sábado, 21 de agosto de 2010

Orfandad electoral

La mitadmasuno
La República
Sábado 21 de agosto 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/la-mitadmasuno/21/08/2010/orfandad-electoral

El RENIEC acaba de publicar un Boletín Estadístico Electoral que revela información muy valiosa para avanzar en el debate de la reforma política, en este caso de la representación. La primera pregunta que surge de las cifras gruesas, sin tocar la discusión sobre la bicameralidad, es si un país de 19 millones de electores y que pregona su emergencia económica y política debería continuar teniendo un Parlamento de 120 miembros, a razón de casi 160 mil electores por cada congresista, proporción imposible ya de comparar con algún país de América Latina y muy parecida a los países más pequeños del planeta. Fernando Tuesta anotó hace poco que el tamaño de nuestro Parlamento es comparable al de 1857.
También llaman la atención los cambios ocurridos en los distritos electorales sin respuesta del sistema político, que no se da por aludido que el déficit de la representación que denotan los estudios también se relaciona con la falta de una distribución equitativa de escaños. En el caso de la Amazonía peruana, Loreto tiene más electores que Ica pero elige tres congresistas, uno menos que ese departamento; de igual modo, Ucayali tiene más electores que Huancavelica pero elige solo dos parlamentarios, uno menos que ese distrito electoral. Asimismo, Arequipa y Cajamarca tienen casi 150 mil electores más que Áncash pero eligen, como este, 5 congresistas.
Más clamoroso es el desarraigo representativo de los peruanos en el exterior que suman 716 mil. Si nos atenemos a la media de los distritos electorales peruanos actuales y al estándar democrático, la migración debería elegir por lo menos 5 parlamentarios, superando la grotesca norma que los obliga a votar por los congresistas de Lima en un plano centralista y de ciudadanía recortada entendible en el personal policial y militar pero no en la diáspora impulsada por la crisis y la violencia.
Subyace en lo anotado un problema de fondo, el tamaño de los distritos electorales. En el caso de Lima, es potencialmente destructivo de la democracia que los 580 mil electores de San Juan de Lurigancho; los 412 mil de San Martín de Porres; los 353 mil de Comas; o los 312 mil de Ate, no puedan elegir directamente a un representante, derecho que les asiste a ciudadanos de distritos electorales con menos de 70 mil sufragantes. En tanto, más de la mitad de parlamentarios limeños se concentran en tres o cuatro distritos mesocráticos que, juntos, no superan el medio millón de electores.

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