Mostrando entradas con la etiqueta poderes fácticos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta poderes fácticos. Mostrar todas las entradas

martes, 31 de julio de 2012

El cambio, sin líderes

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/el-cambio-sin-lideres-31-07-2012
La República
La mitadmasuno
31 de julio de 2012
Juan De la Puente
La reciente edición de la revista Argumentos (año 6 N° 3, julio 2012) trae un notable artículo del politólogo Alberto Vergara (Alternancia sin alternativa: ¿Un año de Humala o veinte años de un sistema?) que pone sobre la mesa el bloqueo del cambio desde una razón más allá de la voluntad política. Aduce que un férreo sistema sustentado en la Constitución de 1993 y en el modelo económico neoliberal se ha reproducido durante 20 años, desde Fujimori hasta Humala, a través de mecanismos muy propios que solo han podido tener éxito por tres razones: por el exitoso crecimiento económico, por la precariedad de la llamada clase política y por el fortalecimiento de los poderes no elegidos, para ser más específicos la tecnocracia y los poderes fácticos. En la perspectiva de Vergara, este modelo/sistema estaría llegando a su fin con algunos rasgos que lo anuncian como la persistencia de los conflictos, la falta de capacidades de los políticos nacionales y regionales y el alto nivel de las inversiones pendientes en disputa.
La visión del marco fujimorista de los noventa, que preside la democracia actual y relativiza sus contenidos, no es nueva. Sí lo es, en cambio, introducirse en dos realidades poco abordadas; la primera, la relación entre la tecnocracia, que este sistema ha producido con los poderes fácticos y los vínculos profesionales antes y después de las incursiones tecnócratas en los cargos públicos. La segunda, es la precariedad de la mayoría de los políticos en el poder, incluyendo en esta a los llamados independientes, carentes también en gran parte de capacidades públicas esenciales. Así, los fracasos ministeriales se han dado sin distinguir la militancia.
Tomando la política por delante es muy útil reparar en el perjuicio que ocasiona la liquidación del sistema de partidos. Sin reforma política tendremos más precariedad, más fragmentación y menos liderazgo. Este tema subordina el cambio no solo a la voluntad sino también a las capacidades. Interpela a quienes levantaron desde la sociedad un programa de cambio social con actores precarios y sin reforma política liberal, y coloca a la democracia en un círculo vicioso: no hay cambio porque no hay liderazgo y voluntad, pero la crisis tampoco permite emprender la reforma. Un caso sintetiza este bloqueo: los parlamentarios hijos de voto preferencial se resisten a cancelar este perverso sistema.
Los círculos viciosos de esta dimensión solo se rompen con el movimiento, la única fuerza que en la historia ha derrotado al determinismo y creado nuevos liderazgos. Podría ser que luego de tres victorias electorales que ofrecieron el cambio sin concretarlo el agotamiento del modelo de los años noventa nos traiga a casa la colaboración entre fuerzas sociales que construyan un largo proceso de reivindicación exitosa de la política y de los líderes.
...........
El texto de Alberto Vergara (aquí).

jueves, 10 de mayo de 2012

Patricia Majluf y los técnicos

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/patricia-majluf-y-los-tecnicos-10-05-2012
La República
La mitadmasuno
10 de mayo 2001
Juan De la Puente
El caso del incremento del 80% de la cuota de merluza es un hito en la historia de los lobbies peruanos, casi siempre sigilosos y dados a contratar voceros y montar campañas sostenidas. Esta vez, el ataque al Estado fue directo y con masas en la calle, un combate cuerpo a cuerpo, una operación corta y cruenta. En dos semanas pusieron de rodillas al Estado y aplastaron los escrúpulos de una Viceministra, Patricia Majluf, que había llegado al Ministerio de la Producción pocas semanas antes con propósito de cambio. Es una mala señal e indica varios fenómenos, como la capacidad de movimiento y de alianzas de las coaliciones distributivas, su escaso nivel de conciencia y recato, los precarios recursos reguladores del Estado y, sobre todo, la honda penetración de los intereses privados en el aparato público. Fuera del cargo Majluf, se va sabiendo el via crucis de su frustrada reforma. Las resistencias para cambiar los procedimientos de la imposición y cobros de multas y el retiro de funcionarios incompetentes, el cambio fácil de las reglas para incrementar cuotas de pesca y el sabotaje de la burocracia, indican que el sector está tomado por los regulados y que, por ahora, la reforma es imposible.
En el caso Majluf llama la atención el silencio de los defensores de los técnicos que llenan los medios de alertas cuando el funcionario cuestionado esgrime la ley y el conocimiento para justificar una decisión. Esta vez no fue así, porque Majluf es “otro” tipo de técnica, conservacionista y nada dispuesta a ser cooptada por el poder económico. Es decir, independiente. Quizás por ello no habrá un fiscal presto a investigar su denuncia de que los pescadores de Paita fueron financiados por los empresarios para provocar desmanes que cobraron dos vidas. Segunda lección, el Estado está poblado de técnicos sin ataduras, al estilo Majluf, y de otros que sí las tienen; solo que los primeros son incómodos para los segundos, de modo que tenemos técnicos y técnicos.
El sector pesquería es solo uno de las decenas de espacios públicos donde la corrupción y la burocracia traban toda reforma y un recordatorio de la enorme fuerza que se mueve en la sociedad para impedir el fortalecimiento del Estado en la perspectiva de su papel regulador y que, al mismo tiempo, arranca de aquél beneficios especiales. Lo que según la teoría debería ser una negociación entre el Estado y los grupos de interés, se simplifica en más de un caso en un mecanismo que opera como asociación público/privada que ocasione miles de millones de pérdidas al Estado destruyendo el mercado y los recursos. El economista norteamericano Mancur Olson decía que una sociedad con un elevado número de coaliciones distributivas se asemeja mucho a una tienda de porcelana china llena de gente que al intentar apoderarse de la mayor parte de su contenido rompen mucho más de lo que se llevan.