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sábado, 16 de octubre de 2010

Sucia, rica y pobre

La mitadmasuno
La República
Domingo 3 de octubre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.com.pe/columnistas-elecciones-2010/03/10/2010/sucia-rica-y-pobre
Culminó en Lima una de las campañas electorales más sucias de los últimos tiempos. También la más ostentosa al extremo del abuso y, de paso, la más pobre en ideas movilizadoras de la sociedad. Este resultado no debería merecérselo un país que recuperó su democracia apenas hace 10 años, cuya economía ha crecido a tasas de 6% del PBI anual promedio y que proclama su inminente ingreso al exclusivo club del primer mundo.
Habría que preguntarse qué factores motivan esta dicotomía entre el enriquecimiento de la sociedad y el empobrecimiento de la democracia. Desde los economistas, un ortodoxo diría que la economía ha logrado mantenerse aislada de la política, a lo que un heterodoxo podría contestar: la buena economía no es tal si no genera resultados en la política. Desde la politología la respuesta es más desafiante porque obliga a profundizar en temas sobre los que el sistema político se ha revelado estéril: la calidad de las reglas de la elección de representantes, la calidad de los actores políticos y la calidad de los partidos.
El escenario electoral limeño pudo desarrollar escasamente la disyuntiva corrupción vs anticorrupción porque se introdujeron otras disyuntivas que jalonearon la campaña desde la ideología, en una dinámica donde todo valía, especialmente el adjetivo: terruca, mentirosa, solterona, perdedora, abogada de narcos y drogadicta, de modo que resulta que las expresiones “se meten la alcaldía al poto” y “perra” son las declaraciones electorales más relevantes.
En este contexto de bloqueo de la política por la ideología jugaron un papel crucial los medios que han actuado por encima de los políticos y en lugar de ellos, con una intensidad mayor que la ocurrida en el 2006. Varios medios expropiaron las candidaturas y las agendas electorales con la complicidad o silencio de los candidatos, lo que debería ser leído como el acto final de la privatización de la política. En adelante es muy probable que cada candidato le pertenezca más al propagandista o al que financia la campaña (o la contracampaña) y menos al partido.
Estos resultados no tendrían lugar si las reglas fuesen más eficaces para la política: límites a la publicidad electoral, financiamiento público de los partidos, obligatoriedad de elecciones primarias en los partidos o mayor auditoría de los gastos. Sin embargo ninguna ley, más que conciencia cívica, podrá devolver a los políticos su autoestima y a los medios a su lugar.

martes, 7 de septiembre de 2010

La campaña corta

La mitadmasuno
La República
Sábado 4 de setiembre 2010
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas-elecciones-2010/04/09/2010/la-campana-corta
La reciente encuesta realizada por La República e Imasen confirma que a 7 meses de las elecciones presidenciales las “grandes” candidaturas no registran cambios significativos. La plataforma sobre la que se mueven los aspirantes ha sido objeto de inducción sin éxito. El escenario creado en marzo, cuando Lourdes Flores abandonó sus aspiraciones presidenciales, ya dura seis meses. Se presume, además, que si Perú Posible y el Apra definirán sus candidatos en diciembre, los cambios sustanciales se verían a fin de año, de modo que tendremos una campaña presidencial corta, una apuesta riesgosa para cualquier postulante aunque entendible por el temor a que le corten la cabeza del que aparece.
En el escenario actual post marzo Castañeda y Fujimori tienen empate técnico; Humala mantiene su intención de voto y Toledo cosecha entre 3 y 4 puntos de los dejados por Lourdes Flores. Más cambios parecen sugerirse en la composición de la intención de voto regional, por la vía de los traslados de las adhesiones. Así, se puede advertir la ligera caída del respaldo a Castañeda en Lima y el norte; el incremento de Fujimori en el centro y su oscilación en otras zonas; un leve incremento de Toledo en Lima, el norte y el oriente; y en Humala, la drástica caída en el centro y un ligero declive en el sur.
Lo señalado parece indicar que, por un lado, se está produciendo una disputa de los votos en el centro y sur del país, y por el otro, que Fujimori y, en menor medida, Toledo están arrancando porciones de votos en esas zonas. Otro elemento clave es que entre Fujimori y Humala concentran el 50% del voto rural, confirmando la votación escondida en otros sondeos, y que el “centro” electoral es aún débil, no tiene un solo dueño, de modo que allí se librará una dura batalla entre primos hermanos.
¿Qué podría producir cambios de aquí a diciembre? Solo la política activa, es decir el desarrollo de una campaña convencional que empieza con la designación del candidato. Contrariamente a lo percibido, una campaña de seis meses permite difundir con claridad los mensajes y, si fuera el caso, desinflar las contracampañas. Una campaña corta es el escenario ideal para la antipolítica, la guerra sucia y el populismo. Todo indica, incluyendo el lodazal municipal actual, que tendremos una de las campañas más sucias de los últimos años.