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sábado, 2 de enero de 2016

Candidatos: ¿Se parecen demasiado?

http://larepublica.pe/impresa/politica/723791-candidatos-se-parecen-demasiado
La República
(Balance corto de CADE 2015)
6 de diciembre de 2015
Juan De la Puente
La idea general luego de las exposiciones de los candidatos presidenciales en CADE 2015 es que los aspirantes se parecen tanto en las propuestas como en sus omisiones. De los tres grandes problemas que dominan la campaña electoral –la desaceleración de la economía, la corrupción y la inseguridad– solo el primero fue abordado con cierta amplitud –aunque no en profundidad– en una medida que permite considerar la evolución del Perú si alguno de ellos ganara las elecciones.Esta coincidencia no es suficiente para generar un consenso sobre un nuevo ciclo de crecimiento. Localizadas en la inversión pública, las propuestas no abordaron dos reclamos actuales, la caída de la inversión privada y la diversificación productiva.
Ha faltado más coherencia dirigida a proyectar una imagen completa de ese pacto para una estabilidad macroeconómica que nos es necesaria.
Las diferencias están en su disposición a relacionarse con los ciudadanos. Dos ejemplos sobre ello: 
1) Alan García y AlejandroToledo apuestan por la política mientras que los otros tres reducen el gobierno a la gestión técnica; es la colisión entre la década de 2001-2011 con la de 1990-2000, de la que Humala es una síntesis desarmada. PPK llegó al extremo de prometer menos política, como si esa contra-política no nos estuviera matando. 
2) Dos candidatos, García y PPK, designaron ante cámaras a sus ministros de Economía, mientras Keiko guardó bajo siete llaves la identidad de su equipo.
La presentación en la CADE 2015 ha servido también para verificar otros límites. Los candidatos carecen por ahora de una visión que relacione un probable gobierno suyo con las reformas institucionales que el país necesita con urgencia, y ya no solo las 32 iniciativas presentadas por la Asociación Civil Transparencia, sino a otras referidas a la corrupción y a la inseguridad. Si esa carencia obedece a la convicción de que los próximos 5 años son una simple extensión de los últimos 15, tenemos problemas. 
Finalmente, también ha servido para fijar un techo conceptual al crecimiento de Acuña, que parece adolecer de la misma falta de calidad que su presentación.

jueves, 17 de febrero de 2011

JNE: después de la batalla

La mitadmasuno
La República
Jueves 17 de febrero de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/17-02-2011/jne-despues-de-la-batalla

La debilidad del sistema político y la demanda de transparencia empujaron al Jurado Nacional de Elecciones a comportarse alternativamente como una Superintendencia o Policía electoral, desbordando los límites de su mandato constitucional. Actuando inicialmente a exigencia del respetable ha desarrollado un impulso controlista que, en nombre del ciudadano, le arrebata a este sus derechos y obligaciones políticas.
Desde las graderías impulsaron al JNE a registrar a las encuestadoras (y estas entraron por ese aro); a que exigiera a los candidatos una poco útil hoja de vida convertida, sin embargo, en título ejecutivo en lugar de referencia; y a que exigiera a los partidos presentar sus planes de gobierno en un formato inaparente cuyo primer resultado está a la vista: la profusión de metas y compromisos donde reina el qué y desaparece el cómo. En la última etapa el JNE dictó normas de exclusión de candidatos por razones éticas no legales y convocó debates. La derogada decisión que obligaba a registrar el nombre y el DNI del encuestado fue un acto crucial en el camino de modelar un organismo que tutele las elecciones, a los partidos y a los votantes.
La búsqueda de más poder para el JNE obedece, además, a la feroz rivalidad con la ONPE cuyas funciones, como la educación electoral, duplica por mandato de leyes que remiendan mal la estructura diseñada por la Constitución de 1993. Como resultado, el Jurado es hoy un organismo autorreferente, sobreexigido y cercano al prototipo de poder fáctico. En su beneficio puede afirmarse que no son los únicos responsables; para todo esto han tenido una hinchada, especialmente en los medios, ahora arrepentida.
Para el bien del mismo JNE habría que volver las cosas a su lugar y devolverle al ciudadano sus atribuciones; que él juzgue si un político es elegible o no; que sea él quien valore la veracidad de una encuesta y que nadie más que él se haga dueño de su voto o intención de voto. Quizás sea la oportunidad para arreglar otros extravíos: redefinir las funciones de los organismos electorales, reformar la Ley de Partidos para evitar la presión de normas de menor rango, y liberar los sondeos de opinión de toda regulación que no sea la que la ley establece para la violación de la libertad de información. La reforma electoral no debería ir por la vía del control del voto y de la opinión pública.

jueves, 20 de enero de 2011

La última renuncia

La mitadmasuno
La República
Jueves 20 de enero de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/20-01-2011/la-ultima-renuncia
Los planes de gobierno entregados al JNE muestran una desordenada elaboración de ofertas que privilegian el compromiso sacrificando la propuesta, de modo que las promesas están cargadas del qué y vacías del cómo.
Salvo en la macroeconomía, los programas carecen de una visión racional y un sustento en el Acuerdo Nacional. Esta ausencia es tan evidente que uno de los programas se pregunta “¿Cómo tiene que ser el primer mundo?”, y se responde misteriosamente “como tiene que ser”.
La profusión de metas conduce a compromisos de 10 años cuando el probable gobierno solo durará 5. Son también corrientes las promesas generales tipo comentario de café: “mano dura” contra la delincuencia o “aumentar” la eficiencia del Estado. Si hace falta precisiones se recurre a los manidos “fortalecer” y “crear un sistema nacional”, argumentos evasivos que reemplazan a la creación de comisiones.
Lo general tiene sus costos, es decir, la oferta no sostenible. Un grupo propone “organizar” el gobierno electrónico, en lo que ya se invirtió recursos sin resultados por ahora; otro propone erigir una “nueva infraestructura educativa sismo resistente” de 3,400 nuevos centros educativos sin señalar cómo y cuánto. Por lo menos dos grupos proponen eliminar en 5 años la pobreza extrema y otro reducir la pobreza general a un dígito. ¿Cuántos puntos PBI costará y cómo? El programa más conservador ofrece asfaltar en total 5 mil kilómetros de carreteras, algo imposible de realizar en 5 años.
Encuentro en muchos casos visiones atrasadas por lo menos 20 años. En el tema ambiental hay un partido que solo propone “ambiente limpio”, sin desarrollo sustentable o referencia al cambio climático; otro asocia estrechamente administración de justicia y seguridad ciudadana, como si el delito fuese un problema solo de jueces y policías; y un tercero reduce su proyecto regional a la creación de oficinas del MEF en las regiones.
También sorprende, salvo excepciones puntuales, la renuncia a la reforma, la palabra más evitada en cientos de páginas. En la más esperada, la de la justicia, solo un grupo se propone recuperar las recomendaciones del CERIAJUS. El resto no aborda ni siquiera en objetivos específicos la reforma de la representación, la tributaria o la del empleo público. En el tema más comentado, la educación, aparecen muy diluidos los propósitos del Proyecto Educativo Nacional (PEN), visión que solo un grupo recoge.