Estuvimos en
Fiestas Patrias en Oxapampa y Pozuzo (Pasco). Fue una experiencia inolvidable,
a pesar de la demora en el viaje, especialmente en el trayecto Lima-La Oroya.
La ruta es bella, la hicimos varias veces, y el recorrido hasta Pozuzo es poco
mas de 450 km. en el que se pasa, creo yo, por las 8 regiones naturales de
Javier Pulgar Vidal.
Regresamos luego
de varios años y los cambios son notables. Oxampampa es objeto de un boom en
todos los sentidos, sobre todo inmobiliario y comercial, sin que ellos hayan
sacrificado la limpieza de la ciudad, según creo.
Pozuzo es
especialísimo para mí; es la tierra de mi padre Juan y de mi abuela Elisa
Gritch Gstir. Tengo ahí parientes, que cada vez descubro y redescubro. La
ciudad se ha hecho más bella y lleva adelante ahora un auge
turístico y hotelero. Nos gustó todo; llegamos el día de la fiesta, el 25 de
julio, en la que celebraban 160 años de la emigración austroalemana. La misa
que encontramos incluyó canciones en alemán, y en la tarde, en el desfile, nos
encantó que en su relato histórico se recoja el aporte de las tres culturas, la
austroalemana, la amazónica y la altoandina. De hecho, el mestizaje en la zona
es total.
Tomamos cerveza artesanal (Dorcher Bier) probamos varios platos tradicionales -me quedo con el Rouladen- y deliciosos pasteles, como el de queso. Uno de los restaurantes, Típico Prusia, ensaya una novedosa rendición de cuentas anotando en una pizarra el nombre de sus proveedores.
Tomamos cerveza artesanal (Dorcher Bier) probamos varios platos tradicionales -me quedo con el Rouladen- y deliciosos pasteles, como el de queso. Uno de los restaurantes, Típico Prusia, ensaya una novedosa rendición de cuentas anotando en una pizarra el nombre de sus proveedores.
Visitamos varios lugares que nos
llenaron los ojos de colores, como el pueblo de Santa Rosa, y nos refrescamos
en el río Pozuzo (en Huánuco se dice chapalear).
No hay comentarios:
Publicar un comentario