La República
Sábado 28 de agosto 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/la-mitadmasuno/28/08/2010/mujeres-en-campana
Si Lourdes Flores gana las elecciones con un 35% de votos, más de un millón y medio de sufragios, habrá resistido la prueba ácida electoral. Habrá demostrado en su nombre y en del PPC, un partido orgánico al sistema político, su capacidad de generar una adhesión colectiva sustantiva a pesar de haber rebajado sus aspiraciones presidenciales. Lourdes en la alcaldía de Lima resultaría así una estrategia en clave leninista: un paso atrás, dos adelante.
Ese éxito supondría asimismo dos evidencias. Internamente, cerraría exitosamente el proceso de renovación del PPC impulsado por ella hace años, y que aupó a la dirección pepecista a una generación joven, plebeya y más dispuesta a abrirse a la sociedad. En el plano externo habría demostrado que el planteamiento de apertura de su campaña, decencia vs. corrupción, que le dio una ventaja inicial de más de 10 puntos sobre su oponente, fue políticamente correcto. Las decenas de analistas que se burlaron de la estrategia y que proclamaron que la anticorrupción no es referente electoral, guardan por ahora silencio.
Si Susana Villarán obtiene en el peor de los casos un 20% de votos, casi un millón de sufragios, habrá dado a luz una nueva criatura luego de 9 persistentes años, una nueva versión de la izquierda de código global cuyo nacimiento estaba programado para el 2006. Su movimiento, Fuerza Social, levantado a brazo partido, no surge desde la nada; es la expresión política de sectores urbanos medios, dueños de una profunda identidad ciudadana y que reclaman un lugar en una sociedad emergente. En suma, una izquierda posible en un país tomado por el conservadurismo, diferente del Partido Nacionalista en el discurso y la cultura política que comparte con aquél, sin embargo, su crítica del poder y del mercado.
En ambos casos es muy significativo que se trate de dos opciones lideradas por mujeres, una experiencia inédita en un país donde la política es machista y las mujeres son obligadas, en la mayoría de casos, a abrirse paso a codazos. Esta feminización de la opción municipal limeña se extiende a ambas listas de regidores donde se advierte un batallón de candidatas jóvenes pero experimentadas en la política y la gestión del Estado. Para redondear tanta felicidad, sería muy útil que ambas candidatas mejoren con elocuencia sus propuestas de política social para Lima, una metrópoli que guarda medio millón de pobres extremos y donde habita la exclusión más salvaje.
Véase tambien el artículo de Sinesio López
http://www.larepublica.pe/el-zorro-de-abajo/27/08/2010/polarizar-ma-non-troppo
Ese éxito supondría asimismo dos evidencias. Internamente, cerraría exitosamente el proceso de renovación del PPC impulsado por ella hace años, y que aupó a la dirección pepecista a una generación joven, plebeya y más dispuesta a abrirse a la sociedad. En el plano externo habría demostrado que el planteamiento de apertura de su campaña, decencia vs. corrupción, que le dio una ventaja inicial de más de 10 puntos sobre su oponente, fue políticamente correcto. Las decenas de analistas que se burlaron de la estrategia y que proclamaron que la anticorrupción no es referente electoral, guardan por ahora silencio.
Si Susana Villarán obtiene en el peor de los casos un 20% de votos, casi un millón de sufragios, habrá dado a luz una nueva criatura luego de 9 persistentes años, una nueva versión de la izquierda de código global cuyo nacimiento estaba programado para el 2006. Su movimiento, Fuerza Social, levantado a brazo partido, no surge desde la nada; es la expresión política de sectores urbanos medios, dueños de una profunda identidad ciudadana y que reclaman un lugar en una sociedad emergente. En suma, una izquierda posible en un país tomado por el conservadurismo, diferente del Partido Nacionalista en el discurso y la cultura política que comparte con aquél, sin embargo, su crítica del poder y del mercado.
En ambos casos es muy significativo que se trate de dos opciones lideradas por mujeres, una experiencia inédita en un país donde la política es machista y las mujeres son obligadas, en la mayoría de casos, a abrirse paso a codazos. Esta feminización de la opción municipal limeña se extiende a ambas listas de regidores donde se advierte un batallón de candidatas jóvenes pero experimentadas en la política y la gestión del Estado. Para redondear tanta felicidad, sería muy útil que ambas candidatas mejoren con elocuencia sus propuestas de política social para Lima, una metrópoli que guarda medio millón de pobres extremos y donde habita la exclusión más salvaje.
Véase tambien el artículo de Sinesio López
http://www.larepublica.pe/el-zorro-de-abajo/27/08/2010/polarizar-ma-non-troppo