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lunes, 21 de marzo de 2016

Diferencias entre las encuestas de Ipsos y GFK


Por Juan De la Puente
El 20 de marzo se han publicado dos encuestas, de las empresas Ipsos Perú y GFK, que considero las de mayor credibilidad. La idea general sugiere que no procede comparar los resultados de una y otra, aunque si ambas son publicadas el mismo día es conveniente intentar explicar algunas diferencias.
Los dos sondeos muestran resultados parecidos en la ubicación de los 5 candidatos en lisa para la segunda vuelta. Las cifras difieren en algunos datos. Ipsos muestra a Keiko Fujimori en 31% y a Verónika Mendoza en 12%, en tanto GFK muestra a Fujimori en 33.8% y a Mendoza en 7.5%. Respecto al antivoto, Ipsos registra un antivoto de Keiko en 46% parecido al 44% de GFK, pero esta empresa registra antivotos más bajos de PPK, Barnechea y Verónika.
Del mismo modo, Ipsos registra resultados más estrechos en una probable segunda vuelta entre Keiko y los otros candidatos mientras que GFK registra resultados más holgados en casi todos los casos, con el añadido que en el sondeo de Ipsos PPK le ganaría a Keiko.
La primera explicación residiría en que  los candidatos tienen distintos puntos de partida. Así Keiko tenía en Ipsos en febrero 4 puntos menos que lo recogido por GFK y PPK 2 puntos más.

Ipsos Perú
ENE
FEB
MAR 14
MAR 20
K. Fujimori
33
30
32
31
PPK
13
9
14
15
A Barnechea
Otros
4
9
12
V Mendoza
2
4
9
12
A García
8
5
6
6

GFK
DIC
ENE
FEB
MAR
K. Fujimori
29.5
32.6
34.6
33.8
PPK
10.9
9.5
6.9
15.9
A Barnechea
Otros
0.5
5.1
11.8
V Mendoza
2.4
1.5
3.7
7.5
A García
4.7
6.5
4.3
5.8

¿Este hecho por si solo podría explicar la diferencia de 2.8 menos para Keiko en la encuesta de Ipsos y  4.5 más para Verónika?
No, por lo que también es preciso analizar el efecto de las metodologías y fichas técnicas relativamente distintas en los siguientes sentidos: 1) Ipsos hizo su trabajo de campo entre el 15 y 17 de marzo y GFK antes, entre el 11 y 15 de marzo; 2) Ipsos entrevistó a 1792 personas y GFK a 181 personas menos, a 1611 personas; Ipsos confiere a su sondeo una representatividad del 82% y GFK 77.7%; e Ipsos un margen de error de +- 2,3%  y GFK de +-2,4%.
En este punto los resultados diferentes no se deberían al tipo de muestreo que ambos comparten sino a la distribución de ellas. Ipsos no consigna mayores datos y GFK señala que trabajó en 24 departamentos, 60 provincias y  131 distritos. Habría que precisar si esta vez la muestra de Ipsos se desplegó como en la encuesta del 14 de marzo que se realizó en 24 departamentos, 76 provincias y 97 localidades del país (no necesariamente distritos), o si fue más cercana a la muestra de  febrero: 24 departamentos, 61 provincias y 66 localidades. Eso se apreciará cuando Ipsos cuelgue en su web más detalles de su ficha técnica. Dicho sea de paso, solo estas dos encuestadoras se dan el trabajo de subir a su homepage este tipo de información. A ello habría que agregar por ejemplo información de las personas que se negaron a responder la encuesta y si hubo reposición de entrevistados en cada caso. Dato final, Ipsos ha hecho una encuesta más, el 14 de marzo.
Una explicación final es que la encuestas están registrando a electorado en movimiento, y no solo por la repartición de los votos de Julio Guzmán y César Acuña entre los que quedan en campaña, sino porque además se registran caídas u aumentos significativos en las regiones, en el Perú rural, en los sectores A y E.
Esto no obvia que en un análisis más exhaustivo se aprecia errores en el marco muestral, falta de profundidad en la recolección de datos –sobre todo en las regiones- y otros problemas referidos a la representatividad de la encuesta.

domingo, 20 de marzo de 2016

El 2° lugar en disputa y primeros efectos de la polarización.Ipsos 20/3

Por Juan De la Puente
La encuesta que hoy (20/3) publica Ipsos Perú arroja más certezas sobre las elecciones del 10 de abril. Si bien lo recomendables es comparar los sondeos de una encuestadora con otra anterior de la misma empresa, es preciso considera que en pocas horas se publica la de GfK, de modo que se podrá apreciar en cada caso las cifras agregadas.

TENDENCIAS
Las tendencias que muestra Ipsos podríamos resumir en las siguientes:
1.- Ha concluido la distribución de las adhesiones de Guzmán y Acuña que van hacia A. Barnechea y V. Mendoza y en menor medida a PPK, y se conjura el riesgo de que estos votos engrosen el rubro “viciados”, que cae visiblemente.
2.- K. Fujimori disputará la segunda vuelta aunque su candidatura no ha podido forzar aun una arremetida final, limitada por la reactivación del antifujimorismo. A pesar de ello tiene el electorado más resistente a las contracampañas y una sólida ubicación entre los sectores pobres y jóvenes donde no solo no baja sino sube ligeramente.
3.- Se abre una intensa disputa por el segundo lugar. PPK parece haber desperdiciado un tiempo valioso para convertirse en un claro retador de Keiko. Desde la anterior medición de Ipsos solo logró subir un punto mientras que Barnechea y Verónika han subido 3.
MOVIMIENTOS
Keiko Fujimori. Con 31% nacional, se aprecian algunos daños del potente antifujimorismo reactivado con la salida de Guzmán. En Lima baja su intención de voto de 34% a 30%, quizás debido a que cae en el sector A (de 18% a 13%) y entre los jóvenes (de 34% a 30%). En cambio, sube ligeramente en las regiones y sigue siendo muy fuerte en los sectores D y E donde hasta sube un punto. Allí tiene ahora 39% y 32%, respectivamente.
PPK. Es la candidatura que se ha movido menos. Con 15% nacional, sube dos puntos en Lima, de 18% a 20%, pero no ha cosechado más adhesiones en las regiones salvo en el oriente, donde sube de 6 puntos (de 8% a 14%). Paradójicamente baja 4 puntos en el sector A (de 32% a 28%) aunque sube en el sector D de 11% a 13%.
Alfredo Barnechea. Sube a 12%, 3 puntos desde la anterior medición. Se mueve hacia arriba en Lima, de 10% a 12% pero su incremento mayor es en las regiones (9% a 13%); sube en el Perú urbano (de 11% a 15%) y en el Perú rural (de 5% a 9%). El candidato de AP sube fuerte en el centro del país, 7 puntos (de 6% a 13%) en el oriente 5 (de 6% a 11%), un poco menos en el sur (de 11% a 14%) y en el norte (de 9% a 12%). En una tendencia poco explicable, baja en el sector A (de 34% a 29%) aunque sigue allí como la primera opción, y escala 6 puntos en el sector C (de 9% a 15%) y 3 en el D (de 5% a 8%). Entre las mujeres sube de 6% a 9%, no avanza entre los jóvenes pero si entre los adultos (de 7% a 10%).
Verónika Mendoza. Con 12% nacional, baja un punto en Lima y sube 4 en las regiones (de 9% a 13%); duplica su intención de voto en el Perú rural (de 6% a 12%) y trepa 11 puntos en el sur del país (de 9% a 20%), y 9 puntos en el centro (de 8% a 17%). También escala 9 puntos en el sector A (de 2% a 11%) y en B (de 10% a 14%), igualmente poco explicable para una candidata de izquierda que concentra una fuerte contracampaña. La candidata del Frente Amplio también penetra en el sector E donde duplica su intención de voto (de 7% a 14%).
Alan García. Para desconsuelo del antiaprismo García resiste. Crece en Lima 3 puntos (de 6% a 9%) y en las ciudades del interior (de 4% a 6%); baja 2 puntos en el otrora sólido norte y sube otros 2 en el sur. El candidato de la Alianza Popular, sube 4 puntos en el sector A y baja 3  en el sector D y sube 4 en E (de 2% 6%).

PERSPECTIVA
Antivotos. La campaña ha pasado claramente a una fase anti que ha limitado hasta ahora las posibilidades de arremetida de Keiko y un mayor crecimiento de Verónika. De aquí para adelante ellas tendrán sobre sí intensas contracampañas. No en vano, los puntos de antivoto que se han movido son los de ellas: Keiko ha pasado de 44% a 46% y Verónika de 34% a 36% (aparte de Alan, de 67% a 69%). En cambio, PPK bajó su antivoto de 37% a 35% y Barnechea lo mantiene en 32%.
Esta polarización por ahora perjudica más a Keiko que reduce fuertemente su feeling ganador, al punto que perdería ante PPK en una 2° vuelta y le ganaría por poco a Barnechea y Verónika. No obstante, en las próxima semanas también podría limitar el crecimiento de Verónica y favorecer a PPK y Barnechea.
El segundo lugar. El antivoto podría más decisivo para definir el segundo lugar aunque como sucedió en otras elecciones también conlleva solidaridad como respuesta. Es importante advertir que a pesar de los antis o por lo antis tenemos algunos hechos relevantes: 1) donde más se han movido los candidatos hacia arriba o hacia abajo son en los sectores A y D, 2) se registran abandonos y adhesiones entre los jóvenes; 3) se mueven más la intención de voto en las regiones del centro y del sur del país; y 4) tanto PPK y Verónica han aumentado el porcentaje de sus votantes seguros, de 10% a 14% y de 7% a 10%, respectivamente.
Territorios en disputa. Es cierto que no existe lugar del país donde no se disputen votos. Sin embargo, con las cifras sobre la mesa, es más probable que el retador de Keiko se defina entre los más ricos del país y entre los más pobres, entre los jóvenes y en el centro y sur del país. Parece ser que allí se están moviendo una masa considerable de votos, con rangos de entre 5 y 10 puntos de incremento o decremento en las adhesiones. En este punto, dos detalles: 1) Gregorio Santos ha subido a 2% y tiene en el sector D 5%, más que Barnechea, por ejemplo; y 2) los otros han pasado de 8% a 3%, incluyendo Toledo.
El voto viciado. Está cayendo en ruta hacia los niveles tradicionales. Los rubros blancos, viciados y no precisos eran de 22% y han pasado a 19%. También se registra una importante caída del voto viciado específicamente de 12% a 9% con más fuerza en las regiones,  en el centro de 16% a 12%, en el sur de 19% a 9% y en el oriente de 11% a 6%. En el sector D ha caído de 16% a 11%.
Razones propias poco convergentes. A pesar de las contracampaña, los antis aun no son verbalizados por los electores, de modo que la virulencia que se aprecia en las redes sociales demorará en trasladarse al discurso de los ciudadanos. Por ahora, las razonas del voto son propias y poco convergentes. Por Keiko votan principalmente porque es mujer y porque luchará contra la delincuencia; por PPK por su experiencia y por su manejo de la economía; por Barnechea porque tiene buenas ideas y visión de futuro; por Verónika porque es nueva y porque también tiene buenas ideas; y por Alan porque tiene experiencia y liderazgo. Estos indicadores señalan que a pesar de las contracampañas hay espacios para la ideas.

sábado, 19 de marzo de 2016

La gran polarización

http://larepublica.pe/impresa/opinion/749314-la-gran-polarización
La República
La mitadmasuno
18 de marzo de 2016
Juan De la Puente
La exclusión de Julio Guzmán del proceso electoral ha traído efectos en cadena que elevan el nivel de incertidumbre de los resultados de las elecciones, que se añade y funde con la otra incertidumbre, la de los cuestionamientos por la salida o permanencia de los candidatos presidenciales. El último de los efectos y quizás el más decisivo es la formación de una gran polarización.
La salida de Guzmán y Acuña ha operado como la puerta de entrada a la campaña de los movimientos sociales. Estos habían estado marginados de un proceso electoral hegemonizado por los medios. En seis meses de campaña casi ningún candidato había realizado consultas con la parte organizada de la sociedad civil.
Dos destellos que patentizaron el divorcio entre los candidatos y el país que reclama –más allá de la oferta sobre el salario mínimo– fueron la visita de Alfredo Barnechea al Cusco para proponer la renegociación de los contratos del gas y la presencia de Verónika Mendoza en Amazonas, en la zona del derrame de petróleo. No es casual que estos hechos fueran seguidos de los primeros incrementos en la intención de voto de ambos.
El ingreso de los movimientos sociales a la campaña ha sido autónomo y es probable que se desarrolle en esa línea, y lo hacen portando su bandera principal, el antifujimorismo. Esta irrupción y la subida de Mendoza de 4% a 9% fueron rápidamente respondidas con la activación del antiizquierdismo. En pocos días se ha formado una polarización entre la tradición anticonservadora y la tradición antisocialista, una disyuntiva de contenido tenazmente ideológico, insospechado hace solo 10 días aunque su forma sea menos elaborada discursivamente y más adjetivada, entre “China corrupta” y “Vero terruca”.
Esta polarización tiene dos probables desenlaces: 1) que la cobertura del escenario por las dos opciones adelante la segunda vuelta electoral y se acelere la concentración de votos, estrechando las posibilidades de PPK, Barnechea y García, de modo que Keiko y Verónika disputen la segunda vuelta; o 2) que se abra una alternativa que desarme y derrote esa polarización ubicada en medio de los discursos y adjetivos, y sea un antifujimorismo light el que pase a la segunda vuelta.
Lo segundo ya se ha visto en dos procesos electorales. En 1990, Fujimori derrotó la polarización Fredemo Vs. Apra-izquierda, pasando de 3% a 27% en cinco semanas y el año 2006 Alan García rompió la disputa Lourdes Flores Vs. Ollanta Humala pasando con este a la segunda vuelta.
Ni Keiko ni Mendoza han renunciado a la polarización, que le conviene a la segunda, ubicada a 23 puntos de Keiko. Por su parte, el fujimorismo en lugar de huir de la disyuntiva está cometiendo el grave error de alimentarla desatando fuerzas que dormitaban respecto de su pasado y alejándose del discurso de Harvard, es decir, la reconciliación, el reconocimiento de errores y una ligera ruptura con la herencia de Fujimori padre.
Desatadas las fuerzas, es también poco probable que si Fuerza Popular y el Frente Amplio decidieran bajar las tensiones, lo consigan. Ambos grupos y no otros son tributarios de los antis que colisionan. La revisión de campañas en los medios y en la calle confirma que ambas tradiciones se han empezado a defender y a atacar incluso al margen de las estrategias de campaña.
No aparece todavía un candidato que se proponga disolver esta polarización. Los otros competidores, PPK, Barnechea y García creen que les puede ir bien manteniendo sus discursos de campaña sin mirar a los costados, prefiriendo un rival y perdonando al resto o haciendo incursiones cortas para luego retroceder.
El volumen inédito de votos que se movilizan interactúa abiertamente con la movilización de la calle. Se están moviendo rápidamente los votos y los antivoto. Quienes impulsaron la exclusión de Guzmán creyendo que con una jugada ganarían la partida se equivocaron. Han liberado fuerzas que actuarán en el corto y mediano plazo.

domingo, 13 de marzo de 2016

Habemus centro, habemus izquierda. Análisis de la encuesta de Ipsos 13.3.2016

Por Juan De la Puente
La encuesta que publica hoy Ipsos y El Comercio, luego de tres semanas de la anterior, refleja  que el 24% de votos que en conjunto dejan Julio Guzmán y César Acuña se estarían distribuyendo principalmente entre el centro y la izquierda, dando forma a estas opciones del escenario a poco menos de 30 días de las elecciones, a través de Alfredo Barnechea (AB) y Verónika Mendoza (VM).
El escenario de tres tercios con similar dimensión, que otras encuestas exponían hace días -un tercio a favor de Keiko Fujimori, otro de los que esperan enfrentársele en una posible segunda vuelta y el tercero de electores indecisos o resistentes al voto- se relativiza o se ha empezado a disolver. Hay menos votos suspendidos en el aire porque los blancos, viciados y no sabe/no opina suman 22% aunque siguen siendo más significativos en el centro del país (30%), en el sur (33%), en el oriente (33%) y en el sector E (34%). Aun así, están en disputa entre 10 y 12 millones de votos.
Las aproximaciones sobre cómo se mueven las adhesiones truncas se relativizan por el hecho de que la encuesta se inició el 5 de marzo, cuatro días antes de la resolución del JNE sobre Guzmán y Acuña (9 de marzo). La encuesta encontró a los votos de los candidatos excluidos en proceso de migración. No obstante, Ipsos hizo dos preguntas sobre intención de voto, una con ambos candidatos y otra sin ellos. Si nos atenemos a las respuestas, Keiko Fujimori (KF) sube un punto porcentual y Alan García (AG) ninguno, en tanto que Pedro Pablo Kuczynski (PPK) sube 5 puntos, AB sube 2 y VM 4.
Keiko Fujimori. Es la más estable en el inicio de la nueva campaña. Gana, pero poco. Se afirma en Lima donde escala 7 puntos, pasando de 31% de hace 3 semanas a 38%. No obstante, experimenta caídas considerables en el norte, donde pierde 4 puntos (38% a 34%) otros 4 en el sur (de 22% a 18%) pero sube 6 en el oriente (de 29% a 35%). Sigue siendo minoritaria en los sectores A/B respecto de PPK y Barnechea pero continúa sólida en los sectores D/E, y lidera la intención de votos en todas las edades, entre ellos los jóvenes.
La ilusión fujimorista de una victoria en primera vuelta o un registro superior al 40% el 10 de abril se frenan por otro fenómeno. Los votantes duros de KF se mantienen pero sube su antivoto (los que responden a “definitivamente no votaría por él”) que pasan en 3 semanas de 40% a 44%.
Barnechea y Mendoza. A ambos les va bien en las cifras globales y en los desagregados. Son dos candidaturas en movimiento y desarrollo. En tres semanas los dos pasan de 4% a 9%. Ambos más que duplican su intención de voto en el interior del país y especialmente en el Perú rural. También duplican su intención de voto en el norte, centro sur y oriente, y sus electores duros (“definitivamente votaré por él) crecen, en Barnechea de 3% a 8% y en Mendoza de 3% a 7%. Ambos caen más de 10 puntos en el rubro “no lo conozco”.
Pedro Pablo Kuczynski. PPK parte también promisoriamente en la nueva campaña. Ha frenado su declive que lo llevó de 16% en diciembre a 9% en febrero. Con 14%, exhibe ahora la posición de nuevo retador de Keiko (una segunda oportunidad), una de las ecuaciones de la campaña, y está mejor posicionado en Lima (18%) que en las regiones (13%), aunque en los dos territorios está en alza desde la última medición de Ipsos, hace tres semanas.
PPK recibe el impulso en las regiones y le gana a Keiko en el sector A (32% contra 18%) y B (23% contra 20%), pero es sobrepasado por esta en el sector D donde más que lo triplica (38% contra 11%) y en E donde lo cuadruplica (33% contra 8%).
Millones de votos en movimiento. La idea que sostiene que una encuesta es una foto del momento nunca ha sido más cierta que ahora, aunque la foto "está movida” porque, claro, los actores se están moviendo y removiendo, PPK, Barnechea y Mendoza más que KF y García.
Apreciar cómo y dónde anidan las adhesiones de Guzmán/Acuña no es una operación sencilla por el inédito volumen de votos que ha empezado a moverse en esta nueva y corta (y furibunda) campaña en la que -no habría que olvidar- los factores que dinamizan la competencia son definitivamente el antifujimorismo y la convicción sobre irregularidades y favoritismo del JNE respecto de los candidatos.
Entre Acuña y Guzmán concentraban 5 millones y medio de votos (habría que recordar que no todos eran seguros), y de acuerdo a la anterior encuesta de Ipsos se tenían otros 4 millones entre viciados, blancos, no sabe/no opina (17%). Si a estos porcentajes se suman los votos no seguros de los candidatos es probable que lo que se encuentre en disputa y movimiento sea entre 10 y 12 millones de votos.
Nunca antes se habían movido en menos de un mes casi el 50% del total de votos.
Desafíos de la campaña. La encuesta es clara al plantear los desafíos de la campaña. El principal problema de Keiko Fujimori es el interior del país, especialmente el centro y sur, los sectores A/B y el 44% de antivoto que concentra y que puede crecer.
A estas alturas, KF tiene más que defender que ganar y salvo un crac de los tres candidatos que le siguen desde lejos no es muy probable una arremetida final del fujimorismo.
Los candidatos que aspiran a retar a KF tienen tres desafíos, crecer en Lima, en los sectores D y E y entre los jóvenes, para que alguno de ellos pueda superar el 20%  el 10 de abril y pasar a la segunda vuelta con más posibilidades.
Pero la clave de este reto se encuentra en otro problema de la campaña. El eje del proceso ha cambiado radicalmente y se localiza en la transparencia de las elecciones y ya no en los asuntos de programa (crecimiento, corrupción y seguridad). Si a esto se agrega el resurgimiento del antifujimorismo militante y de la calle, el eje por donde los movimientos sociales han ingresado a una campaña de la que se pretendía excluirlos, la postura de los actores en estos “nuevos” asuntos será fundamental para la evolución del voto.
Todos están encontrando su lugar en esta campaña, salvo García. La radicalización de los actores parece dejar por ahora fuera de juego la idea del voto seguro. Su única esperanza es el músculo del partido.
El centro y la izquierda tienen una pequeña esquina del escenario. Ellos deberían tener una voz clara sobre la transparencia y esa misma exigencia presiona a PPK. Su discurso antifujimorista que ha estrenado hoy en El Comercio (http://elcomercio.pe/politica/elecciones/ppk-voy-luchar-como-gato-panza-arriba-contra-keiko-fujimori-noticia-1885956) es sugerente aunque solo sirve para empezar la batalla. Los votos se están moviendo, los antivoto también y él como los otros deberán convencer a sus electores potenciales sus diferencia respecto de Keiko Fujimori.

domingo, 21 de febrero de 2016

Guzmán y Keiko no deberían estar muy contentos

Por Juan De la Puente
La encuesta de Ipsos publicada hoy presenta un escenario electoral nuevo, distinto al de los 5 o 6 meses anteriores, y es reveladora en dos aspectos:
1.- Destruye la segunda línea del escenario al separar a Julio Guzmán de otros cinco candidatos (PPK, César Acuña, Alan García, Verónika Mendoza y Alfredo Barnechea) y crea con estos una tercera línea. Ya no más Blancanieves y los siete enanitos. El nuevo escenario es más fragmentado aunque menos disperso. Entre los cinco candidatos mencionados obtienen 28% de intención de voto.
2.- Se definen tendencias que parecen irreversibles a 50 días de las elecciones, entre ellas la caída de PPK (pierde 7 puntos desde diciembre), el desplome de Acuña (cae 7 puntos en un mes) y la irrupción por ahora moderada de Verónika y Barnechea (los dos están en 4%). Alan es un misterio demoscópico porque si bien ha bajado tres puntos desde diciembre, esta caída no es tan profunda como para convertirse en una tendencia. Además, siempre hay que recordar parafraseando al “Puma” Carranza, que el Apra es el Apra.
La primera reacción de los partidarios o votantes de Guzmán debe ser la alegría porque trepa 13 puntos en un mes. No obstante, esta subida no parece corresponder a la intensidad del momento que lo convierte en protagonista. Habida cuenta que ha sido objeto de una extensa publicidad a raíz de las resoluciones del JNE y JEE, y que tiene la oportunidad de presentarse como la gran víctima de las reglas de la vieja política, yo esperaba algunos puntos más, entre 22% y 25%. Podría ser que Guzmán haya desperdiciando un tiempo valioso en las carpas frente al Jurado en lugar de ponerse la vincha y llamar con resolución a la movilización ciudadana para construir una alternativa más potente.
Sobre Keiko, la comodidad del 30% no debe evitar advertir si se desea ser rigurosos que ha caído 3 puntos, casi el 10% de lo que tenía el mes pasado y 5 puntos desde diciembre. Sucede que la destrucción de la figura de Blancanieves también le afecta. Mirando la letra pequeña de la encuesta de Ipsos hay hechos que su campaña tomará en cuenta.
Entre ellas menciono dos; Keiko cae fuertemente en un mes en las regiones; en el centro 16 puntos (de 42% a 26%) en el sur 3 (de 25% a 22%), en el oriente 6 (de 35% a 29%), y en el Perú rural 9 (de 40% a 31%). En compensación a ello, parece haber recibido algo de la caída de 7 puntos de Acuña en el norte.
La composición de la intención de voto de Guzmán es la expresión de este samaqueo que se aprecia fuera de Lima. Guzmán tiene 22% en el Perú Rural y 25% en el sur. En tanto, ha frenado su irrupción entre los jóvenes (24%) y tiene problemas con el sector E (11%), aunque penetra más fácilmente allí que PPK, así como en los sectores C y E.
De hecho, ahora PPK frena a Guzmán como el 2011 frenaba a Toledo. La pelea Guzmán/PPK será la más sangrienta de las próximas semanas, claro si Guzmán sigue en carrera.
El escenario descrito evidencia cierta estabilidad en Lima y en los sectores A y B, y más movimientos en los sectores de “abajo” y en las regiones. También evidencia que a diferencia de diciembre y enero las contracampañas y denuncias han funcionado más que las campañas. Lamento tener la razón en el sentido que la contrapolítica es más fuerte que la política.
Me inclino a pensar que Keiko está saliendo de su zona de confort y que Guzmán es dueño ahora del 18% pero también de un fuerte y rápido anti que ya hizo efecto en Acuña. Guzmán solo puede ensayar una huida hacia adelante, es decir, convertirse en el candidato antifujimorista por excelencia aunque eso lo llevará a cambiar su narrativa y ser menos duro con los que llama dinosaurios. Esa operación de desvestirse y vestirse en medio de la escena es compleja y no siempre ha funcionado.
Finalmente, no sería correcto predecir cómo se resolverá la disputa en la recientemente creada tercera línea. Mientras que PPK y Alan están condenados a combatir a Guzmán, Acuña en bajada tiene la obligación de no pelearse con nadie en particular. A Verónika y Barnechea les ha ido bien hablándole primero al país y quizás sea el tiempo de que ensayen un discurso desde la política contra la antipolitica y sus candidatos precarios, una labor que ahora solo la realiza Alan.

viernes, 5 de febrero de 2016

Encuestas, la letra pequeña

http://larepublica.pe/impresa/opinion/738811-encuestas-la-letra-pequeña
La República
La mitadmasuno
5 de febrero de 2016
Juan De la Puente
El tono golpista y espectacular con el que se presentan las últimas encuestas, que absolutizan un resultado e ignoran el contexto, convierte al resto de datos en la letra pequeña de un registro. Ha sucedido con la reciente encuesta de GfK, de la que se extrae solo el salto de Julio Guzmán –que lo es– y su empate técnico con Acuña y PPK, subestimando reveladora información a nueve semanas de las elecciones.
La excesiva importancia del empate técnico esconde la sostenida debilidad de la opción alternativa a Keiko Fujimori, quien se acerca nuevamente al tercio de votos, y la irresuelta fragmentación de quienes se afanan por reconstruir las versiones del tradicional centro electoral peruano cuyos aspirantes (Guzmán, Acuña. PPK, García, Toledo y Mendoza) suman un 41%. La esperanza de que de ese pelotón salga el gallo de tapada contra Keiko se relativiza por las guerras intestinas sin contenido en la segunda línea. A pesar de esta guerra, todos salvo PPK han aumentado su intención de voto, señal que las campañas funcionan por ahora más que las contracampañas.
Las brechas entre el centro disperso en guerra y Keiko revelan el impacto desigual de las narrativas de la crisis y sus límites. Keiko solo tiene 14% en A/B, es decir, 18 puntos menos que su promedio general, frente a Guzmán que allí obtiene 18%, PPK 24%, García 10% y Mendoza 3,8%.
Este centro elitista y básicamente limeño se ahoga en el sector D/E donde Keiko luce un potente 39%, frente a Guzmán (9%), PPK (5,4%), García (5,2%), Toledo (2,9) y Mendoza (0,9%). Tampoco le va bien en el Perú rural donde los seis candidatos suman 30% mientras 
Keiko alcanza 42%.
El discurso de la mayoría de opciones que intentan el centro se parece. Se diferencian Guzmán por su recusación  de la política tradicional y Mendoza y Barnechea por su crítica al modelo económico. Existen otras razones específicas que achatan a los que intentan ser la alternativa a Keiko; en PPK su escasa consistencia en las regiones; en Acuña las denuncias de su pasado y presente malandrín; en García la colosal acusación de los narcoindultos; en Toledo la estela luminosa de Ecoteva; y en Mendoza su dispersión programática y el afán cainita de la izquierda.
El centro tradicional está en crisis y ya fue. En anteriores elecciones era más fácil encontrar un punto intermedio entre posturas más radicales. Esta posibilidad se dificulta por la irrupción de dos grandes asuntos de Estado a los que la política responde desigualmente: la inseguridad que genera mensajes populistas y la corrupción, vacía de mensajes.
El centro no ha podido hilvanar respuestas alentadoras en ambos casos. Ese centro elitista y urbano seguirá siendo mínimo si no produce cambios en la narrativa de la crisis institucional. En octubre del año pasado GfK ya había detectado un cambio de fondo en las percepciones ideológicas reportando la drástica caída a 14% de quienes simpatizan con el centro y el incremento a 24% de quienes simpatizan con la derecha.
La dispersión en la segunda línea ha producido pocos cambios en el escenario electoral. Los más significativos fueron la irrupción de Acuña en noviembre y de Guzmán en enero. Entre una y otra aparición existen diferencias; Acuña subió prestándose votos de otros candidatos mientras que Guzmán debe gran parte de su salto a la caída drástica de los rubros No sabe/No opina y Blancos/Viciados que pasa de 35% a 22%.
Finalmente, la disyuntiva viejo/nuevo ahora dominante favorece a Keiko que se mueve bien en ambos lados del clivaje. Sus oponentes pugnan por diferenciarse entre sí y en ese propósito consiguen muy poco. Es el escenario de Blancanieves y los enanitos donde los candidatos se hablan entre sí sin esforzarse por hablarle al país. Podrían llegar así al 10 de abril si alguno no se atreve a movilizar con audacia a los ciudadanos alertando del peligro de la falta de gobernabilidad si gana la elección un presidente aislado y aislable o un quiebre público si no se encara la crisis institucional y la falta de reformas.

sábado, 2 de enero de 2016

Candidatos: ¿Se parecen demasiado?

http://larepublica.pe/impresa/politica/723791-candidatos-se-parecen-demasiado
La República
(Balance corto de CADE 2015)
6 de diciembre de 2015
Juan De la Puente
La idea general luego de las exposiciones de los candidatos presidenciales en CADE 2015 es que los aspirantes se parecen tanto en las propuestas como en sus omisiones. De los tres grandes problemas que dominan la campaña electoral –la desaceleración de la economía, la corrupción y la inseguridad– solo el primero fue abordado con cierta amplitud –aunque no en profundidad– en una medida que permite considerar la evolución del Perú si alguno de ellos ganara las elecciones.Esta coincidencia no es suficiente para generar un consenso sobre un nuevo ciclo de crecimiento. Localizadas en la inversión pública, las propuestas no abordaron dos reclamos actuales, la caída de la inversión privada y la diversificación productiva.
Ha faltado más coherencia dirigida a proyectar una imagen completa de ese pacto para una estabilidad macroeconómica que nos es necesaria.
Las diferencias están en su disposición a relacionarse con los ciudadanos. Dos ejemplos sobre ello: 
1) Alan García y AlejandroToledo apuestan por la política mientras que los otros tres reducen el gobierno a la gestión técnica; es la colisión entre la década de 2001-2011 con la de 1990-2000, de la que Humala es una síntesis desarmada. PPK llegó al extremo de prometer menos política, como si esa contra-política no nos estuviera matando. 
2) Dos candidatos, García y PPK, designaron ante cámaras a sus ministros de Economía, mientras Keiko guardó bajo siete llaves la identidad de su equipo.
La presentación en la CADE 2015 ha servido también para verificar otros límites. Los candidatos carecen por ahora de una visión que relacione un probable gobierno suyo con las reformas institucionales que el país necesita con urgencia, y ya no solo las 32 iniciativas presentadas por la Asociación Civil Transparencia, sino a otras referidas a la corrupción y a la inseguridad. Si esa carencia obedece a la convicción de que los próximos 5 años son una simple extensión de los últimos 15, tenemos problemas. 
Finalmente, también ha servido para fijar un techo conceptual al crecimiento de Acuña, que parece adolecer de la misma falta de calidad que su presentación.

viernes, 23 de octubre de 2015

PPK y Alan, la batalla

http://larepublica.pe/impresa/opinion/712576-ppk-y-alan-la-batalla
La República
La mitadmasuno
23 de octubre de 2015
Juan De la Puente
Las candidaturas de Pedro Pablo Kuczynski (PPK) y Alan García Pérez (AGP) se han emplazado en un mismo espacio del escenario electoral. En conjunto suman ahora más de un quinto de la intención de voto aunque la zona en la que se mueven es más amplia y en ella se inscriben Alejandro Toledo y César Acuña, inclusive.
La reciente encuesta de Ipsos da cuenta de esa coincidencia. A García, los ciudadanos le reconocen que tiene más experiencia que PPK, que es más trabajador y que conoce más que PPK los problemas de la gente. De PPK piensan que es mejor en economía, que es más honesto y que tiene más visión de futuro que García. En varias de las comparaciones empatan,  incluyendo en la capacidad de liderazgo y en los temas en los que son poco reconocidos, como en las propuestas sobre seguridad, lucha contra la corrupción y política social. Es extraño que también empaten muy a la baja en la variable “tiene buen equipo” cuando, objetivamente, las tecnocracias de ambos son reconocidas públicamente.
Entre PPK y AGP se avecina una dura batalla; de ella depende la naturaleza de la disputa en la segunda vuelta. Esta posibilidad no niega otra que ha circulado estos días, la de una arremetida de un candidato chico. En cualquiera de las opciones, el espacio en disputa existe y está delimitado por los discursos y por las candidaturas de Keiko Fujimori y las que intentan jugar entre la izquierda y el centro izquierda. Cierto, todos están acomodando en la pista y falta mucho para abril, pero la música ya está sonando. Y están bailando.
Los dos tienen un apreciable porcentaje antivoto; AGP tiene uno más alto (64%), aunque sorprende que PPK tenga uno pronunciado (42%). En definitiva, el anti de AGP es su principal problema y de él depende no solo que llegue a la segunda vuelta sino que crezca en la primera.
Si se afirma que el antialanismo es el factor que impide el crecimiento de García, ¿por qué no crece PPK que tienen más tiempo en campaña y menos cuestionamiento personal? La respuesta reside menos en los atributos personales y más en factores objetivos, decisivos de cara a la primera vuelta.
AGP es el más acosado del escenario, más que Keiko Fujimori, inclusive, pero PPK tiene más competidores directos. Por ejemplo, Toledo estorba a PPK desempeñando el mismo papel que este jugó contra el ex Presidente en el primer tramo de las elecciones del 2011, derribándolo finalmente. En tanto, la irrupción de Acuña, que ya devoró una parte del sólido norte aprista en dos procesos electorales, va primero tras los potenciales electores de PPK.
Por otro lado, PPK tiene dos problemas que conforme se acerquen las elecciones serán limitantes de carácter político: la edad y la dispersión interna. Sobre lo último, es difícil imaginarse la fragmentación de su bancada parlamentaria, con humores que van desde la DBA hasta la izquierda, nostálgica cierto, pero al fin y al cabo izquierda, una variedad más disolvente que el aguarrás que el electorado puede oler antes de la primera vuelta. De hecho, algo de esa precariedad ya se siente ahora.
Ambos tienen alternativas. García tiene la posibilidad de mover el músculo del Apra. PPK, que para efectos prácticos no tiene partido, puede mover el músculo de los medios, que no es poca cosa. No obstante, no es suficiente en el país de la antipolítica; no se sabe en qué medida ambos sean conscientes de que sus candidaturas son limeñas, urbanas y más afianzadas en los sectores A/B.
Finalmente, será difícil que puedan pescar más votos a la derecha; por esa razón, necesitan de pactos sociales aun sean tácitos y a través del discurso, en lo que García ha avanzado aunque erradamente, con la iniciativa de sacar a las FFAA a combatir el delito pretendiendo recoger la adhesión ya comprometida del Perú autoritario. PPK ha avanzado en la búsqueda de alianzas regionales y locales aunque ha cometido errores en el fichado de personajes cuestionados, como el innombrable médico que manosea su condición de padre de un joven fallecido.
Con o sin estos movimientos, no tienen más remedio: PPK debe ser anti García y este el anti PPK.

viernes, 9 de octubre de 2015

Elecciones sin coaliciones

http://larepublica.pe/impresa/opinion/705819-elecciones-sin-coaliciones
La República
La mitadmasuno
Juan De la Puente
25 de setiembre de 2015
Desde 1990 el país protagoniza comicios impulsados por coaliciones electorales que deben su origen a la debilidad de los partidos (ver estupendo trabajo de Mauricio Zavaleta, La competencia política post-Fujimori; partidos y coaliciones de independientes en los espacios subnacionales peruanos, IEP 2014) y a la necesidad de impedir el acceso al poder de fuerzas generalmente consideradas radicales.
Este modelo de competencia electoral se ha decantado rápidamente por los anti desde el año 2000. De hecho, la candidatura de Toledo ese año fue una coalición antifujimorista y la otra, la del 2001, fue primero contra Lourdes Flores y luego antialanista.
La de García el 2006 fue una coalición primero contra Lourdes Flores y luego antihumalista. Las elecciones del 2011 fueron muy especiales; la derecha y el centro, divididos en cada lado, no pudieron forjar una coalición anti; Humala volvió a disputar la segunda vuelta, y fue él quien volvió a encabezar una coalición antifujimorista, victoriosa por escaso margen.
El resultado de este modelo de competencia electoral ha sido de coaliciones también gobernantes en lo político y social. Más de la mitad del primer gabinete de García el 2006 no votó por él en la primera vuelta, y su gobierno fue viable gracias a la alianza con el fujimorismo en el Parlamento. Antes, Toledo pactó con el FIM, Unidad Nacional, UPP y AP en el Congreso, una sucesión de frágiles coaliciones que al deteriorarse casi le cuestan la presidencia.
La historia de Humala/gobierno es la de una coalición progresista sustituida por otra, conservadora y precaria. Es probable que en su caso, 2/3 de sus ministros que tuvo desde el inicio de su gobierno no votaran por él en la primera vuelta, lo que también indica el carácter de su inestabilidad escindida: acuerdos con la derecha en materia económica y guerra con ella en el ámbito político.
Los tres gobiernos del actual ciclo democrático han sido al mismo tiempo gobiernos de minoría. Toledo (36% en la primera vuelta el 2001) eligió 45 de 120 legisladores; García (24% en la primera vuelta el 2006) eligió 36 de 120; y Humala (31% en la primera vuelta el 2011) eligió 47 de 130. A su vez, los tres gobiernos se beneficiaron de un consenso en la sociedad civil que es (todavía) insistente en proteger la estabilidad constitucional y desaprobar toda iniciativa rupturista, en el Congreso o fuera de él.
Esta democracia que se explica por esas coaliciones electorales y gobiernos de minoría pactados, uno más estable que los otros dos, podría experimentar un giro hacia una mayor precariedad. El primer síntoma es la fragmentación de opciones y la poca probabilidad de que algún candidato organice una coalición.
Es probable que el 2016 compitan 7 candidatos presidenciales que logren superar la valla electoral en lugar de los 5 que hubo en los comicios del 2011. Esta dispersión podría implicar bajas votaciones en la primera vuelta y la posibilidad de que los dos aspirantes que pasen a la segunda vuelta no sumen juntos el 50% de votos. En ese contexto, la coalición anti que gane la segunda vuelta tendría que buscar más compromisos y sufrirá evidentemente la pérdida de fuerza propia para gobernar.
Sería dramático que quien gane la presidencia el próximo año no tenga más que una cuarta parte de legisladores propios (menos de 33) y se enfrente a un Congreso que, como se ha visto, ha desarrollado una “inteligencia destructiva” con el famoso voto ámbar que ya ha bloqueado por unos días la investidura de dos gabinetes. Un presidente con baja votación en la primera vuelta, y que luego no pueda organizar una coalición parlamentaria a su favor tendrá un pronóstico reservado.
Podría ser que la formación de coaliciones deba de adelantarse y que, en vista de ello, se tengan demasiados aspirantes presidenciales. Al mismo tiempo, la capacidad de pactar en esta democracia de minorías se convierte en un atributo electoral que los ciudadanos bien pueden valorar a la hora de votar. Estamos avisados: debe preocuparnos la poca capacidad de los políticos de construir coaliciones como una compensación de la debilidad de sus partidos.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Keiko la rompe

http://larepublica.pe/impresa/opinion/17586-keiko-la-rompe
La República
La mitadmasuno
24 de julio de 2015
Juan De la Puente
La reciente encuesta de IPSOS trae por lo menos tres novedades, interesantes aún para una campaña electoral adelantada, considerando que faltan más de 8 meses para la primera vuelta. Son datos sugerentes que agrietan el molde clásico en el que se cocina la competencia entre los candidatos llamados tradicionales.
Primero. Nuevos ejes de la campaña. La seguridad y la corrupción se convierten en los principales problemas que interesan a los ciudadanos, más que duplicando como expectativa al desempleo, a la pobreza y al costo de vida. Este es un coctel amargo para todos, un cambio de fondo respecto a las campañas del 2001, 2006 y 2011, dos temas que hacen uno, y que más que un desafío son una interpelación a la política, un reclamo que los candidatos deberán empeñarse en responder.
No es seguro que sean los ejes definitivos de la campaña. En tanto, los candidatos no están cubriendo estas expectativas o, mejor dicho, los movimientos que ensayan parecen ir en una dirección distinta a la que se mueve la opinión pública. La predominancia de la inseguridad/corrupción no les pide ponderación a los aspirantes presidenciales, de modo que quizás nos encontremos muy cerca de ofertas radicales en este campo, so pena de la irrupción de un candidato sorpresivo que prometa un menú más convincente, duro y popular.
El coctel inseguridad/corrupción que bebemos todos es, a golpe de fracasos, también una puerta abierta para todo, inclusive para el populismo. En el rubro seguridad, los candidatos no se atreven todavía a jugar fuerte con la militarización de la lucha contra el delito y con la ampliación de la pena de muerte; y sobre la corrupción, parece que nos dirigimos a un pacto entre la política y el ciudadano cínico –el que abjura de la corrupción pero le saca provecho– que votará por medidas radicales a sabiendas de su inviabilidad.
Segundo. Keiko Fujimori rompe el techo del tercio electoral. La candidata de Fuerza Popular tenía una intención de voto de alrededor del 30%. En el sondeo de IPSOS salta al 36% en la pregunta con tarjeta, duplicando a PPK (17%), triplicando a Alan García (12%) y más que cuadruplicando a Alejandro Toledo (8%). Keiko también derrotaría a PPK y a García en una segunda vuelta, y aparece muy favorecida a diferencia del 2011 en las alternativas “definitivamente votaría por ella” y “podría votar por ella” (49%), y más capacitada para encarar la corrupción, la delincuencia y el desempleo.
Sin magnificar la tendencia, es interesante reparar en que 3 de cada 10 peruanos creen que el fujimorismo puede liderar la lucha contra la corrupción y la delincuencia, una imagen que lleva a preguntas que incomodan algunos sentidos comunes: ¿Son más fuertes otros “antis” que el antifujimorismo? ¿Es eficaz la actual política antifujimorista basada en la memoria, y que no aborda el actual comportamiento de Fuerza Popular? ¿Mide ahora la opinión pública a Keiko con una vara distinta a la del 2011? ¿Creen los ciudadanos, a diferencia de la elite política, que Keiko expresa el neofujimorismo?
Tercero. El electorado ha iniciado (o empezó hace rato) un giro conservador. No repetiré en este punto lo que afirma otro sondeo reciente que amarra a los peruanos con modelos sin vasos comunicantes. En cambio el sondeo de IPSOS expone el escaso arraigo de la izquierda, el copamiento del escenario por una derecha que entra y sale del centro con gracia y salero, el escaso número de los que piden que el próximo presidente sea democrático y el bajo índice de votos blancos y viciados.
Aquí, más preguntas incómodas: ¿El Perú ya está preparado para elegir por primera vez desde 1956 un gobierno conservador a cara descubierta? ¿Será la izquierda la gran derrotada del quinquenio humalista, la que pague los platos rotos del fracaso de la Gran Transformación? ¿La derecha ha empezado a repartirse los efectos personales de una izquierda ausente? ¿Ante el riesgo de la derrota aplastante, es preferible una candidatura izquierda/izquierda o izquierda/centro?