Mostrando entradas con la etiqueta Haya de la Torre. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Haya de la Torre. Mostrar todas las entradas

sábado, 13 de febrero de 2016

La construccion de la fe

http://larepublica.pe/impresa/opinion/740658-la-construccion-de-la-fe
La República
La mitadmasuno
12 de febrero de 2016
Juan De la Puente
Acabo de leer un largo y fascinante relato sobre la vida de un hombre entregado a la política, a un partido, a una fe y a un país. Recomiendo su lectura en medio de una campaña electoral que reclama hombres de Estado aunque el sistema entrega hombres de estadio, en la que la fe ha sido reemplazada por el dinero y las ideas por la nada.
El libro (Nicanor Mujica Álvarez Calderón; auto/biografía; Memorias para un país desmemoriado; Lima, Gráfica SA 2015)) es el recorrido palpitante de la entregada vida del líder aprista Nicanor Mujica (1913-2003) hilvanado ordenadamente por su hijo Francisco Mujica Serelle, y que puede fácilmente también imaginarse como el recuento de la vida ofrecida al Perú por los miles de peruanos del siglo XX desde la militancia en otras tradiciones como la de la izquierda o acaso el acciopopulismo.
La vida de Mujica, registrada por él mismo en base a cartas, documentos partidarios, notas manuscritas y mecanografiadas por los principales líderes apristas a la cabeza de ellos Víctor Raúl Haya de la Torre, corresponde a una etapa de la política que no volverá pero que en calidad de pasado/presente testimonia uno de los ángulos desde donde se forjó azarosamente el siglo anterior en permanente tránsito hacia lo nuevo, bloqueado inicialmente a sangre y fuego por dos golpes militares conservadores (Sánchez Cerro y Odría) y un gobierno militar entre ambos (Benavides) que atenazaron el país 16 años.
Las memorias de Mujica resumen la trabajosa construcción de una fe que no habría podido ser tal si en sus orígenes no se hubiese enfrentado a la oligarquía, si no se hubiese levantado contra ella en una de las revoluciones olvidadas por la historia oficial, la Revolución de Trujillo de 1932, y si el partido que encarnaba esas ideas no hubiese sido objeto de largas persecuciones, la primera llamada “Gran Clandestinidad”, entre 1934 y 1945 y la otra entre 1948 y1956.
Conviene recordar que esas gestas se hicieron desde un liderazgo, un estado mayor y un movimiento que pusieron por delante un programa básico e inicialmente pocas ideas pero todas profundamente hundidas en los reclamos del país. Conviene recordarlo en el actual período en el que reina la antipolítica, y en que la política ultrapersonal solo imita a la política tradicional en cuanto el papel del caudillo, pero sin ideas y sin masas. ¿Así se puede ganar el poder? A veces, pero no se puede trascender ni ganar la historia.
¿Hubo en el pasado bajas pasiones? El siglo XX peruano fue cortado por grandes movimientos que obedecían a grandes ideas que se imponían sobre los pleitos de coyuntura. Lo cuenta Mujica por ejemplo en relación con la formación del Frente Democrático Nacional (FDN) que oficialmente aparece como una alianza contranatural entre el Apra y el Partido Comunista. Su verdadero origen fue republicano, en Arequipa, en 1943, cuando un grupo de personalidades le demandó al Presidente Prado la derogatoria de la Ley de Emergencia, la Ley de Imprenta y la Ley Electoral, reclamando el retorno a la democracia.
La construcción de una fe partidaria obliga a la construcción de una identidad colectiva vigorosa, que solo la izquierda, Acción Popular y el Apra, y sobre todo este último, supieron atesorar. La democracia interna es solo una parte de esa identidad y en más de un momento fue enajenada en el Apra en altar de la fe dispuesta al poder. Eso explica perfectamente, otro ejemplo, lo que sucedió con la llamada “Convivencia”, es decir, el acuerdo del Apra con Prado para votar por él en 1956 con la condición de que legalice al Apra luego de 8 años de persecución.
¿Por qué luego el Apra pactó con Odría si no estaba en  peligro su supervivencia? Aunque no he encontrado en las memorias de Mujica una explicación, es otra vez un asunto de la fe dispuesta al poder, aunque se trata de un momento distinto en el que se había consumado el giro conservador iniciado décadas atrás.
¡Qué lejos está nuestra política del año 2016 de aquellos años en que las grandes opciones solían presentar ideas grandes y hasta las promesas eran grandes!

martes, 21 de agosto de 2012

Assange, batallas e hipocresías

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/assange-batallas-e-hipocresias-21-08-2012
La República
La Mitadmasuno
21 de agosto 2011
Juan De la Puente
El caso de Julian Assange que se inició como una extraña acusación contra el hombre que develó a través de Wikileaks millones de secretos militares y políticos de EEUU se está convirtiendo en un proceso norte/sur y en un juicio de la prensa contra la prensa.
A. Latina practica el asilo concedido a quien se refugia en sus delegaciones diplomáticas, es decir, el asilo diplomático, consagrado en la X Conferencia Internacional Americana (Caracas 1954). Reino Unido no reconoce esta modalidad de asilo aunque la jurisprudencia europea fue jalonada hace poco con el caso “M.S.S. contra Bélgica y Grecia” donde el Tribunal Europeo de DDHH fijó jurisprudencia sobre que un Estado vulneraría el Convenio Europeo de DDHH si extraditara a un extranjero hacia un país cuando existieran temores fundados de que esa persona, en caso de ser expulsada o extraditada, correría un riesgo real de violación de sus DDHH. Quizás por ello el abogado de Assange, Baltasar Garzón, mencionó la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, suscrito por Reino Unido y Ecuador como la norma que inspira su demanda de salvoconducto.
La disputa normativa ha sido superada por los efectos políticos del caso. Unasur ha respaldado a Ecuador, y la OEA se prepara a hacer lo mismo, y aunque la UE se ha puesto de perfil será imposible ignorar la determinación de nuestra región por hacer respetar sus usos en el asilo. Si nadie comete errores gruesos, incluyendo Assange, la solución será negociada, con o sin convenciones, en el marco de una disputa norte/sur.
Más compleja y a ratos hipócrita es la gran prensa mundial que devoró con fruición las filtraciones de Wikileaks y cuestionó, correctamente, cualquier veto a su publicación blandiendo el derecho a la información; parte de ella relativiza ahora el asilo de Assange amparada en que lo ha concedido un gobierno violador de DDHH. Curiosa aritmética, valen más los derechos de sus lectores que el del hombre que los reveló. Si te vi no me acuerdo o yo escojo tus batallas y también tus derechos.
La historia podría curarlos: 1) Cuando Víctor Raúl Haya de la Torre demandó el asilo a Colombia (1949) gobernaba ese país Luis Mariano López Ospina, quien dio un autogolpe cerrando el Congreso, y al que sucedieron otros autócratas como Laureano Gómez, Roberto Urdaneta y Gustavo Rojas Pinilla. Todos mantuvieron la bandera del asilo de Haya, contra la dictadura de Manuel Odría; 2) Juan Velasco recibió decenas de asilados chilenos represaliados por Augusto Pinochet, o bolivianos perseguidos por Hugo Banzer; 3) Haya fue perseguido por Odría acusado de delitos comunes, pero para Colombia pesó la esencia política del caso; y 4) El golpe de Fujimori en 1992 persiguió a Alan García para encarcelarlo por delitos comunes pero para Colombia solo valió el origen de la persecución, es decir, el golpe de Estado. En el asilo, lo fundamental eran, son y serán siempre los asilados, no el asilante.