jueves, 29 de diciembre de 2011

La izquierda: choque y fuga

La República
La mitadmasuno
22 de diciembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-izquierda-choque-y-fuga-22-12-2011


La izquierda, luego del reciente cambio de gabinete, ha dejado el gobierno. Salvo excepciones, el grupo de activistas e intelectuales que contribuyó a la formación de Gana Perú, ha salido de la primera y segunda línea de la actual administración. La izquierda social, cuyo rol fue fundamental en el resultado de las elecciones, está un paso más adelante, emplazándose gradualmente en la oposición, seguida de los grupos políticos que operan en su seno. La izquierda regional, la que opera desde los gobiernos regionales y locales, no se ha movido ni un milímetro de su posición inicial de interlocutora del gobierno nacional sin compromisos políticos muy explícitos.
Este cuadro disperso es la causa misma de los problemas, es decir, la expresión de procesos paralelos que la izquierda construyó los últimos años impulsada por la imposibilidad de generar una gran dinámica al mismo tiempo convergente y renovadora. En esa medida, la adhesión a Humala aparece como un breve momento concurrente en el marco de la gran diáspora izquierdista iniciada hace más de 20 años. Los últimos sucesos dejan ver que el actual gobierno no es el punto de partida o de llegada de la izquierda sino un paso, para algunos necesario y para otros inevitable, un “choque y fuga” del que, por lo menos ahora, la izquierda sale perdiendo.
La interrogante principal es el siguiente movimiento; con toda seguridad el destino no pasa por el reagrupamiento. Desde la explosión de Izquierda Unida en 1989 la unidad de la izquierda es un mito recurrente de la acción, incluida la electoral y, al mismo tiempo, un freno para la refundación.
Entre los errores de la izquierda en la última etapa no está el no haber concurrido con un candidato propio a las elecciones o el haber propuesto un programa de equidad con ajuste mínimo al modelo neoliberal. Candidato propio y proyecto propio son cosas distintas, y en esto último parecería residir el problema. La voz de la izquierda nacional en los últimos años fue débil, difusa y fragmentada.
Javier Diez Canseco ha expresado una idea sustantiva para la reflexión, que es necesario que el 32% que votó por Humala en la primera vuelta tenga una representación política. Ello depende de dos variables: 1) de lo que suceda con el Partido Nacionalista en el futuro cercano; y 2) de la capacidad de la izquierda social de generar un movimiento político.
En lo segundo, en la izquierda social, residen por ahora las mayores esperanzas, es decir, en la evolución de apuestas interesantes como el Movimiento Tierra y Libertad, que se proponen relaciones más vinculantes entre las demandas de ciudadanía y la política. A pesar de las derrotas recientes parece estar naciendo una nueva épica izquierdista menos preocupada en su pasado y en juntar sus pedazos, pero igualmente cuestionadora de la realidad.

La boca del volcán

La República
La mitadmasuno
15 de diciembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-boca-del-volcan-15-12-2011


El episodio Conga es insuficiente para explicar la caída del gabinete Lerner porque me temo que no solo asistimos a un cambio de gabinete sino al estreno de una nueva distribución de fuerzas y a la gestación de una etapa que, si no se insiste en el cambio, puede culminar, en el mediano o largo plazo, con un Estado más débil.
Es probable que el problema central del gabinete concertado que presidía Salomón Lerner Ghitis haya sido su coherencia pero no su pluralidad. En América Latina hay experiencias exitosas de concertación aún más plurales. Si la variedad de opiniones se refiere a las posiciones sobre el proyecto Conga, los matices fueron los habitualmente tolerados hasta en los gobiernos monocolores. Por lo mismo, las razones de los últimos sucesos parecen remitirnos a problemas más gruesos, al cambio y a la audacia para enfrentar una transformación de la magnitud prometida en las elecciones. Así, Conga fue la boca del volcán, la explosión vino de adentro.
Lerner, por su historia personal y su relación privilegiada con el Presidente era el premier ideal para articular los hilos del cambio, a cuyo tejido se abocó internamente tanto como a su negociación con los actores públicos fuera del gobierno. No obstante, los sucesos de Cajamarca expusieron un gobierno de dos velocidades, el diálogo y el cambio versus el orden y la continuidad. Lerner expresaba la primera opción pero es la segunda la que se ha impuesto por la vía de la formación de un núcleo que ha tomado el control del gobierno. En ese sentido, el resultado más riesgoso no es el alejamiento del centro y de la izquierda del gobierno como la afectación de la oferta transformadora electoral.
Luego de la derrota de Sendero Luminoso y de convertirse en legítimo el déficit de igualdad, la demanda de cambio es estructural mientras que la de orden es coyuntural. Después de 10 años de conflictos sociales, las elecciones abrieron las puertas a una propuesta de igualdad y derechos que, al mismo tiempo, conserve el crecimiento y la inversión, un mensaje político cuyo eco no se extinguirá.
Es muy cierto que en un momento de la protesta de Cajamarca se produjo un desborde radical en un proceso donde la izquierda nacional y regional no pudo correlacionar su papel social con el gubernamental. Sin embargo, no es menos cierto que con la exclusión de la izquierda del gobierno nadie espera que acaben los conflictos sociales. Esa no es, entonces, la razón de la salida.
Esta retirada parece apuntar al tema de fondo, al destino del cambio, a la ilusión de administrar la gobernabilidad sin una cuota de transformaciones, a la convicción equívoca de que los conflictos sociales constituyen un problema de orden público y no de justicia. En esa línea, el peligro mayor, y final, reside en que sea el pueblo el expulsado del proceso político.

Promineros y antimineros

La República
La mitadmasuno
8 de diciembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/promineros-y-antimineros-08-12-2011


La presencia de una comisión de ministros en Cajamarca y la apertura de un saludable diálogo que el Estado de Emergencia ha interrumpido ha permitido apreciar expresiones menos dicotómicas que aquella que divide a los cajamarquinos entre promineros y antimineros. Desde Lima se “redescubre” una región más plural y colorida, una realidad que el Estado, las empresas y, sobre todo, la prensa se habían empeñado en simplificar en la palabra y en la acción.
Esta certeza, limeña y tardía, siempre es nueva. Podría ser la superación de una percepción histórica instintiva que se resiste a reconocer los matices por razones culturales, aunque la simplicidad es también una forma de interpretación esquemática y fantasiosa de lo ya conocido y, por tanto, a veces una forma de negación de la realidad.
Al rasgarse la dicotomía limeña se puede comprobar expresiones sociales y liderazgos más variados. Se aprecia, por ejemplo, la reducción del espacio de quienes postulan un no definitivo al proyecto Conga. Los partidarios acríticos de Yanacocha y de la inversión minera también ralean. Aparece, más bien, una sociedad tenazmente enfrentada al Estado deudor de su bienestar, crítica de la actividad minera depredadora, incumplida y soberbia y, sobre todo, hastiada de la política y sus instituciones.
No parece existir en Cajamarca un pueblo secuestrado por el ambientalismo duro ni comprado por la empresa minera. Hay radicales, claro, de uno y otro lado. Ante todo, sin embargo, existe un pueblo desconfiado, pobre y crecientemente preocupado por los recursos naturales. Frente a esa sociedad, el principal obligado es el Estado, y en todo sentido: protección de sus recursos, regulación, servicios básicos y orden público. Por algunas expresiones daría la impresión de que en estos días el único deber del Estado con Cajamarca es el deber de policía.
En este panorama, la división minería vs antiminería es deficitaria y de ella peca el reciente artículo de Iván Mendoza (Cajamarca: ¿bastión antiminero? Noticias Ser.pe). Increíblemente, el autor ajusta un conflicto actual al resultado de las elecciones, como si la minería hubiese sido el centro de las elecciones regionales y generales. Al “hacer hablar” a los votos fabrica una región antiminera minoritaria basada en sumas y restas.
Por suerte el asunto es menos dual y socialmente más rico. Por ello, el diálogo con Cajamarca y en Cajamarca no debe ser abandonado. Si hay una nueva estrategia de conflictos en el gobierno, esta no debería cometer los errores del pasado, es decir, el abandono de las poblaciones demandantes una vez apagadas las llamas del incendio. Esa estrategia también pasa por el fortalecimiento de los liderazgos locales y regionales y el debate abierto con ellos, sin exclusiones. En Cajamarca no hay otra opción que el diálogo.

Conga: el baile no ha terminado

La República
La mitadmasuno
1 de diciembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/conga-el-baile-no-ha-terminado-01-12-2011


La suspensión de operaciones del proyecto minero Conga es el desenlace de varios errores y ausencias. En la perspectiva inmediata, proyecta una innecesaria debilidad del gobierno, un desgaste del papel arbitral del Presidente y una indeseable fragilidad del equilibrio de fuerzas que el mismo Ollanta Humala fundó acertadamente hace pocos meses.
La conclusión más importante de este episodio quizás sea que el juego de grandes actores públicos al que se había reducido la política los últimos años ha encontrado un límite: la calle. La falta de Estado y partidos, de interlocución y diálogo, y legitimidad y confianza, agranda las brechas detectadas, especialmente las políticas y territoriales.
La sociedad, en esta ocasión Cajamarca, encara y resuelve a su manera los conflictos que los actores abordan con un esquema cuestionado desde el Arequipazo del 2002, pasando por Tambogrande (2003), Kilish (2004), Combayo (2006), Majaz (2006) Bagua (2009), Tía María (2011) y Santa Ana (2011). Mientras la academia debate, Conga legitima con cargo a inventario un modelo violento de solución parcial de conflictos, una inclusión a palos.
Lo sucedido también limita el horizonte de la concertación y acota la capacidad del gobierno para producir cambios arrancando concesiones a los extremos. Conga interroga al proceso político con dos paradojas: ¿cuánto se puede cambiar sin cambiar? ¿Es más viable la concertación para no cambiar que para cambiar?
El principal error del gobierno en el caso Conga fue presidencializar el conflicto. La sentencia ¡Conga va! fue celebrada desde un lado del escenario pero desafiado desde el otro, paralizando el diálogo, polarizando la discusión y empoderando en Cajamarca a los partidarios de la confrontación. En este cuadro se registra otra paradoja, aunque esta no es tan nueva: tenemos gobierno pero no partido de gobierno. Fue muy escasa la defensa pública de la posición gubernamental.
Los errores de la empresa son memorables. En lugar de persuadir a la población ubicada en el ámbito de ejecución del proyecto crearon su propio pueblo, obtuvieron su pedazo de calle y tentaron su legitimidad frente a la legitimidad de los otros. Deberían evaluar ahora que la táctica de minería vs antiminería, en una etapa de crecimiento del ambientalismo, es una invitación al fracaso.
Con la suspensión del proyecto, el baile no ha terminado. En el pasado, todos los conflictos debilitaron la autoridad nacional y regional y esta no parece ser la excepción. En Cajamarca se han fortalecido los liderazgos maximalistas. Quizás sea la oportunidad de intentar un consenso nacional sobre nuevas reglas de juego de las actividades extractivas. Como en otros casos este es un problema de orden en el sentido de estructura y no de fuerza y la solución pasa por el Estado y por el diálogo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cuatro libros de la USMP nominados al Gourmand Books de Paris 2012

Los autores son Sara Beatriz Guardia, Sandra Plevisani, Pablo Macera, Enrique Casanto y Marcela Olivas
Cuatro Libros de la USMP nominados al Gourmand Books de Paris 2012

(USMP. FE) Cuatro libros de la Universidad de San Martín de Porres fueron nominados al prestigioso Premio Gourmand Books 2012, señaló el Director del Fondo Editorial de la USMP, Juan De la Puente. Todos ellos corresponden a investigaciones gastronómicas y etnológicas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación Turismo y Psicología de la universidad.
La ruta de la papa, de los Andes Peruanos a Europa. Historia, sociedad y cultura. Siglos XVI-XXI, de la historiadora y periodista Sara Beatriz Guardia fue nominado en la categoría Mejor Libro del Año.
La cocina mágica Asháninca, escrito por el historiador Pablo Macera y por el antropólogo asháninca Enrique Casanto fue nominado en la categoría el Mejor Libro Ilustrado.
El Gran libro de Postre Peruano de la reconocida chef Sandra Plevisano fue nominada en la categoría Mejor Libro de Cocina Latinoamericana.
Finalmente, Ancash, la cocina tradicional de la historiadora gastronómica Marcela Olivas fue nominada en la categoría Mejor Libro de Cocina Local.
La premiación es el 6 de marzo 2012 en París.

sábado, 3 de diciembre de 2011

El bien y el mal asháninca

La República
La mitadmasuno
24 de noviembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-bien-y-el-mal-ashaninca-24-11-2011


Pablo Macera y Enrique Casanto acaban de publicar un vivo testimonio de la nación asháninca, reivindicando su riqueza cultural, particularmente sus manifestaciones etnológicas. Dentro de ellas ocupan un lugar destacado sus saberes culinarios y la representación simbólica mágica de los alimentos. La Cocina Mágica Asháninca (Fondo Editorial USMP, octubre 2011), aborda la caza, la pesca y la agricultura de esa nación y se ocupa prolijamente de sus narraciones. El libro es la referencia antropológica actual de otro texto de ambos, El Poder Libre Asháninca (USMP, 2009) que revisa la rebelión de Juan Santos Atahualpa entre 1742 y 1752.
Macera y Casanto van un paso más adelante: alertan sobre los riesgos que para la sociedad asháninca representan la actividad de exploración de hidrocarburos en las cuencas de los ríos Ene, Tambo, Perené y Pichis, los proyectos de expansión de cultivos para biocombustibles y los de carreteras, hidrobias e hidroeléctricas. Los ashánincas se han liberado de la esclavitud cauchera, en los siglos XIX y XX, y de la senderista en los años de la violencia reciente, en ambos casos con graves pérdidas y dolores, pero ahora mismo su relación con el Estado es conflictiva y precaria; la desnutrición crónica en el río Tambo es 74% y en el nivel infantil llega al 81%.
Los autores reseñan ese mundo que pugna por no ser subyugado por nuestra modernidad. Ponen sobre la mesa, por ejemplo, la importancia de la yuca, que es en la alimentación amazónica lo que la papa es para los Andes. Es relevante el recuento de frutos consumidos por esa sociedad, casi todos ignorados en el resto del país aunque familiares para la Amazonía como la anona, el palmiche, el caimitillo, el tumbo o la sachamora, y de otros aún más desconocidos que ni siquiera tienen nombre español, como la íbara, el aapi o el damacoshire.
Es aleccionadora y reveladora la síntesis mágica en procura del equilibrio y del bien que los ashánincas realizan entre el hombre y los animales, principalmente aquellos usados para la alimentación. Por razones de virtud o de vicio terrenal, los hombres abandonan su condición humana por voluntad, castigo o salvación para adueñarse de un ser vivo animal, una suerte de reinvención que en casi todos los casos funciona como un mecanismo para fijar límites a los excesos humanos en las actividades productivas y extractivas o para promover la convivencia social. Aconsejable esta sabia conversión pacífica del mal en bien en tiempos en que el ser humano demora y sufre para encontrar sus límites.