado en las últimas semanas. De paso, es interesante constatar que el desalojo de La Parada como razón en favor del No supera en cuatro veces a la misma razón en favor del Sí.
La apuesta del No es por la ciudad, la política y las reglas. En cambio, el Sí subestimó la política, es decir, el apoyo de los partidos y de las personalidades públicas a Villarán bajo el argumento de que los partidos influyen poco en la decisión de los electores. Sin embargo, el 55% cree que el apoyo de Lourdes Flores y del PPC al No favorece esta opción, un guarismo alto que incluye un reconocimiento al gesto personalísimo de Lourdes, contendiente de Villarán el 2010. El apoyo de otros líderes y partidos al No es también valorado positivamente.
¿Cómo entender en ese contexto que, según la encuesta solo el 23% considera que el Apoyo del Apra y de Alan García favorece al Sí, mientras que el 54% cree que no, y que el 49% piensa que el apoyo del ex alcalde de Lima Luis Castañeda al Sí perjudica a esta opción? De primera impresión se señala que la posición del Apra contra Villarán podría haber resucitado el antiaprismo limeño. Las otras valoraciones sobre el Sí y el No señalan otra explicación: que los ciudadanos de Lima prefieren al Apra y a García, que gobernaron dos veces y saben de las dificultades de la gestión pública, más comprometidos con la gobernabilidad que con la promesa de caos que la revocación anuncia.
Es inescrutable la crítica de los limeños al apoyo de Castañeda al Sí, que se contradice con el respaldo del 54% a su postulación a la alcaldía de Lima para reemplazar a Villarán. Es probable que los electores no quieran ver a Castañeda en el fango de los revocadores y que lo separen mentalmente del turbio clan que falsificó firmas y realiza el trabajo sucio de la revocatoria. Desde ese punto de vista, podría ser un grave error embarcar oficialmente a Solidaridad Nacional en la aventura del Sí; en todo caso, lo más cierto es la encrucijada del ex alcalde: si habla pierde y si no habla también.
La lectura de este y otros sondeos indica que los detractores de Villarán están perdiendo la batalla de las voces que, al fin y al cabo, es una batalla pública. A la falta de rostros, bajo la premisa de que el Sí es masivo y no necesita representación, se suma el estilo pendenciero de sus pocos voceros. A esta táctica de choque concurre la presunción de que Lima quiere guerra. Esta lectura está llevando a los revocadores a expresar, paradójicamente, un Sí negativo que cede ante la fuerza de un No positivo.
El Sí persistirá en su estrategia antipolítica y será difícil que supere el tono jacobino y populista que ha convertido en su sello. A ese paso, no solo se enfrentará a Villarán sino también a la ciudad y a las reglas de la democracia.

viernes, 25 de enero de 2013

El lobo ¿solitario?

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-lobo-solitario-25-01-2013
La República
La mitadmasuno
25 de enero de 2013
Juan De la Puente
Pedro Pablo Kuczynski (PPK) está en la primera línea de la noticia por dos razones: su abierta oposición a la revocación de Susana Villarán y su apocalíptica predicción sobre que la caída del dólar a S/. 2,30 en el brevísimo plazo de tres meses provocaría la ruina de la economía peruana.
En ambos temas se pone de manifiesto la audacia de un político pragmático y temerario aunque en un caso tenga razón y en el otro no. Su respaldo a Susana Villarán sintoniza con el grueso del humor empresarial y con la mayoría de partidos que consideran de riesgoso para la capital retirar a la alcaldesa de sus funciones. En cambio, su predicción monetaria fue desvirtuada en cinco minutos por economistas de distintas tendencias que demostraron que este año no se replicará la caída de tipo de cambio experimentado el 2012 y que el previsto ingreso de dólares debido a la compra de bonos de la Reserva Federal de EE.UU. no tiene en cuenta la recuperación de la economía de ese país.
PPK vive con dificultad su condición de nuevo lobo solitario. La Alianza por el Gran Cambio (APGC) que el 2011 alcanzó el 18% de votos se ha diluido. Sabe que volver a enamorar al PPC será difícil luego de que Lourdes Flores revelara su deseo de intentar la presidencia por tercera vez, que esta vez tampoco contará con César Acuña de Alianza por el Progreso (APP), quien también ha decidido postular a la presidencia el 2016, y que Yehude Simon (Partido Humanista) parece dispuesto a retornar al centro-izquierda.
No obstante, el lobo es sobre todo un depredador, y el activismo de PPK es propio de uno en peligro. Recoge firmas febrilmente para inscribir a su partido Perú Más en breve plazo; abre sedes regionales y ficha caudillos locales, aunque para ello deba reclutar a personajes reprochados como el general Edwin Donayre; mantiene una activa presencia en la prensa escrita y radial; es un habitúe de las redes sociales; impulsa un instituto para poner en práctica sus ¿ideas? políticas; y se relaciona con gobiernos locales y regionales a través de su ONG Agua Limpia.
PPK sabe que ubicarse entre Toledo y Keiko, como lo hizo el año 2011, será un desafío muy serio. Para el 2016 el espacio de la derecha y del centro-derecha estará más tugurizado. Fujimori, Lourdes, García, Toledo y Acuña competirán con él liderando maquinarias electorales, con raíces sociales unos más que otros, con iguales o mayores probabilidades de impactar en el electorado. Por esa razón, no extraña su guiño al electorado dispuesto a votar en favor de Susana Villarán.
PPK, no obstante, tiene algunos valores que lo convierten en potencialmente elegible para los grandes poderes económicos y los medios de comunicación que interactúan con ellos. Es un envidiable intermediario mediático entre el mercado y la sociedad con orígenes en la empresa. Al mismo tiempo, es polivalente, práctico y multiusos como lo evidencia su reciente incursión en favor de los exportadores; como dice el antiguo merengue dominicano, es apasionado, bueno y adinerado, no habla con el vecino, no gasta y economiza y todo lo resuelve tranquilo. De todos los presidenciables que podrían garantizar la inalterabilidad del modelo económico, es el más confiable y dispuesto.
Sin embargo, PPK es también portador de un virus que afecta el sistema político y contra el cual se pronuncian crecientemente la sociedad y el mercado. Es una de las expresiones más acabadas de la personalización de la política y de las prácticas de tercerización de los intereses privados en los representantes. Este rasgo no acabará con la inscripción de un partido propio, que se presume será de una militancia acotada. En ese sentido, PPK 2016 será la apuesta más arriesgada de una aristo/tecnocracia que colaboró activamente con cinco administraciones, que ingresaron al Estado como capitanes hasta alcanzar el generalato en este y en el anterior gobierno. Ese grupo, que ya gobierna gran parte del Estado, pretenderá en las siguientes elecciones el poder completo. PPK es su buque insignia, su estandarte y su caudillo.

sábado, 30 de octubre de 2010

Hipótesis sobre el PPC

La mitadmasuno
La República
Sábado 30 de octubre 2010
Juan De la Puente
Es probable que Lourdes Flores no sea candidata presidencial el 2011 porque no quiera y no porque su carrera política haya concluido. En los hombres (y mujeres) públicos no hay muerte política sino biológica. Aun así, tiene dos problemas a resolver como lideresa de su partido: cómo rentabilizar más de un millón y medio de votos obtenidos en Lima y garantizar la vigencia del PPC.
Atender a la vez ambos propósitos no será sencillo. En el carril denominado “centro” al que intenta aplicar el PPC ya se tienen dos corredores: Luis Castañeda y Alejandro Toledo; más a la derecha se ha instalado el fujimorismo; en tanto que la izquierda es un espacio lejano. Luego, a pesar de que los votos de Lourdes en Lima fueron más suyos que los obtenidos por otros candidatos, la tasa peruana de endose electoral es muy baja.
En el debate pepecista la diferencia entre ir solos o en alianza es, injustamente, como la elección entre la vida y la muerte, de modo que ha resurgido su frentismo a flor de piel. El PPC es un tejedor de alianzas, una propensión europea en un país de aprehensiones atrasadas al pacto. El PPC emprendió alianzas en 4 de las 5 elecciones nacionales democráticas desde 1980 (Convergencia Democrática en 1985, Fredemo en 1990 y Unidad Nacional el 2001 y 2006), y también ha practicado pactos postelectorales como con el Apra en la Constituyente de 1978 y con el gobierno de Acción Popular entre 1980 y 1983. Sin llegar a la promiscuidad, es el partido que más bodas ha tenido en los últimos 30 años, por lo que su menú actual incluye varios modelos: subordinados a un “grande” en carrera, con iguales pero con el PPC a la cabeza, y una reedición del Fredemo para lo cual escasea un nuevo Mario Vargas Llosa.
Las alianzas del PPC, sin embargo, no han sido exitosas en el objetivo de llegar al poder aunque con saldos importantes en alcaldías y escaños, así que también es legítimo proponerse navegar con barco propio, con candidato propio o prestado. Para ello, tendría que abrirse más a la oferta ideológica en un país en crecimiento y desbordar el centro por la derecha, es decir, seguir probando los bocados liberales a través de fichajes como el de Pablo Secada en Lima o la reciente adquisición de Daniel Córdova. Desde el PPC, más posibilidades de colarse entre los grandes tendrá quien ofrezca más orden que libertad y más continuidad que cambio.

lunes, 18 de octubre de 2010

Análisis de las elecciones regionales y municipales

Canal 7 y La República. 3 de octubre
Luego de las elecciones municipales y regionales participé en algunos debates de análisis de los resultados. El primero fue ese mismo día 3 de octubre, en el Canal 7 (TNP) a las 4 pm. inmediatamente después de los flashes de boca de urna. Lo que se dijo allí lo recogió La República
aquí, resaltando la idea de que volvimos a la normalidad, en referencia a la candidata outsider en Lima.

Instituto del Perú - USMP. 6 de octubre

Luego, por invitación del Instituto del Perú de la USMP, participé junto a Alfredo Torres de Apoyo y Cecilia Valenzuela de Willax TV en un debate en el Hotel Country, el 6 de octubre.
La nota general del evento puede verse aquí.
Las intervenciones de ese debate se pueden ver aquí, editadas en tres partes.
También se puede ver
aquí el power point que elaboré para la ocasión, con algunas ideas, en vías de sistematizar conclusiones iniciales, tendencias y preguntas. Se titula Lima: retorno del outsider y los efectos de la antipolítica.

Willax TV. Cecilia Valenzuela. 15 de octubre
Finalmente, el jueves 15 participé en el programa de Cecilia Valenzuela “Mira Quien Habla”, en el nuevo Canal de Cable y por Internet Willax, una experiencia de TV muy interesante. La entrevista editada en cuatro partes puede verse aquí, aquí, aquí y aquí. Los títulos de los videos que componen la entrevista son de responsabilidad del canal.
Artículos publicados antes y después de las elecciones
Con relacíon a las elecciones del 3 de octubre he publicado algunos artículos en La República.
Antes del 3 de octubre publiqué 9 artículos:
Lima, ¿Una burbuja electoral? 7/11/2009 aquí.
Lima la pobre 6/3/2010 aquí.
Regiones: la política cero 10/4/2010 aquí.
El Caso Oscorima 26/6/2010 aquí.
Ojo con las palabras 17/7/2010 aquí.
Mujeres en campaña 28/8/2010 aquí.
Política social municipal 18/9/2010 aquí.
Tres análisis fallidos 25/9/2010 aquí.
Sucia, rica y pobre 3/10/2010 aquí.
Luego de las elecciones he publicado dos, de una serie de hipótesis de los partidos y candidatos, y pretendo que sean varios:
Hipótesis sobre el Apra 9/10/2010 aquí.
Hipótesis sobre la izquierda 16/10/2010 aquí.

sábado, 16 de octubre de 2010

Sucia, rica y pobre

La mitadmasuno
La República
Domingo 3 de octubre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.com.pe/columnistas-elecciones-2010/03/10/2010/sucia-rica-y-pobre
Culminó en Lima una de las campañas electorales más sucias de los últimos tiempos. También la más ostentosa al extremo del abuso y, de paso, la más pobre en ideas movilizadoras de la sociedad. Este resultado no debería merecérselo un país que recuperó su democracia apenas hace 10 años, cuya economía ha crecido a tasas de 6% del PBI anual promedio y que proclama su inminente ingreso al exclusivo club del primer mundo.
Habría que preguntarse qué factores motivan esta dicotomía entre el enriquecimiento de la sociedad y el empobrecimiento de la democracia. Desde los economistas, un ortodoxo diría que la economía ha logrado mantenerse aislada de la política, a lo que un heterodoxo podría contestar: la buena economía no es tal si no genera resultados en la política. Desde la politología la respuesta es más desafiante porque obliga a profundizar en temas sobre los que el sistema político se ha revelado estéril: la calidad de las reglas de la elección de representantes, la calidad de los actores políticos y la calidad de los partidos.
El escenario electoral limeño pudo desarrollar escasamente la disyuntiva corrupción vs anticorrupción porque se introdujeron otras disyuntivas que jalonearon la campaña desde la ideología, en una dinámica donde todo valía, especialmente el adjetivo: terruca, mentirosa, solterona, perdedora, abogada de narcos y drogadicta, de modo que resulta que las expresiones “se meten la alcaldía al poto” y “perra” son las declaraciones electorales más relevantes.
En este contexto de bloqueo de la política por la ideología jugaron un papel crucial los medios que han actuado por encima de los políticos y en lugar de ellos, con una intensidad mayor que la ocurrida en el 2006. Varios medios expropiaron las candidaturas y las agendas electorales con la complicidad o silencio de los candidatos, lo que debería ser leído como el acto final de la privatización de la política. En adelante es muy probable que cada candidato le pertenezca más al propagandista o al que financia la campaña (o la contracampaña) y menos al partido.
Estos resultados no tendrían lugar si las reglas fuesen más eficaces para la política: límites a la publicidad electoral, financiamiento público de los partidos, obligatoriedad de elecciones primarias en los partidos o mayor auditoría de los gastos. Sin embargo ninguna ley, más que conciencia cívica, podrá devolver a los políticos su autoestima y a los medios a su lugar.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Tres análisis fallidos

La mitadmasuno
La República
Sábado 25 de setiembre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/la-mitadmasuno/25/09/2010/tres-analisis-fallidos
Contra lo que se sostiene, este proceso electoral evidencia hasta ahora un desempeño aceptable de la mayoría de encuestadoras. En los dos últimos meses los sondeos difieren poco, aunque en el caso de Lima ninguno está libre de un “colombianazo”, el reciente fiasco de los estudios de opinión para la primera vuelta en ese país. Nuestro problema reside por ahora en los análisis fallidos.
El primer error fue el vaticinio sobre que la disyuntiva corrupción vs. anticorrupción era inviable en Lima debido al pragmatismo del elector. En gran parte de la campaña esta perspectiva dibujó un primer escenario dicotómico y útil para empoderar sucesivamente a las dos candidatas que lideran las preferencias. En el último tramo, al introducirse al debate otras disyuntivas, la primigenia aún es muy importante. El 3 de octubre sabremos si prima sobre las otras.
El segundo error fue el pronóstico casi general de que la intención de voto para Alex Kouri no se trasladaría a Susana Villarán, por ser ambos políticamente antagónicos. Sí lo son, aunque un grupo de electores debió cambiar sus adhesiones porque emergió un segundo escenario. La ultrapolarización a la que asistimos podría estar produciendo un tercer escenario, el de las elecciones generales adelantadas en Lima, donde lo vecinal sea menos relevante. Lourdes Flores ha logrado arrastrar a su rival a esa vorágine de modo que el debate del 27 será más ideológico/político que edil/vecinal.
El tercer equívoco fue el más clamoroso: negar la posibilidad del surgimiento de un outsider porque no aparecía alguien que potenciara ese fenómeno. Susana Villarán lo es y tiene todas las fortalezas de un outsider, aunque también sus debilidades. Podría ser que los negacionistas se hayan quedado con la visión clásica del outsider, es decir, alguien fuera del sistema político, no conocido y con soluciones radicales. Algunos amigos míos aún se resisten a reconocer en Villarán a un outsider probablemente porque consideran que un candidato es más un discurso que una imagen.
Quizás sea necesario dar una mirada al perfil del elector que presentaron hace poco el JNE, el PNUD e Ipsos Apoyo. Extraigo dos datos: al 51% le interesa más la elección presidencial frente a un 13% al que le interesa más la elección del alcalde, en tanto que para la decisión del voto pesa más el entorno personal que los medios de comunicación.
El Perfil del Elector presentado el 16 de setiembre por el JNE, PNUD e Ipsos Apoyo puede verse aquí.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Susana Villarán o la outsider en Lima

Dos encuestas aparecidas hoy confirman el despunte de Susana Villarán frente Lourdes Flores. La del grupo La República y la PUCP aquí y de El Comercio e Ipos Apoyo aquí.
Villarán, ha saltado del 9% que tenía el 12 de agosto pasado a más del 40%. Es una perfomance típica del outsider, posibilidad que descartaban hasta hace poco muchos analistas peruanos.
Estos sondeos fomentan el debate ya abierto hace días sobre porque Villarán y no otro candidato, los errores de Lourdes Flores, la demonización de Villarán y el apoyo a esta por Jaime Bayly. Solo en vías de suministro de datos, con cargo a otro post, los hitos en el escalamiento de Villarán son dos: la tacha contra Alex Kouri y la difusión del "potoaudio".
Otro dato relevante es que Lourdes "solo" cae 8 puntos desde su intención de voto más alta registrada en julio, de modo que Villarán se alimenta de varias fuentes, de la misma Lourdes, pero también de los indecisos y de los potenciales votantes de Kouri, otro error de los analistas que predecían que era imposible un traslado de votos de este hacia la candidata de Fuerza Social.
La primera es la encuesta de La República PUCP y la segund de El Comercio/Ipsos Apoyo. La primer fue realizada a 510 personas entre el 15 y 17 de setiembre y la segunda a 593 personas entre el 16 y 17 de este mes:




Otras dos anotaciones convienen hacer. La primera, en la encuesta de LR/PUCP se advierte una relación directamente proporcional entre la falta de conocimiento de Susana Villarán (28%) y la decisión de los electores de no votar por ella en ningún caso (48%) todo ello en el mes de marzo, y el 5% de desconocimiento sobre ella y el 31% de la decisión no votar por ella en ningún caso, en la última encuesta. Esto indicaría que su demonización fue contraproducente y solo contribuyó a que se le conozca electoralmente y se le re-conozca políticamente, o que el peso de la campaña favor fue mayor que la demonización:

La segunda, en esa misma encuesta, es el alto componente del tema corrupción (44%) en la posibilidad de cambio de voto por parte del elector que ya decidió votar. Una evidencia más que la disyuntiva corrupción vs anticorrupción moviliza el voto ciudadano, a contrapelo de otro grupo de analistas que en mayo señalaban que esa dicotomía electoral no funcionaba. Funcionó para la polarización Kouri/Lourdes y para la nueva polarización Susana/Lourdes: