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viernes, 28 de octubre de 2011

El ghetto partidario

La mitadmasuno
La República
27 de octubre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-ghetto-partidario-27-10-2011

Se acaba de presentar un proyecto para reformar la Ley de Partidos Políticos que eleva el número de firmas para la legalización de una organización política. De aprobarse la iniciativa, se necesitarán no menos de 760 mil firmas, es decir, el 4% del padrón electoral, para la inscripción legal de un partido. La medida estira la arbitrariedad de un cambio anterior, realizado a hurtadillas el 2009, cuando se fijó en 3% del padrón las firmas requeridas, es decir, 570 mil.
Los motivos que expresa el proyecto Nº 406/2011 son sinceros: que a la fecha se han vendido 300 kits electorales a grupos que aspiran a legalizarse. Declara que el propósito es evitar la fragmentación y, de paso, fortalecer el sistema de partidos.
Si se aprueba la norma no se lograrán esos objetivos porque aborda el problema sin una visión de reforma integral de la Ley de Partidos. Al contrario, suena como el inicio de una contrarreforma para cerrar a patadas el sistema de partidos en lugar de renovarlo. Paradójicamente, no toca el tema de fondo que está en la base de los casos denunciados y que evidencian que el problema reside principalmente en la formación de la representación más que en el acceso al sistema.
En todo caso, si el tema es la pertenencia al sistema, las firmas son menos relevantes que otros factores que podrían tomarse en cuenta, como los requisitos para quedarse en el sistema, es decir, el porcentaje de votos obtenidos o la cantidad de parlamentarios elegidos. Si aprueba el proyecto volveríamos a finales de los años 90. Las 300 mil firmas requeridas entonces dejaron sin competencia a los grupos aluvionales faltos de identidad y arrinconaron a los partidos.
La participación política en el Perú es afectada tanto por la fragmentación como por la dispersión. Con la fragmentación se tiene muchos partidos (aunque no son demasiados para la media de A. Latina), pero con la dispersión se tienen varias versiones de izquierda, derecha y centro. Elevar el número de firmas sería construir un ghetto partidario, inalcanzable pero no por ello respetable y legítimo.
Es preciso debatir cuán cerrado o abierto es el actual sistema pensando en los ciudadanos más que en las elites, especialmente aquellas que pueden “invertir” en la legalización de un partido. La idea básica es que los ciudadanos están subrepresentados, con una relación representante versus elector muy baja. Si a ello se suma un ghetto de elegibles, iríamos en retroceso.

jueves, 23 de junio de 2011

Que decida la gente

La mitadmasuno
La República
23 de junio 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/23-06-2011/que-decida-la-gente


Los italianos rechazaron en el referéndum del 12 de junio la privatización de los servicios de agua, los planes de expansión de la energía nuclear y la llamada Ley del Legítimo Impedimento, que permitía al primer ministro invocar tareas de gobierno para no acudir a los procesos penales. Según la Constitución italiana, para que ese tipo de referéndum sea válido deben acudir a las urnas más del 50% de los electores. A pesar de que el gobierno de Silvio Berlusconi llamó a los ciudadanos a abstenerse, el 57% fue a votar y de ellos más del 94% lo hizo por derogar las iniciativas legales oficialistas. Los cuatro No al gobierno fueron bautizados como los del Bien Común.
Desde hace 18 años no prosperaba en Italia un referéndum derogatorio, un tipo de consulta que deben solicitar 500 mil electores o cinco de los 20 consejos regionales. La coalición que impulsó este pronunciamiento ciudadano fue vasta e incluía a partidos, sindicatos, ONG, intelectuales, redes sociales y la Iglesia Católica, la que apoyó el carácter de bien público del agua. En una declaración, los obispos italianos aseguraron que “el agua es un don de Dios y pertenece a todos”.
La Constitución permite en Italia cuatro tipos de referéndums: los regionales, los de alteración territorial, los derogatorios y los confirmatorios de reformas constitucionales. De hecho, el 2006 los italianos rechazaron en una consulta la reforma que cambiaba 50 artículos de la Constitución implantando un modelo federalista con mayor autonomía para las regiones y más poder para el primer ministro.
Con la Constitución de 1993 los peruanos votamos en tres referéndums, uno ese mismo año para validar su texto, probablemente ganado por el No; el segundo, el año 2005 en 16 departamentos, para la formación de 5 regiones; y el tercero, el 2010 para la devolución de los aportes del Fonavi. Aun así, ni la iniciativa legislativa ni el referéndum son recurridos en el Perú como opciones de cambio. En el caso del referéndum, es probable que la razón sea el número de firmas requeridas.
Los próximos años son páginas en blanco para las iniciativas de democracia directa. Las reformas políticas podrían tener un curso de legislación alternativa, especialmente las referidas a los partidos políticos, al voto preferencial, al incremento de la cuota de género, al voto voluntario o al cambio en las circunscripciones electorales, entre otras.

viernes, 18 de marzo de 2011

la democrcia portátil

La mitadmasuno
La República
Jueves 17 de marzo de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/17-03-2011/la-democracia-portatil

Estas elecciones, las primeras de la democracia sin partidos, ya cobraron una víctima; en realidad son millones: los ciudadanos. Nunca se había visto un nivel tan alto de desmovilización de los electores. Es también inédita su marginalidad del proceso electoral y su poca importancia para los candidatos y para los medios.

Los mítines concentran, en el mejor de los casos, pocos cientos de personas, en tanto que la campaña se reduce a recorridos por las calles en un modelo carnavalesco, es decir,  carros alegóricos, saludos desde lejos y el arrojo de regalos. Lo más cercano a un contacto directo son la visitas relámpago a los centros de concurrencia diaria. Por eso la mayoría de candidatos ha visitado los mismos mercados, ha cargado a los mismos niños y ha besado a las mismas mujeres.

El eje de las campañas anteriores, en línea decreciente, eran los militantes de los débiles partidos que pugnaban por ganar las calles, hablar con la gente, abrir locales y distribuir  propaganda. En esta etapa, han sido reemplazados por las llamadas “portátiles”, grupos de tarea rentados para toda actividad electoral y que pueden servir a destajo a uno o más postulantes.

Albricias, hemos tercerizado la militancia política y las emociones partidarias y hemos canjeado a los adherentes por barras bravas.
Lo más cercano al diálogo entre candidatos y electores es el que se produce desde la publicidad en radio, TV y diarios en un formato genérico que no diferencia a los emisores. La otra aspiración de diálogo son los paneles publicitarios, espantosa expresión de la Torre de Babel que es la política peruana: muchos mensajes, gran confusión y harto dinero. Es paradójico que, en ese contexto, algunos candidatos digan que su campaña se basa en escuchar a la gente.

Estos fenómenos agregados están produciendo cambios cruciales. La formación de un escenario con cinco candidatos principales evidencia una alta fragmentación y, al mismo tiempo, la baja legitimidad de los postulantes. En perspectiva, es un aviso de la dificultad de nuestro sistema para formar una mayoría política. Desde la sociedad, el mensaje es también directo, la fragilidad de la opinión pública, es decir, la poca cohesión de los juicios compartidos por los peruanos. Entre los peligros de una democracia débil como la nuestra, uno de los mayores es el espiral del silencio. Toda incertidumbre tiene un precio.

jueves, 3 de febrero de 2011

Impacto profundo

La mitadmasuno
La República
Jueves 3 de febrero de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.com.pe/03-02-2011/impacto-profundo

No debería pasar desapercibido el fuerte coletazo que ha impactado en las listas de candidatos al Congreso como efecto de la violenta liquidación del sistema de partidos, o lo que a él se parecía. Los candidatos presidenciales le expropiaron a sus grupos y a sus aliados temerosos o silenciosos la designación de los candidatos al Parlamento, ofreciendo una selección exigente y casi científica de aspirantes para garantizar moralidad, idoneidad y fidelidad. Sin embargo, las listas fueron elaboradas como los planes de gobierno, a la carrera y sin cuidado.
Lo que tenemos a la vista es un modelo antipartido y antipolítico de lista parlamentaria con las siguientes características alternativas o agregadas: 1) la subestimación de la consulta interna, democrática y respetuosa del militante inscrito; 2) el privilegio del invitado, especialmente de la “figura” conocida al margen de sus valores cívicos; 3) el fichaje del candidato con dinero o con posibilidades de atraerlo; y 4) la invitación a caudillos regionales o locales con arraigo en las recientes elecciones municipales y regionales.
El resultado ya se aprecia. En cada grupo menudean personajes cuestionados por sus condenas judiciales o procesos en curso, por sus relaciones con grupos de poder con oscura ejecutoria, por su pasado antidemocrático o por su vinculación con las tramas corruptas pasadas y presentes. Casi todas las listas parecen contagiadas en una magnitud que opaca la inclusión de candidatos de reconocida honestidad y trayectoria. En ese contexto, las hojas de vida se han revelado poco útiles aunque las tres semanas que median entre la designación de candidatos y su inscripción son un plazo de oro para apreciar estas perlas. Por lo mismo, son lamentables las barreras legales para que los grupos retiren a los cuestionados.
Si un porcentaje de esta pléyade es elegido disparará de inmediato y acelerará la crisis de legitimidad del nuevo Parlamento. Ese Legislativo no aprobaría las reformas necesarias, especialmente la política, o ejercerá con serias limitaciones sus funciones de representación y control. Será difícil, por ejemplo, que apruebe la ley contra los tránsfugas o elimine el voto preferencial. Se estaría cerrando así el círculo de la crisis de legitimidad de la democracia, ampliando el número de peruanos que desean una democracia con menos Parlamento.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Partidos: suicidio colectivo

La mitadmasuno
La República
Jueves 23 de diciembre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/23-12-2010/partidos-suicidio-colectivo
El proceso de designación de candidatos a la Presidencia de la República y de “planchas” presidenciales ha sido más intenso del que se esperaba en lo que se refiere a la destrucción de las colectividades políticas. De hecho, el primer saldo de este proceso es la muerte de lo que llamamos sistema de partidos, surgido con la apertura democrática de 1980 y herido muy seriamente en la década fujimorista. Si algo caracterizaban los procesos de los últimos 30 años es que, en la mayoría de casos, los partidos escogían a sus candidatos. Como signo de la nueva época, esta vez los candidatos han escogido a sus partidos.
Podríamos volver a la discusión que se tuvo en los años 90 respecto a que si la dictadura fue el resultado de un asesinato o de un suicidio. Luego de una década democrática no hay duda de que se trata de un suicidio colectivo. La constantes de este fenómeno son varias: 1) los tres partidos llamados tradicionales, AP, PPC y APRA, van a las elecciones sin candidato propio; 2) todas las alianzas constituidas legalmente, realmente no lo son; podrían recibir el nombre de cooptaciones o adhesiones, pero ninguna reviste la fisionomía de una coalición; 3) los procesos internos para la elección de aspirantes presidenciales y vicepresidenciales fueron, en algunos casos, imperceptibles latidos, evidencia de agonías y, por tal razón, la elaboración de las listas presidenciales no han enriquecido ni a los partidos ni a los candidatos. En algunos casos, los han empobrecido más o han mostrado la inviabilidad de la apertura que se deseaba proyectar.
En esta democracia sin partidos por la que transitaremos, ¿qué reemplazará a la mediación partidaria? Algunos indicios son ya relevantes, como el enorme peso de los medios que se van organizando alrededor de algunos candidatos y en contra de otros; la voz del mercado expresada directamente por sus voceros; y la creciente fuerza de un grupo selecto de formadores de opinión que opera en papeles de crítica, adhesión, denuncia y alerta.
¿Será posible reconstruir en el mediano plazo un sistema de partidos? Solo en la medida en que se registre una reforma del sistema político. No obstante, como se sabe, los gobiernos fuertes pueden realizar reformas tan resistidas como las que se relacionan con los partidos y la representación. A estas alturas, es difícil presumir que el próximo gobierno lo será.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Hipótesis sobre los caudillos

La mitadmasuno
La República
Jueves 18 de noviembre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/18-11-2010/hipotesis-sobre-los-caudillos
Un rasgo que impondrá su sello a las elecciones de abril será el protagonismo de los caudillos, en una intensidad muy similar a las elecciones previas a la República Aristocrática (1895-1919). Hasta ahora la competencia es entre candidatos naturales cuyo peso aplasta a sus pequeñas colectividades. El APRA, el partido más importante del país, se ha entregado a una candidatura independiente y los partidos llamados tradicionales como el PPC y AP se agitan en la búsqueda de un pacto que los subordine a un caudillo. En tanto, la izquierda practica el rito tragicómico de asambleas unitarias a sabiendas de que el centro de gravedad está en otro lado.
Es probable que las elecciones de abril sean el acto de defunción de lo que hemos conocido como lo más cercano a un sistema de partidos o el primero de una democracia sin partidos, fenómeno que la teoría niega, inclusive las que aceptan como natural la legitimidad carismática y plebiscitaria de los jefes políticos. Este cuadro confiesa por sí mismo la falta de medidas reclamadas en esta década para favorecer a los partidos. Es decir, no es la consecuencia de la apertura y renovación del sistema político sino, precisamente, el resultado de la conservación de las reglas de juego que llevan varias décadas, como la promoción de los políticos “independientes”, el voto preferencial y la ausencia de elecciones primarias.
Nuestro proceso no debe confundirse con el de la personalización de la política cuyos sujetos son los “príncipes democráticos” que sustentan su poder en la imagen y en su relación con los medios, surgidos de la competencia interna partidaria en las democracias avanzadas (Sergio Fabrini; 1999). En nuestro caso, los caudillos no dependen de sus raleadas huestes ni surgen de la competencia interna en grupos cohesionados. No son el resultado sino el origen de un grupo político privado. Elegido alguno, se sujetará más a los poderes fácticos y a las coaliciones distributivas.
En este universo privatizado sobran los militantes partidarios y los ciudadanos, y su derecho a elegir a representantes de colectividades. Sobra la política misma y su capacidad de mediación y de legitimación del poder. Como Víctor Andrés Belaunde, casi 100 años después, habría que repetir que en el Perú no hay “verdad electoral” ni “sufragio libre”, y que las elecciones tienen ribetes de comedia.