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jueves, 26 de abril de 2012

Reconga o la nueva guerra

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/reconga-o-la-nueva-guerra-26-04-2012
La mitadmasuno
La República
26 de abril 2012
Juan De la Puente
El reciente mensaje presidencial reconoce que las observaciones al Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto Conga son política y técnicamente válidas, desvirtuando el eje de la crítica a los opositores al EIA, calificados en el discurso oficial reciente como politizados, desinformados y escasos de dominio técnico. El nuevo punto de vista, sin embargo, es poco nuevo; luce como un remake o un triunfo póstumo del gabinete Lerner precursor de los cambios al EIA. De paso, pone en evidencia el poco rigor técnico del ejército de especialistas defensores del dicho estudio. Resulta, de acuerdo al consenso actual, que la politización viene de otro lado.
La caída de la visión técnica de una de las partes es, una vez más, el revés del discurso supuestamente experimentado que el Estado asume irreflexivamente en la mayoría de conflictos, una constante que habría que tenerla como lección. Algo similar sucedió en otros conflictos de larga duración como el de Arequipa (2002), Bagua (2009) y las demandas del sur sobre el Lote 88 (2010-2011).
Las decisiones comunicadas por el Presidente obligan a cambios en el EIA y dan curso a un nuevo diálogo que responda a nuevas interrogantes: si la empresa asumirá las nuevas condiciones, si el gobierno regional las aceptará o planteará otras propias, y si los movimientos sociales de Cajamarca estarán unidos en el rechazo o en la aceptación de esto que puede tomar la forma de un Conga II o Reconga.
En este nuevo momento, el escenario de inicio es menos polarizado. Los aliados del proyecto tendrán mayor legitimidad si cabalgan con las nuevas condiciones. El gobierno regional está en condiciones de generar una mayoría arrancando más decisiones a la empresa y al gobierno; para ello debería adoptar una posición respecto al “Conga no va” y adecuar a esa perspectiva su relación con los movimientos sociales. Es una clave compleja porque obliga a la región a ejercer su liderazgo, comprendiendo que en esta nueva etapa el “Conga va” ha naufragado pero que el “Conga no va” también ha sido tocado.
Es probable que el gobierno acometa con decisión el diálogo para arrancar un acuerdo rápido, aunque aparecen presiones que pugnan por desenlaces por fuera del discurso presidencial. De un lado, se ataca la postura del Jefe de Estado y se defiende, exclusivamente, el EIA y el peritaje y, por el otro, se demanda que el gobierno declare la inviabilidad del proyecto. No nos engañemos, no solo habrá diálogo; en la agenda hay una propuesta de consulta previa, un paro regional y quizás una huelga indefinida; también la presión mediática de la empresa, de la prensa y los líderes de opinión impacientes por derrotar al ambientalismo, hostigando a Gregorio Santos y al mismo Ollanta Humala. En ese contexto, será crucial para el gobierno mantener el mismo discurso con coherencia y no dejar que se vuelva a instalar en Cajamarca una lógica de guerra.

jueves, 29 de diciembre de 2011

La boca del volcán

La República
La mitadmasuno
15 de diciembre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-boca-del-volcan-15-12-2011


El episodio Conga es insuficiente para explicar la caída del gabinete Lerner porque me temo que no solo asistimos a un cambio de gabinete sino al estreno de una nueva distribución de fuerzas y a la gestación de una etapa que, si no se insiste en el cambio, puede culminar, en el mediano o largo plazo, con un Estado más débil.
Es probable que el problema central del gabinete concertado que presidía Salomón Lerner Ghitis haya sido su coherencia pero no su pluralidad. En América Latina hay experiencias exitosas de concertación aún más plurales. Si la variedad de opiniones se refiere a las posiciones sobre el proyecto Conga, los matices fueron los habitualmente tolerados hasta en los gobiernos monocolores. Por lo mismo, las razones de los últimos sucesos parecen remitirnos a problemas más gruesos, al cambio y a la audacia para enfrentar una transformación de la magnitud prometida en las elecciones. Así, Conga fue la boca del volcán, la explosión vino de adentro.
Lerner, por su historia personal y su relación privilegiada con el Presidente era el premier ideal para articular los hilos del cambio, a cuyo tejido se abocó internamente tanto como a su negociación con los actores públicos fuera del gobierno. No obstante, los sucesos de Cajamarca expusieron un gobierno de dos velocidades, el diálogo y el cambio versus el orden y la continuidad. Lerner expresaba la primera opción pero es la segunda la que se ha impuesto por la vía de la formación de un núcleo que ha tomado el control del gobierno. En ese sentido, el resultado más riesgoso no es el alejamiento del centro y de la izquierda del gobierno como la afectación de la oferta transformadora electoral.
Luego de la derrota de Sendero Luminoso y de convertirse en legítimo el déficit de igualdad, la demanda de cambio es estructural mientras que la de orden es coyuntural. Después de 10 años de conflictos sociales, las elecciones abrieron las puertas a una propuesta de igualdad y derechos que, al mismo tiempo, conserve el crecimiento y la inversión, un mensaje político cuyo eco no se extinguirá.
Es muy cierto que en un momento de la protesta de Cajamarca se produjo un desborde radical en un proceso donde la izquierda nacional y regional no pudo correlacionar su papel social con el gubernamental. Sin embargo, no es menos cierto que con la exclusión de la izquierda del gobierno nadie espera que acaben los conflictos sociales. Esa no es, entonces, la razón de la salida.
Esta retirada parece apuntar al tema de fondo, al destino del cambio, a la ilusión de administrar la gobernabilidad sin una cuota de transformaciones, a la convicción equívoca de que los conflictos sociales constituyen un problema de orden público y no de justicia. En esa línea, el peligro mayor, y final, reside en que sea el pueblo el expulsado del proceso político.