viernes, 22 de noviembre de 2013

La crisis perfecta

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-crisis-perfecta-22-11-2013
La República
La mitadmasuno
22 de noviembre 2013
Juan De la Puente
La revelación sobre el ilegal resguardo policial del domicilio de un ex operador montesinista ha generado una crisis política inédita por la audiencia que concita, por la naturaleza de los protagonistas y por las versiones que circulan. Es una crisis perfecta donde el pasado, resucitado o sobreviviente, se abraza con el presente, y donde sobran los datos, nuevos o almacenados, casi en la misma intensidad que los chismes. Es un momento en el que todas las hipótesis parecen ciertas pero los explicadores no son creíbles y donde todos son malos o están a punto de serlo.
Esta no es una situación de todos contra todos sino de todos contra uno; el proceso ha atrapado a un gobierno ya desguarnecido antes del escándalo. El caso ha disparado otros fenómenos de modo que estamos ante varias crisis, un menú de crisis con un plato de fondo que por ahora nadie se atreve a pedir, el adelanto de elecciones o la salida de quien fue elegido democráticamente. La palabra vacancia es rumiada en algunas tiendas de campaña pero aún no ha sido escupida.
El sistema ha soportado el escándalo, lo que desdice la presunta fragilidad de la democracia. Sobre la mesa, más allá de la crisis misma se encuentra lo que ella revela, la existencia de redes, o una red de redes, que recrea la ilegalidad, una suerte de Estado de baja intensidad o de segundo piso que vive del primero, el producto de lo que Carlos  Meléndez llama una “antipolítica montesinista”, que no se queda en la escucha ilegal o la protección policial sino que trafica con todo.
El caso está cercado por una épica hipócrita o por lo menos equivocada, la de los caballeros armados que defienden a las FF.AA. de la Policía o a esta de los militares, que llaman a limpiar las instituciones pervertidas por el Estado de baja intensidad pero que guardan silencio ante la reforma. La corrupción ha llegado a su peor nivel: es un arma arrojadiza entre el gobierno y la oposición.
La última encuesta anticorrupción elaborada por Ipsos por encargo de Proética (agosto, 2013) señala que el 53% cree que la PNP es la institución más corrupta del país, pero nos sorprendemos si el Presidente de la República lo insinúa. ¿Quién debe decirlo? ¿Los porcentajes solo tienen relevancia estadística? ¿Es válido poner el dedo acusador anticorrupción frente a políticos y jueces y no ante policías y militares?
La crisis sigue abierta aunque la ferocidad de los actores haya cedido; no existe un manual de cómo cerrar un período con esa complejidad. Las recetas de gerencia política que circulan como catecismos no consideran la magnitud, el peso de los actores o la correlación de fuerzas. Los tontos creen que nunca falla un golpe de efecto, los más tontos dicen que una noticia mata a otra y los retontos que las crisis se cierran solitas y que solo hay que guardar silencio.
La crisis tiene dos hechos intrínsecos que bloquean la salida; el primero es la inculpación del montesinismo que aparece como un cuerpo vivo e inmutable. Esta visión político/policial simplifica el caso al reducirlo a quién estuvo más ligado a Montesinos y en qué medida sus vástagos han infiltrado el sistema
Este escenario proyectará una larga disputa basada en “nosotros tuvimos/tenemos menos montesinistas”. El segundo hecho que bloquea la salida reside en que nadie hace lo suficiente para superar el momento.
La única respuesta institucional viable es la reforma. Sin embargo, la mayoría de actores se quedan en la investigación; denuncian, interpelan, revelan, atacan, se defienden y se limpian de montesinismo. Gran parte de las actuaciones estridentes son para las galerías.
El gobierno debe tomar un espacio estratégico, huir de la disputa sobre los detalles y abrir un escenario que le permita elaborar un discurso único y una práctica reformista frente a las redes ilegales, llamando a ello a la oposición. Forma parte de ese posicionamiento la salida del gobierno de los protagonistas del escándalo, por acción u omisión, y la rápida designación de una comisión investigadora expresamente nombrada.

Mala política y mala noticia

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/mala-politica-y-mala-noticia-15-11-2013
La República
La mitadmasuno
15 de noviembre 2013
Juan De la Puente
Colombia debate el futuro, es decir, cómo construir la paz desde un diálogo hereje de enemigos que se han matado 50 años. Sin concesiones militares a las FARC, un gobierno democrático audaz se ha colado por una rendija para intentar una salida que, si no funciona, deberá saldar la guerra con las armas del Estado de Derecho. Importa mucho que a pesar del despliegue de los opositores al diálogo, dirigidos por un ex presidente muy popular, el 64% lo respalde.
Chile también debate el futuro. Luego de las elecciones de este domingo, el vecino país tendrá en un mediano plazo una nueva institucionalidad. El dique pasadista se ha roto desde las calles y desde el sistema político, al punto que las palabras cambio y futuro compartido son las más pronunciadas en la campaña.
Brasil también discute el porvenir. Sobre todo el sentido de su modernización y el lugar de los jóvenes en ella. El sistema asimila la voz de la calle, no la apalea, y debate con fuerza la lucha contra la corrupción, la inversión en infraestructura, la demanda energética, el acceso universal a la educación y salud y la posibilidad de un plebiscito reformista.
El Perú, en cambio, debate el pasado con frenesí devorando el futuro, o debate el presente para evitar el futuro. No es malo debatir el pasado pero el espíritu conservador lo impone como un esquema cuyo objetivo es evitar el cambio. Por ejemplo, importan exclusivamente las ilegales decisiones que permitieron a la Policía custodiar a un operador de Vladimiro Montesinos, pero se elude el tema de por qué sobreviven las prácticas montesinistas en la PNP y por qué fracasaron las reformas policiales a poco de iniciarse.
En el reciente episodio del subgrupo de DD.HH. en el Congreso parecería que el único tema en agenda fuese el cuestionamiento a la CVR, un empeño por lo demás inútil frente a su potente eco en la sociedad peruana que ya lleva una década, y no el compromiso del Parlamento y sus partidos con los DD.HH., las secuelas de la violencia, las reparaciones y, por qué no, el reconocimiento de DD.HH. que hacen cola en el Congreso, empezando por el derecho al agua.
Un elemento que jalona la mala política es el formato de “Esto es guerra” y “Combate” en el que se ha convertido la noticia política, secuestrada en favor de cuatro personajes: Humala, Toledo, García y Fujimori. Este formato segmenta la política en cuatro cajones y deja poco espacio para los temas cruciales del futuro. Es la perfecta cortina que permite la huida de lo que importa, como la documentada denuncia de los malos manejos en APDAYC, que se desliza por el desagüe, o la aprobación de la llamada Ley Antauro.
Al cumplir los medios su función de jerarquizar la noticia, desarrollan este modelo noticioso donde la áspera confrontación no es sinónimo de intercambio de ideas, y donde la frase, la respuesta y la epidermis de la noticia es lo más importante, sobre todo si impide profundizar en los titulares. La mayoría de medios se jalan de las narices a practicar ese modelo informativo, de modo que, por ejemplo, importa si las decisiones las toman Ollanta Humala o Nadine Heredia y no los grupos de poder que sí han tomado las más importantes decisiones los últimos dos años, entre ellas una central: bloquear las reformas.
El hombre político, ya en crisis, sucumbe a ese formato y le presta su voz e imagen, como los concursantes de la farándula que sobreactúan. La política es un espectáculo, cierto, pero es un espectáculo propio; nadie ha dicho que deba ser mediano, engañoso, hiperpersonalizado y antipolítico.
El argumento “solo soy mensajero” tiene límites; también está en crisis el hombre/mujer prensa que construye una jerarquía informativa, acotando la noticia, quitándole sus raíces y frutos y promoviendo una sola mirada y un acercamiento ficticio a la realidad. Es, si se quiere, la piedra angular de este modelo escogido porque, no digan que no, saben lo que hacen. Aunque de vez en cuando finjan indignación por lo bajo que ha caído la política y nos cuenten que hay mala política pero no mala noticia.

viernes, 8 de noviembre de 2013

No se coman la democracia

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/no-se-coman-la-democracia-08-11-2013
La República
La mitadmasuno
8 de noviembre de 2013
Juan De la Puente
La crítica a la democracia es también democrática, y la democracia se come pero no solo se come. El Latinobarómetro 2013, recientemente publicado se ha metido en problemas a la hora de explicar las percepciones sobre la democracia en algunos de los 18 países de la región.  Para explicar el aumento de apoyo a la democracia en Venezuela y Ecuador, países donde este indicador se ha incrementado en el período 1995-2013 en 16 y 13 puntos respectivamente, el informe utiliza argumentos a los que les otorga un significado disímil, los que deja de lado para explicar otros casos, como el de Chile.
El informe se embrolla respecto del autoritarismo político venezolano, que al privar a la oposición de sus derechos políticos afecta la democracia tanto como calidad como resultado tangible. Explica el aumento del apoyo a la democracia en ese país hasta el 87% con el argumento de que Chávez le dio al pueblo venezolano “bienes políticos” y que el “chavismo se consolida con Maduro”.
Esta visión obedece a una conclusión previa: que el apoyo a la democracia solo se explica desde los partidarios del gobierno de Venezuela sin considerar que una parte de los opositores a este, de derecha o izquierda, también apoyan la democracia como expectativa. Para el informe, la palabra democracia en Venezuela no cruza la disputa gobierno/oposición. La política no importa.
En el caso de Ecuador tampoco importa la política aunque sí la economía. Señala que Correa ha logrado disminuir la pobreza y redistribuir la riqueza, efectos totalmente ciertos, por lo que la población “no considera el asunto del Parlamento y de la prensa como un problema”. Ese ángulo es igualmente increíble porque supone una visión plana del encuestado, que aprueba o desaprueba en bloque los actos del gobierno en relación al paradigma de la democracia. ¿Por lo menos una parte de la “población” opositora a Correa no es democrática?
En el caso chileno, los 8 puntos de aumento de apoyo a la democracia entre 1995 y 2013 son atribuidos a la alternancia en el gobierno (allí sí la política importa). El informe desbarra cuando señala que “el apoyo a la democracia está limitado por la desigualdad del crecimiento, porque a pesar del crecimiento aún queda gente a la que no le alcanza para comer”. Los analistas no se han enterado que en Chile el problema central no es la seguridad alimentaria (2,8% de pobreza extrema) sino la demanda de una reforma profundamente democrática al extremo en que solo la candidata de la derecha se opone a la convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Es probable que este desorden se origine en la interpretación de la clásica pregunta de los académicos Leonardo Morlino y Juan Linz que ofrece tres alternativas, apoyo a la democracia, al autoritarismo e indiferencia. Esta famosa interrogante  no mide el apoyo a la democracia como sinónimo de poder/gobierno; es un indicador crucial para entender la cultura política de los ciudadanos aunque es imposible inferir sin mayor explicación que esta opinión política no debe incluir una valoración de las instituciones, de los representantes y de sus decisiones legales y de las políticas públicas.
El Latinobarómetro 2013 presume que la calidad de la democracia debe medirse desde la norma y las instituciones como un tópico separado de la relación entre la democracia y la pobreza. Esta relación, sin embargo, es dinámica; en los países con menor pobreza persisten razones para demandar de la democracia otros resultados económicos y políticos. En ese sentido es muy debatible aseverar rotundamente que medir la democracia no es medir la calidad de la democracia. Morlino, uno de los creadores de la famosa pregunta se ha esmerado, precisamente, en evitar esa separación.
Estos vacíos o confusiones quizás denoten un problema mayor, que sirve de poco medir el apoyo de la democracia en la región si se niega a interpretar algunas respuestas como la síntesis de un estado de ánimo que los movimientos sociales y públicos revelan en favor de profundas reformas que trascienden las plataformas convencionales de gobierno.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Larga peruanidad gastronómica

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/larga-peruanidad-gastronomica-01-11-2013
La República
La mitadmasuno
1 de noviembre de 2013
Juan De la Puente
La publicación del voluminoso trabajo de Elmo León, 14 mil años de alimentación en el Perú (USMP 2013), introduce nuevos y reveladores datos sobre cómo se alimentaban los antiguos peruanos, alejando los horizontes conocidos hasta ahora y acercándonos a través de la historia y la arqueología a un tiempo biodiverso y sorprendente que nos ratifica como una cocina a la vez propia y fruto de la trashumancia, agresiva en la domesticación de plantas y tempranamente aficionada a la combinación de elementos.
El primer aporte del texto es la referencia a las formas de reconstrucción científica de los alimentos prehispánicos, especialmente la modificación de los fechados radiocarbónicos mediante la calibración del Carbono 14 que permite una data más precisa de la antigüedad, y que supone situar el consumo de alimentos en un período más lejano. En el libro se presentan más de 4.000 fechados de los recursos alimenticios comidos por los antiguos peruanos en base a datos hallados en excavaciones arqueológicas, el  estudio de coprolitos y otros procedimientos químicos.
Sobre los alimentos vegetales descubre el consumo extendido de tubérculos, rizomas, cereales y legumbres cuyo uso actual es menos frecuente, no se ha extendido como otros o ha sido abandonado. Son los casos de la achira, la arracacha, el yacón, la oca y la jíquima, y de otros alimentos cuya recuperación urbana es muy reciente como la maca, la mashua y la kiwicha. León documenta dietas perdidas como la ingesta de papas, camotes y achira en los mismos platos o combinados, 3.000 años a. C.; o el consumo de yuca en Tacna hace casi 10 mil años.
El libro reitera que el proceso de domesticación de la papa se inició hace 10 mil años sobre los 4.000 msnm, entre Puno y Bolivia, aunque es cierto que otro centro de domesticación se registra más al sur, en Chile. El texto reintroduce el debate acerca de la peruanidad del maíz, ya planteado por el desaparecido arqueólogo Duccio Bonavia (El maíz: su origen, su domesticación y el rol que ha cumplido en el desarrollo de la cultura, USMP 2008). León insiste en que si bien es originario de México es cultivado en Perú casi simultáneamente que en esa región, hace 8 mil años.
El autor evidencia un consumo profuso de frutas en nuestro pasado. Sobresalen en antigüedad variedades de ingesta ahora poco común. Los peruanos comíamos calabazas y lúcumas hace 10 mil años, aunque la fruta más consumida en el Perú prehispánico fue la guayaba, hace más de 7 mil años. Nuestra antigua dieta en frutas rebosa de variedades de escaso consumo actual, como la ciruela, el pepino dulce, el aguaymanto y el tomate silvestre. Tampoco nos limitábamos en el consumo alimenticio de animales (cuy, llama, venado, vizcacha, perro, zorro, batracio, lagartija, lobo marino y ballena), aves (perdiz, guanay, piquero, gaviota, pelícano y pato) y peces (sardina, pejerrey, mojarrilla, entre otros). Es preciso mencionar el caso de la anchoveta, cuya tenaz reintroducción en la dieta peruana es contestada con igual apatía; su consumo se inicia hace casi 13 mil años en la costa sur y se extiende hacia los valles de la costa centro y norte, al extremo de que en Chincha, en el período inca, se tenían depósitos para almacenamiento, para el consumo e intercambio.
No es el caso preguntarse si los antiguos peruanos comían más y mejor que ahora, sobre todo si el concepto mejor alude a la evolución de los sabores. No obstante, a pesar de tener menos conocimiento de las propiedades de lo que consumían se alimentaban de un modo más sano. Es cierto que se han documentado enfermedades de carácter parasitario pero no se ha podido acreditar si fue el resultado de la ingesta de alimentos.
El libro de León se muestra como la apertura de una caja de sorpresas y la introducción de la historia y la arqueología en el mágica escena que vive la cocina peruana, que a menudo suele dar la impresión de estar suspendida en el tiempo, con preparados que aspiran a la novedad desconociendo el valor del insumo, de la memoria del sabor, de la fecha y el calendario.

La paradoja del voto

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-paradoja-del-voto-25-10-2013
La República
La mitadmasuno
25 de octubre de 2013
Juan De la Puente
La Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE) llevó a cabo esta semana un envidiable esfuerzo por situar el voto electrónico (e-voto) en la agenda de cambios que mejoren la calidad de las elecciones. Lo ha hecho en el marco de una discusión que asoma sobre cómo evitar que naufrague una democracia ya encharcada por denuncias, escándalos, investigaciones y confesiones.
El esfuerzo vale en un país en el que desde el año 2001 ha tenido seis consultas presidenciales, tres elecciones con dos vueltas cada una, se han elegido tres Parlamentos y otras tantas veces se ha ido a las urnas para elegir autoridades locales y regionales, en el último caso con segunda vuelta. Entre proceso y proceso se han registrado centenares de revocatorias y por lo menos dos referéndums.
No hay duda que el Perú es un país que vota aunque también es cierto que cada vez es más difícil cristalizar un proceso que demanda recursos, instalación de decenas de miles de mesas, centenares de miles de miembros de mesas, miles de ánforas, entre otros. La neutralidad y la eficiencia de los organismos electorales han permitido que cada prueba sea exitosa.
Dime cómo votas y te diré quién eres. Esta plataforma eficiente debería dar un salto, y uno de los elementos de esa evolución es el voto electrónico. En ese contexto, una pregunta clave es por qué a pesar del incremento fantástico de los procesos digitales en todos los quehaceres sociales, el voto electrónico demora en ser adoptado. Somos crecientemente digitales en lo social y económico. Nos comunicamos vía correo electrónico, compramos vía Internet, hacemos negocios en la red, usamos la firma digital y ya tenemos dinero electrónico. Vivimos en el futuro pero votamos como hace 100 años, con ligeros cambios.
Esta es una paradoja tecnológica, pero fundamentalmente política. Está relacionada con un menor desarrollo de la fuerza política de los organismos electorales, la escasa implicancia de los partidos en los procesos tecnológicos, la falta de desarrollo de la participación política como un derecho fundamental y con una cultura política que no exige calidad en el ejercicio de ese derecho.
La confianza es un valor de la política pero no es una variable independiente, está condicionada a varios factores, entre ellos a la neutralidad de los organismos electorales que en el caso peruano está en alza. La resistencia al voto electrónico más que falta de confianza, es un asunto de cultura política. El Perú no tiene hasta ahora e-voto porque tampoco ha podido concretar una reforma política profunda que acompañe y potencie los procesos de calidad de los organismos electorales. El diseño del software y del modelo in house del e-voto, con el aporte de dos universidades peruanas, elaborado hace varios años no ha seguido su curso por las mismas razones que retrasan la reforma política.
Sería ideal que como un paso decisivo, las elecciones municipales del 2014 en Lima sean mediante el voto electrónico y mejor aún si en esas elecciones se puedan echar a andar algunos cambios en la elaboración de las listas y en las campañas electorales.
Los procesos electorales con más calidad no serán piezas de un círculo virtuoso si persisten partidos débiles, se proscriben las elecciones primarias y se mantiene el voto preferencial y sin lista alternada de mujeres y varones, o con partidos que huyen de las regiones y municipios, sin padrón electoral, con financiamiento en muchos casos ilegal y con campañas electorales parlamentarias que cuestan 150 mil dólares por persona.
En ese marco de carencias y expectativas se ha producido un acercamiento entre los organismos electorales y varias instituciones sociales y de cooperación, las que han constituido una Plataforma por la Reforma Política y Electoral. Esta plataforma le ha planteado al Congreso el debate de un Código Electoral y la reforma de la Ley de Partidos Políticos. Lejos de proponer un debate nacional en la perspectiva de los cambios, el Parlamento aprobó en la agonía de la anterior legislatura un paquete que bien podría llamarse de contrarreforma política.

martes, 22 de octubre de 2013

Perú/Chile después de La Haya

http://www.larepublica.pe/22-10-2013/el-fallo-de-la-haya-consolidara-proceso-de-integracion-entre-chile-y-peru
El siguiente es el resumen del conversatorio Perú/Chile después de La Haya realizado por La República el pasado domingo 20, moderado por el suscrito y que contó la participación de los ex cancilleres peruanos Rafael Roncagliolo, José A. García Belaúnde y Eduardo Ferrero Costa, y del ex canciller chileno Juan Gabriel Valdés. Lo que sigue es un resumen, aunque se pueden apreciar en el mismo link los tres videos de la reunión que duró más de una hora.
 
Juan De la Puente: Esta tarde, La República tiene el honor de reunir a connotados internacionalistas, quienes cumplieron importante labor al servicio del Estado. Me refiero a Juan Gabriel Valdés, ex canciller chileno, y tres ex cancilleres peruanos de relevante participación en la política: Eduardo Ferrero Costa, José Antonio García Belaúnde y Rafael Roncagliolo.
Este encuentro está dirigido al análisis y el trazado de perspectivas de lo que se ha empezado a denominar el proceso post La Haya. Ambas naciones no solo han ratificado que este fallo va a ser respetado, sino, además, se ha generado un conjunto de procesos que se han venido dando en cada país y de modo bilateral.
El primero tiene que ver con esta gran integración de la última década. El tránsito de personas, de bienes, es el más alto de la historia de las dos repúblicas y la presencia permanente de ciudadanos de un país en el otro es también creciente.
Una primera pregunta de este conversatorio es si la idea de esta gran integración y gran cooperación social es un desborde de las políticas estatales, la profundización de un proceso que viene desde el pasado y ha corrido paralelo a la instancia política.
Juan Gabriel Valdés: Creo que en América Latina vivimos un momento en el cual el proceso de integración adquiere características que van más allá de la voluntad de los estados. Cuando miramos el panorama, nos encontramos con que los organismos de integración, la mayoría de ellos, están, si no en dificultad, en crisis. Hay cierta ideologización de los procesos de los mecanismos de integración, tenemos dificultades en Mercosur, polarizaciones en torno al tema del Alba, un cuadro de división entre México y Brasil.
Sin embargo, lo que vemos  aquí son estas empresas translatinas que generan inversión y energía integradora en la mayor parte de la región,  y poblaciones que circulan.
Tenemos en Chile una población de cerca de 200 mil peruanos que están integrados y que nos han dado no solo una presencia muy activa en nuestra vida social en Santiago sino que nos han llevado la maravilla de la cocina peruana. La integración va más allá de lo que los gobiernos habían delineado, se están generando proceso nuevos,  ricos en términos de procesos de integración.
Juan De la Puente: Eduardo Ferrero fue canciller del Perú hace más o menos 15 años, cuando ya se avizoraba esta gran integración, el comercio tan intenso de bienes y traslado de personas.
Eduardo Ferrero Costa:  Yo creo que sí se han venido superando los conflictos bilaterales territoriales. En el caso peruano-chileno, con la sentencia de La Haya, esperamos dar por terminada la última controversia de este tipo entre estos dos países. Yo diría que se está pasando del concepto más tradicional de la integración regional o subregional, sustentada en gran medida por aspectos económicos, a una integración mucho más, valga la redundancia, integral, que va  más allá de los gobiernos
Y podemos hablar de integración multilateral, sea regional, subregional, e integración bilateral, que es en este caso lo que nos congrega hoy día: la integración progresiva que se viene dando entre Chile y Perú. Progresiva porque ya se viene dando de manera simultánea al proceso ante La Haya que culminará pronto y que será un hito hacia adelante, hacia una opción de mayor cooperación, mayor integración entre los dos países.
Se puede decir que, superadas ciertas etapas históricas de nuestros pueblos, se está pasando ahora a un proceso de integración mucho más pragmático y con mayores posibilidades reales de llevarlo a cabo. Creo que un ejemplo muy interesante es el caso de la Alianza para el Pacífico. Realmente en poco tiempo cuatro países con características comunes e intereses compartidos han creado un proceso de integración que va más allá de muchos casos de los procesos tradicionales de nuestra región y que están superando retos que han sido difíciles de encontrar en proceso previos, en parte porque es un proceso no ideologizado sino más bien un proceso pragmático orientado a aceptar retos comunes con una visión clara que es fundamental: la integración para poder tener una disposición más favorable en el escenario internacional tanto hemisférico como global.
Juan De la Puente: Quiero preguntar a los ex cancilleres recientes cómo esta gran integración ha condicionado el proceso de La Haya para que sea un proceso en que los países han jugado un papel con mucha inteligencia y sensibilidad.
José García Belaúnde: Yo sí creo que los gobiernos han querido siempre hacer integración. Por ejemplo, uno de los casos típicos que se enseñan cuando uno estudia el Organismo Mundial del Comercio (OMC) es un acuerdo comercial de 1934 entre Perú y Chile. Este tipo de acuerdos que eran muy pocos era del Perú y Chile, un ejemplo de lo que se puede hacer en materia de integración entre dos países vecinos. Entonces, sí creo que las sociedades han venido mucho después.
Salvo algún interregno allá por los años 70, donde evidentemente las características ideológicas de las dos dictaduras llevaban a una suerte de confrontación, ha habido interés de ambos gobiernos en hacer integración, y que las condiciones de desarrollo de los países en este momento han permitido que el conjunto de la sociedad se beneficie.
Todo esto ha ayudado de alguna manera en facilitar el manejo de ciertos temas sensibles, y un tema sensible definitivamente es La Haya. Y voy a insistir en eso siempre, que lo mejor que pudimos hacer es abordar ese tema. Estábamos planeando sobre la relación durante muchos años, y lo mejor que había que hacer era abordarlo ya sea por una negociación bilateral.
Yo sí creo que en eso también ha ayudado el cúmulo de intereses. En primer lugar, la Alianza del Pacífico es además una afirmación de que es posible hacer una integración menos rígida que la que teníamos antes.
En suma, sí creo que si seguimos por este camino, si los estados son capaces de estimular más el conjunto de la sociedad en este proceso de integración tenemos un futuro bastante promisorio.
Rafael Roncagliolo: Creo que de las tres intervenciones anteriores, lo que sacamos es que hay miradas comunes, y eso me parece muy importante para adelante. En estos dos años del gobierno del presidente Humala ha habido una especie de paradoja. Se temía que podía ser un gobierno con muchas más tensiones y la verdad es que nunca hemos tenido tanta cooperación, no solo en reuniones de diplomáticos y militares sino en reuniones de todo tipo de ministros y búsqueda de todas las formas de cooperación entre los dos países. Eso me parece muy importante para adelante porque es el punto de partida de lo que va a ser una cooperación mucho más estrecha.
Yo quería destacar un par de cosas solamente. Una es la importancia de la frontera, cinco millones de tránsitos al año por la frontera Tacna-Arica y un proceso, como decía Joselo, de integración entre Tacna y Arica que es casi una conurbación,  la conversión de estas dos ciudades absolutamente complementarias. Entonces ahí hay un trabajo enorme que hacer y cuando hemos conversado con los tacneños y los ariqueños hemos encontrado que la voluntad de los habitantes, la población de estas dos ciudades, es una voluntad de cooperación muy importante, casi diría yo que ambas son víctimas de ciertos centralismos y para superar su centralismo necesitan integrarse mejor, para no mencionar las inversiones y los casi 200 mil peruanos que viven en Chile. Y lo segundo es que yo también creo que Chile y Perú pueden contribuir mucho no solo en el terreno bilateral sino en el terreno multilateral.
Yo creo que Chile y Perú pueden contribuir mucho a la unidad de la región. Por ejemplo, en el caso de la Alianza del Pacífico –es un buen ejemplo– necesitamos que esta no sea ideológica y esté al servicio de América Latina realmente. Estos son como los países de punta que deben ponerse al servicio del resto de países, de ahí que creo que la colaboración entre Chile y Perú puede ser muy importante.
Juan De la Puente: ¿Están   dadas las condiciones para trabajar en una plataforma binacional conjunta entre Perú y Chile después de La Haya?
Eduardo Ferrero Costa: Estamos en un proceso que yo quiero camine hacia ello. Se puede decir que es un proceso positivo que camina hacia ese objetivo, tenemos ahora la última prueba del proceso y yo soy confiado en que se va a cumplir bien y es el acatamiento en la ejecución del fallo, o sea, cumplir con el compromiso que han asumido ambos gobiernos.
Cumplido ese compromiso, se abre un espacio muy interesante para empezar una plataforma bilateral conjunta. Me gusta más una nueva plataforma conjunta, no confundir lo del tratado con la sentencia  de fortalecimiento de mutua entre Perú y Chile. Sí es posible, hay que confiar en ello, hay que poder superar opiniones públicas que puedan estar un poco sorprendidas, hay que llegar al paso de ejecución de la sentencia que se ha dicho que se va a cumplir y así hay que confiar en que se va a cumplir. Sí estamos entrando a un nuevo espacio y hay ejemplos, el ejemplo de Perú-Ecuador y el ejemplo de Argentina-Chile. No estamos especulando, estamos hablando de casos concretos, de situaciones muy complejas que han quedado superadas.
José García Belaúnde: Yo creo que el tema es generar la confianza suficiente en cada sociedad. Yo creo que hay demasiados prejuicios respecto al otro país, extraño, porque hemos tenido después de la firma del Tratado de 1929 largos años sin conflicto ni nada que se le parezca, sí algunas tensiones de vez en cuando pero nada más.
Sin embargo, sí existen percepciones de lado y lado como que ensombrecen la relación. En Chile, por ejemplo, están convencidos de que siempre tenemos algo bajo la manga que sacar para reclamar, y se habla del irredentismo, incluso asocian lo de La Haya, que no tiene nada que ver con ese concepto de irredentismo. Y en el Perú hay la percepción de que Chile no es un amigo confiable, de repente hay algunos halcones en Chile que pueden empujar o gatillar sabe Dios qué. Entonces, ¿cómo trabajar sobre eso?, ¿cómo hacer para que estas percepciones empiecen a ser difuminadas y tengamos pues la percepción de la otra realidad, que son los encuentros entre ambos países?
Yo creo que los chilenos deben ser, como grupo nacional, si no los primeros los segundos turistas desde el año pasado. Entonces, cómo hacemos nosotros para que pueda existir una plataforma donde estas sombras puedan ser liquidadas, ese es el gran tema, y no creo que sea un tratado que los va a liquidar. Tenemos que dar algunas muestras de confianza mutua, tener unos gestos muy concretos que involucren a la sociedad en su conjunto.

lunes, 14 de octubre de 2013

Urtecho, hijo de la antipolítica

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/urtecho-hijo-de-la-antipolitica-11-10-2013
La República
La mitadmasuno
11 de octubre de 2013
Juan De la Puente
Michel Urtecho es un hijo legítimo del voto preferencial y de la antipolítica. Fue durante 10 años dirigente de Renovación, el partido que fundara Rafael Rey y por el que fue elegido al parlamento el  2006, vía la alianza Unidad Nacional que dicho partido integró. Allí siguió la conocida ruta tránsfuga: abandonó Renovación, se estacionó en una bancada formada por renunciantes de varios partidos a la espera de la reelección. Ella se produjo el 2011 de la mano de Solidaridad Nacional. Aún recuerdo la angustiosa carta que a fines del 2010 su esposa dirigió a medios de comunicación y periodistas solicitándoles abogar en favor de una nueva postulación de su esposo.
Su ingreso a la política fue convencional para el estándar peruano. No se adhirió a las ideas ni fue reclutado como militante en alguna campaña de afiliación partidaria. Según cuenta en la historia de vida colgada en su página web, envió misivas a todos los líderes políticos para que lo ayudaran a “entrar en política”; es decir, tiró una red a la derecha, a la izquierda y al centro de las aguas en busca de una plataforma personal. Un partido picó el anzuelo.
La carta de presentación ante el antisistema de partidos peruano es el dinero o la fama; en el caso de Urtecho, confesión de parte, fue su discapacidad. En sus siete años de parlamentario no se ha caracterizado por adherirse a un programa general o defenderlo. El episodio de las sillas de ruedas revela la medida de sus ocupaciones cotidianas; Urtecho, sin embargo, es un parlamentario ubicado en el centro del poder congresal. Durante los dos períodos parlamentarios fue portavoz de su bancada, miembro del Consejo Directivo, de la Comisión Permanente y vicepresidente de la mesa directiva. En todo ello, su poderosa razón y motivo, su target y core business al mismo tiempo, fue la discapacidad. Las investigaciones determinarán si solo fue una coartada.
En los actos por los que se le acusa, como en todo delito, ha debido de existir una cuota decisiva de voluntad personal. Sin embargo, la gestión parlamentaria en nuestro sistema es un arca abierta para la comisión de tropelías, habida cuenta que se organiza a partir de una enorme discrecionalidad individual de los congresistas. En gran parte del ejercicio de sus funciones, como la contratación del personal de su despacho, la presentación de proyectos de ley, la suscripción de dictámenes, las votaciones en el Pleno, la realización de viajes internos e internacionales, es casi nulo el papel de las bancadas parlamentarias.
El estatuto del congresista peruano cambió radicalmente con la incorporación del voto preferencial. La dura competencia para la elección, donde es cada vez más decisivo el dinero, sella con un individualismo extremo al representante elegido. Esta cultura se traslada al ejercicio de la labor parlamentaria y salvo uno o dos grupos congresales, en los que el partido juega un rol ordenador de prioridades y apetencias, el trabajo parlamentario es un campo de Agramante, una tierra de nadie o de muy pocos.
El Congreso ha iniciado un procedimiento indagatorio de las denuncias contra Urtecho, aunque no debería obviar el tema de fondo al que conduce el caso. La indignación de los congresistas debería reflejarse en un debate serio de las propuestas de reforma política que se localizan en la Comisión de Constitución, particularmente la eliminación del voto preferencial, el financiamiento público, la alternancia de género y las elecciones internas de candidatos a cargos de elección popular.
No todos los hijos del voto preferencial realizan los actos de los que se acusa a Urtecho. El actual Congreso cobija a representantes de ejecutoria política ejemplar e intachable; sin embargo, el sistema con el que son elegidos y el que opera en el Legislativo están agotados y viciados. Basta recordar que en las legislaturas anteriores a los noventa se registraron muy pocos casos de transfuguismo y ningún escándalo de recorte de sueldos en los despachos parlamentarios.

viernes, 4 de octubre de 2013

El regreso de "esto es guerra"

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-regreso-de-esto-es-guerra-04-10-2013
La República
La mitadmasuno
4 de octubre de 2013
Juan De la Puente
Los líderes políticos parecen haber decidido romper la tregua de setiembre y embarcarse en una nueva guerra política cuando el diálogo pasaba al detalle. No es que la oposición no deba ser oposición ni el gobierno deje de ser gobierno, pero la polarización marzo/agosto no fue edificante para unos y otros, de modo que quienes hacen (o deshacen) la agenda pública deberían auscultar la opinión pública si van a volver a trenzarse en una trifulca. El juego de esto es guerra podría terminar en nadie sabe para quien trabaja.
Los datos están a la vista. De acuerdo con la reciente encuesta de GfK, publicada por La República, la aprobación del Presidente Humala se ha estabilizado a la baja, con 26% de aprobación; esta ha crecido en Lima, en los sectores D/E y, por el contrario, continúa en descenso en las regiones, especialmente en el sur. Sería un exceso afirmar que la principal razón de la caída de Humala es la guerra política, aunque es esta la que ha desnudado los flancos débiles del gobierno y sus vacíos en la vocería y operación política.
La estabilidad a la baja se explica con dos argumentos que pueden ser concurrentes, que la aprobación ha tocado fondo y/o es el resultado de la despolarización política a la que ha inducido el diálogo impulsado por el premier Juan Jiménez Mayor. Coincidentemente, una de las pocas cifras gruesas de reconocimiento mayoritario que exhiben el gobierno y la oposición (52%) es dicho diálogo, aunque en este tema también se registra la misma brecha sectorial y regional: un rechazo mayor en el sector E y en el sur, y más entusiasmo en Lima y en el sector A/B.
Los datos confirman que el sur es la parte más caliente del Perú actual, el reducto contestatario que, a diferencia de las otras regiones, se resiste a desmovilizarse. En el reciente paro nacional la mayoría de sus ciudades fueron escenario de concurridas marchas, la más numerosa en el Cusco, donde 30 mil personas se manifestaron por demandas específicas. En cambio, la opinión pública en otras regiones tiene un comportamiento más matizado.
La encuesta incluye una sugerente pregunta sobre las características del Presidente Humala y compara las respuestas con las ofrecidas en julio del año pasado y en este año. Las respuestas indican que el presidente se habría graduado de político tradicional: es menos querido, menos creíble y menos firme, y de él piensan los peruanos que es poco enérgico y eficaz. Colocando en perspectiva estas respuestas y el temperamento que motivan, es probable que la opinión pública entienda que no puede pedirle más al gobierno, salvo algunos reductos sectoriales y regionales. En buena cuenta, el giro de Humala parece haberse consumado sin que, por ahora, nadie capitalice el rechazo al su desplazamiento a la derecha.
Los datos exhiben otras cifras en negativo. La oposición tampoco ha cosechado éxitos y este no es su mejor momento. Lo que tiene son sus peores resultados si se considera la caída de los índices oficialistas. A la oposición en su conjunto la desaprueban 2/3 de encuestados y su aprobación es la misma que Humala. Individualmente todos los líderes políticos nacionales tienen más desaprobación que aprobación y, como el Presidente, tienen más aceptación en Lima que en las regiones. Aunque se aprecia diferencias en las aprobaciones (PPK y Keiko cerca al 40%, AGP 29%  y Toledo 11%) es indudable que ninguno ha logrado mejorar la percepción que la opinión pública tiene de su desempeño.
Es difícil por ahora explicarse todos los elementos de un escenario donde todos o casi todos pierden. La medición de la aprobación de los políticos en el Perú es una variable independiente, a diferencia de los estudios de popularidad usados en otros países, de modo que la caída de unos no puede relacionarse con el desempeño de otros. No obstante, el modelo de guerra política ensayado este año, medido en varios sondeos, aconseja que los luchadores deban por lo menos elegir los temas, el discurso y los escenarios de una confrontación. El respetable puede cansarse o ver a los gladiadores con el mismo rostro.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Huánuco, hay trigo limpiio

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/huanuco-hay-trigo-limpio-20-09-2013
La República
La mitadmasuno
20 de setiembre de 2013
Juan De la Puente
El político y literato Esteban Pavletich (1906-1981) escribió en 1957 que “solo el Huallaga, nuestro río fugitivo dicta una cátedra de dinamismo y celeridad”, refiriéndose a Huánuco. No obstante, por lo menos en esta oportunidad parece no tener la razón. Un resonante paro regional de 72 horas ha quebrado, hasta ahora formalmente, la terca desidia limeña.
Como una auténtica aparición del pasado que se proclama superado, miles de pobladores se han expresado en demanda de elementales condiciones para relacionarse con el resto del país. La plataforma del paro puede parecer surrealista, pero es verídicamente justa: el mejoramiento de la Carretera Central, la demolición de los peajes de Ambo y Chullqui, el ensanchamiento de la carretera Huánuco/La Unión, la construcción de la carretera al Codo del Pozuzo y la destitución de funcionarios de Provías.
Casi la mitad de los 558 kilómetros de la Carretera Central, desde Chicrín (Pasco) a Tingo María (Huánuco) está destrozada; sin embargo dos puestos de peaje operan desde hace 30 años en alevosa exacción. La integración departamental está vacía en una región que arrastra una división física y política compleja.
La región se ha expresado a pesar de la oposición de la cúpula municipal corrupta, probablemente la más corrupta del país. Las jornadas del 9, 10 y 11 de este mes fueron convocadas por un Comité de Gestión y Fiscalización de la Carretera Central, nacido casi de la nada, o mejor dicho solo desde la indignación. Los ciudadanos han reconstruido con entereza una sociedad civil casi muerta, debilitada por sucesivos malos gobiernos regionales, funestas alcaldías e infructuosas acciones contra la corrupción que también murieron en los tribunales.
De acuerdo al acta firmada, por la mediación de la Presidencia del Consejo de Ministros, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) se compromete al asfaltado en caliente en el tramo Cerro de Pasco/Tingo María de la Carretera Central y de las vías Huánuco/La Unión/Llata, Rancho/Panao/Chaglla, entre otras, además del cierre de los peajes. En la lógica de la burocracia peruana, un acta es eso, un acta, de modo que es preciso estar atentos para que el diálogo al que felizmente se ha arribado no sea un centro de estacionamiento de las expectativas.
Huánuco es un territorio bendecido por la naturaleza, hermoso, rico y diverso que, no obstante, fue y es castigado por partida múltiple: el boom de la coca y del narcotráfico que envilece a la sociedad con más pobreza y genera el abandono de cultivos; la violencia terrorista que desangró pueblos, fomentó la violación de los DDHH y generó el desplazamiento forzado de comunidades; el abandono del Estado; y la corrupción.
La región acompaña con avances y desafíos el proceso nacional de crecimiento económico y reducción de la pobreza. Ha visto multiplicarse por cinco su gasto educativo y ha mejorado la inversión en infraestructura y salud. Sin embargo, las carencias históricas la retienen en el sótano de los indicadores sociales. Según el Tercer informe de los Objetivos del Milenio elaborado por el PNUD y presentado esta semana, es tan evidente la desigualdad de la región frente a otras, que junto a Apurímac tiene los índices más bajos de producto por trabajador. Según el mismo informe, Huánuco forma parte del grupo de 5 regiones donde la pobreza sigue siendo superior al 50% (junto a Apurímac, Ayacucho, Cajamarca y Huancavelica), con una tasa de extrema pobreza superior al 20% de la población. Al mismo tiempo, es una de las 4 regiones con mayor desnutrición crónica infantil de niños menores de 5 años y una de las 3 regiones más alejadas de la generalización del acceso a la educación primaria.
Ese pueblo, que a pesar de los indicadores macromanufactureros, tiene al 53% de su población dedicada a la agricultura, donde un 1/3 es orgullosamente quechuahablante, donde ninguna campaña de alfabetización en los últimos años ha funcionado (la tasa se mantiene alrededor del 18%) y donde el 47,9% aún utiliza leña para cocinar, tiene trigo limpio.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Seguridad, derecho de reunión y barras bravas.

Me siento obligado a este post por las reacciones y redacciones de algunos, incluyendo colegas, sobre la suspensión por el Ministerio del Interior de los partidos a jugarse hoy 17 de setiembre. Debo precisar que:
1.      La suspensión no obedece a la “falta de garantías” aunque así haya sido presentada por error. Las garantías son un procedimiento distinto que opera cuando una persona las solicita a la autoridad. En este caso, nadie ha solicitado nada. En uso de su facultad constitucional (artículo 2 inciso 12, sobre derecho de reunión) la autoridad ha suspendido un acto público por “probadas razones” de seguridad pública. En este caso no es que no hayan garantías; estas no han sido pedidas, sino una medida de oficio de la autoridad perfectamente legal. Queda mal la autoridad cuando da a entender que no puede “garantizar” un acto pacífico en vez de referirse a la prevención.
2.      El TC ha desarrollado el concepto de “razón probada de seguridad” para evitar abusos (Exp 4677/2004). No deben tratarse, de simples sospechas, peligros inciertos, ni menos aún de argumentos insuficientes, antojadizos o arbitrarios; sino de razones objetivas, suficientes y debidamente fundadas. La prohibición debe ser la última ratio, es decir, como última medida, la que puede apelar la autoridad administrativa para limitar el derecho, debiendo optar, de ser posible, por medidas simplemente restrictivas, tales como proponer la modificación del lugar, fecha, hora, duración o itinerario previsto. Eso ha hecho la PNP.
3.      Aunque no lo parezca, la idea es que más que prohibir debe usarse el verbo postergar. El TC recomienda que el derecho de reunión, en este caso para un espectáculo deportivo, sólo se vea restringido por causas válidas, objetivas y razonables (principio de razonabilidad), y, en modo alguno, más allá de lo que resulte estrictamente necesario (principio de proporcionalidad). Creo que la previsión ante la posibilidad de que las tres barras más violentas y numerosas se relacionen en un territorio pequeño o la falta de efectivo policial suficiente, se encuadran en los dos principios señalados
4.      Se ha criticado que se haya comunicado hoy a las 5 am la postergación. Para las probadas razones de seguridad no hay plazo.
5.      Otros dos temas son: porque si la mayoría de los espectáculos privados pagan su seguridad, el Estado debe pagar la seguridad del futbol, distrayendo cientos o miles de efectivos policiales del patrullaje y de los barrios. Sostengo que es ilegal que la PMP “acompañe” a las barras bravas en sus desplazamientos, tolerando sus desmanes y agresiones mutuas o a terceros; alguna vez los han desplazado en buses pagados por el Estado. El mismo concepto de barra brava, con palos y cuchillos viola el derecho de reunión pacífica y sin armas. El Perú es uno de los pocos países que tolera a las barras bravas, nos las ha desarmado y protege su recorrido violento.