La República
Jueves 3 de febrero de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.com.pe/03-02-2011/impacto-profundo
No debería pasar desapercibido el fuerte coletazo que ha impactado en las listas de candidatos al Congreso como efecto de la violenta liquidación del sistema de partidos, o lo que a él se parecía. Los candidatos presidenciales le expropiaron a sus grupos y a sus aliados temerosos o silenciosos la designación de los candidatos al Parlamento, ofreciendo una selección exigente y casi científica de aspirantes para garantizar moralidad, idoneidad y fidelidad. Sin embargo, las listas fueron elaboradas como los planes de gobierno, a la carrera y sin cuidado.
Lo que tenemos a la vista es un modelo antipartido y antipolítico de lista parlamentaria con las siguientes características alternativas o agregadas: 1) la subestimación de la consulta interna, democrática y respetuosa del militante inscrito; 2) el privilegio del invitado, especialmente de la “figura” conocida al margen de sus valores cívicos; 3) el fichaje del candidato con dinero o con posibilidades de atraerlo; y 4) la invitación a caudillos regionales o locales con arraigo en las recientes elecciones municipales y regionales.
El resultado ya se aprecia. En cada grupo menudean personajes cuestionados por sus condenas judiciales o procesos en curso, por sus relaciones con grupos de poder con oscura ejecutoria, por su pasado antidemocrático o por su vinculación con las tramas corruptas pasadas y presentes. Casi todas las listas parecen contagiadas en una magnitud que opaca la inclusión de candidatos de reconocida honestidad y trayectoria. En ese contexto, las hojas de vida se han revelado poco útiles aunque las tres semanas que median entre la designación de candidatos y su inscripción son un plazo de oro para apreciar estas perlas. Por lo mismo, son lamentables las barreras legales para que los grupos retiren a los cuestionados.
Si un porcentaje de esta pléyade es elegido disparará de inmediato y acelerará la crisis de legitimidad del nuevo Parlamento. Ese Legislativo no aprobaría las reformas necesarias, especialmente la política, o ejercerá con serias limitaciones sus funciones de representación y control. Será difícil, por ejemplo, que apruebe la ley contra los tránsfugas o elimine el voto preferencial. Se estaría cerrando así el círculo de la crisis de legitimidad de la democracia, ampliando el número de peruanos que desean una democracia con menos Parlamento.
Lo que tenemos a la vista es un modelo antipartido y antipolítico de lista parlamentaria con las siguientes características alternativas o agregadas: 1) la subestimación de la consulta interna, democrática y respetuosa del militante inscrito; 2) el privilegio del invitado, especialmente de la “figura” conocida al margen de sus valores cívicos; 3) el fichaje del candidato con dinero o con posibilidades de atraerlo; y 4) la invitación a caudillos regionales o locales con arraigo en las recientes elecciones municipales y regionales.
El resultado ya se aprecia. En cada grupo menudean personajes cuestionados por sus condenas judiciales o procesos en curso, por sus relaciones con grupos de poder con oscura ejecutoria, por su pasado antidemocrático o por su vinculación con las tramas corruptas pasadas y presentes. Casi todas las listas parecen contagiadas en una magnitud que opaca la inclusión de candidatos de reconocida honestidad y trayectoria. En ese contexto, las hojas de vida se han revelado poco útiles aunque las tres semanas que median entre la designación de candidatos y su inscripción son un plazo de oro para apreciar estas perlas. Por lo mismo, son lamentables las barreras legales para que los grupos retiren a los cuestionados.
Si un porcentaje de esta pléyade es elegido disparará de inmediato y acelerará la crisis de legitimidad del nuevo Parlamento. Ese Legislativo no aprobaría las reformas necesarias, especialmente la política, o ejercerá con serias limitaciones sus funciones de representación y control. Será difícil, por ejemplo, que apruebe la ley contra los tránsfugas o elimine el voto preferencial. Se estaría cerrando así el círculo de la crisis de legitimidad de la democracia, ampliando el número de peruanos que desean una democracia con menos Parlamento.
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