Por Juan De la Puente
La
encuesta de Ipsos publicada hoy presenta un escenario electoral nuevo, distinto
al de los 5 o 6 meses anteriores, y es reveladora en dos aspectos:
1.-
Destruye la segunda línea del escenario al separar a Julio Guzmán de otros
cinco candidatos (PPK, César Acuña, Alan García, Verónika Mendoza y Alfredo
Barnechea) y crea con estos una tercera línea. Ya no más Blancanieves y los
siete enanitos. El nuevo escenario es más fragmentado aunque menos disperso.
Entre los cinco candidatos mencionados obtienen 28% de intención de voto.
2.-
Se definen tendencias que parecen irreversibles a 50 días de las elecciones,
entre ellas la caída de PPK (pierde 7 puntos desde diciembre), el desplome de
Acuña (cae 7 puntos en un mes) y la irrupción por ahora moderada de Verónika y
Barnechea (los dos están en 4%). Alan es un misterio demoscópico porque si bien
ha bajado tres puntos desde diciembre, esta caída no es tan profunda como para
convertirse en una tendencia. Además, siempre hay que recordar parafraseando al
“Puma” Carranza, que el Apra es el Apra.
La
primera reacción de los partidarios o votantes de Guzmán debe ser la alegría
porque trepa 13 puntos en un mes. No obstante, esta subida no parece
corresponder a la intensidad del momento que lo convierte en protagonista. Habida cuenta que ha sido objeto de una
extensa publicidad a raíz de las resoluciones del JNE y JEE, y que tiene la
oportunidad de presentarse como la gran víctima de las reglas de la vieja
política, yo esperaba algunos puntos más, entre 22% y 25%. Podría ser que Guzmán haya
desperdiciando un tiempo valioso en las carpas frente al Jurado en lugar de
ponerse la vincha y llamar con resolución a la movilización ciudadana para
construir una alternativa más potente.
Sobre
Keiko, la comodidad del 30% no debe evitar advertir si se desea ser rigurosos que
ha caído 3 puntos, casi el 10% de lo que tenía el mes pasado y 5 puntos desde
diciembre. Sucede que la destrucción de la figura de Blancanieves también le
afecta. Mirando la letra pequeña de la encuesta de Ipsos hay hechos que su campaña
tomará en cuenta.
Entre
ellas menciono dos; Keiko cae fuertemente en un mes en las regiones; en el centro
16 puntos (de 42% a 26%) en el sur 3 (de
25% a 22%), en el oriente 6 (de 35% a 29%), y en el Perú rural 9 (de 40% a
31%). En compensación a ello, parece haber recibido algo de la caída de 7
puntos de Acuña en el norte.
La
composición de la intención de voto de Guzmán es la expresión de este samaqueo que
se aprecia fuera de Lima. Guzmán tiene 22% en el Perú Rural y 25% en el sur. En
tanto, ha frenado su irrupción entre los jóvenes (24%) y tiene problemas con el
sector E (11%), aunque penetra más fácilmente allí que PPK, así como en los sectores
C y E.
De
hecho, ahora PPK frena a Guzmán como el 2011 frenaba a Toledo. La pelea
Guzmán/PPK será la más sangrienta de las próximas semanas, claro si Guzmán sigue
en carrera.
El
escenario descrito evidencia cierta estabilidad en Lima y en los sectores A y
B, y más movimientos en los sectores de “abajo” y en las regiones. También
evidencia que a diferencia de diciembre y enero las contracampañas y denuncias han
funcionado más que las campañas. Lamento tener la razón en el sentido que la
contrapolítica es más fuerte que la política.
Me
inclino a pensar que Keiko está saliendo de su zona de confort y que Guzmán es
dueño ahora del 18% pero también de un fuerte y rápido anti que ya hizo efecto
en Acuña. Guzmán solo puede ensayar una huida hacia adelante, es decir,
convertirse en el candidato antifujimorista por excelencia aunque eso lo
llevará a cambiar su narrativa y ser menos duro con los que llama dinosaurios. Esa operación de
desvestirse y vestirse en medio de la escena es compleja y no siempre ha
funcionado.
Finalmente,
no sería correcto predecir cómo se resolverá la disputa en la recientemente
creada tercera línea. Mientras que PPK y Alan están condenados a combatir a
Guzmán, Acuña en bajada tiene la obligación de no pelearse con nadie en
particular. A Verónika y Barnechea les ha ido bien hablándole primero al país y
quizás sea el tiempo de que ensayen un discurso desde la política contra la
antipolitica y sus candidatos precarios, una labor que ahora solo la realiza
Alan.