Normalizando la crisis. Encuesta Ipsos 4 de
agosto de 2019
Por Juan De la Puente
La lectura de las
encuestas obliga a una trabajosa operación de desagregar y agregar, especialmente
en un contexto de crisis, cuando las opciones de desenlace son extremas y el escenario
se encuentra en rápido movimiento. Extraer un dato entre varios para validar
una apreciación nuestra o ignorar los detalles –los árboles- para privilegiar
la conclusión –el bosque- puede ser el otro extremo, el generalismo.
A esta doble operación
de agregar y desagregar obliga la encuesta de Ipsos Perú del 4 de agosto. En
ella encuentro resultados matizados, es decir, algunos datos que mediatizan
otros. Por ejemplo, no hay duda de que 3 de 4 peruanos (75%) está a favor de
adelantar las elecciones contra un bajísimo 19% que se muestra en contra;
aunque, el respaldo a la propuesta presidencial es 20 puntos menos que lo obtenido
por las respuestas al referéndum de diciembre pasado.
Mi reflexión en
torno a estos datos es que la sociedad respalda por ahora una salida
constitucional –por decir legal, pacífica, pactada y democrática- a esta crisis,
una suerte de “que se vayan todos” en clave negociada, demostrando una madurez
que le niegan al pueblo ciertos políticos y analistas. Por esa misma razón, a
pesar de la impopularidad del Congreso, el porcentaje que prefiere que se disuelva
el Congreso vía una Cuestión de Confianza es del 56%.
El margen de
maniobra que los ciudadanos le otorgan al presidente para gestionar esta para
de la crisis, es alto. El 70% se opone a su vacancia, aunque esta medida ya
trepa al 24%. La presidencia no está en disputa en este tramo del proceso,
considerando que Vizcarra ha recuperado 13 puntos de aprobación (ahora en 57%)
aunque su ubicación en relación al bloqueo institucional ha cambiado. Ha pasado
de ser una solución, a ser un problema, o en mejor de los casos una
solución/problema, en mérito a su enorme gesto de generosidad, al ofrecer su
cargo. No debe pasarse por alto que solo el
18% piensa que Vizcarra y el Congreso deben
de seguir en funciones hasta el 2021.
La
idea de que no hay vuelta atrás en el escenario, interpretado como un arreglo
para que se queden todos o casi todos, es muy sólida. La primera salida
ensayada por la oposición, que es el retiro de Vizcarra de la presidencia y su
reemplazo por Mercedes Araoz, es precaria y lo respalda apenas el 7%. Ello hace
pensar que los ciudadanos desean salidas estables o con certezas.
En
la encuesta no aprecio ningún arrebato que llame a un salto al vacío. Se
advierte menos incertidumbre de lo que se pensaba, quizás hasta lejanía. En cualquier
caso, es intrínseco a los datos una convicción contraria al inmovilismo institucional
y una consideración respecto a que no hay otra salida, al punto que las razones
que se creen que llevaron al presidente a proponer el adelanto de elecciones, no son nada
vizcarristas: apenas el 38% cree que fue porque el Congreso no aprobó las
reformas políticas; el 29% piensa que es para acabar con la crisis política; y
el 24% cree porque no ha logrado éxitos en su gestión. Es cierto que el
desenlace está suspendido en el aire, pero con estas respuestas iniciales, los
peruanos han normalizado esta parte de la crisis, la transición política y su
probable salida. Ya lo habían hecho en marzo del año 2018 cuando renunció Pedro
Pablo Kuczynski.
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