La República
La mitadmasuno
29 de noviembre
de 2019
Juan De la
Puente
La
publicación del informe El Reto de la Igualdad, una lectura de las
dinámicas territoriales en el Perú (PNUD, 2019), es una buena noticia en medio
de la reapertura de la discusión nacional sobre la desigualdad, a propósito de
los sucesos en Chile, Ecuador y Colombia.
El informe
actualiza el Índice de Desarrollo Humano (IDH), decantándose por un enfoque
territorial del desarrollo, considerando su condición integradora, es decir, la
posibilidad que brinda para apreciar la evolución de indicadores en un país
diverso social y geográficamente, susceptible de comparaciones más detalladas,
más util que la visión generalista de costa, sierra y selva. Es en el territorio,
en el que se articulan la sociedad y el Estado de manera íntima, donde se puede
apreciar y encarar con más eficacia los retos del desarrollo.
Es además
sugerente que el informe elija como unidad de análisis territorial a la
provincia y no del departamento. La razón definitoria que exhibe es que se
puede planificar mejor desde la provincia porque son menos diversos que los
departamentos y porque, por otro lado, las economías de escala se aprovechan
mejor a nivel provincial que distrital.
Añadiríamos
dos razones más, que el recurso humano puede ser mejor potenciado en la
provincia, en tanto que en esa unidad del Estado puede localizar
determinados órganos de control y gestión.
El informe
contiene varios hallazgos que deberían incorporarse al diseño de políticas
públicas, como hace 10 años se hizo con el Índice de Densidad del Estado (IDE).
Uno de los datos mas relevantes es que relaciona el desarrollo con la altura de
los territorios, encontrando que hay más desarrollo humano en los distritos de
costa baja, que se va reduciendo mientras sean más altas las zonas donde se
asientan las poblaciones, hasta llegar a la sierra alta, el piso altitudinal de
menor IDH, registrando una brecha de 35%. Este número es una expresión de
desigualdad abierta, directa y desnuda.
Otro dato
valioso para entender el proceso político de la descentralización, puesto
en tela de juicio por una visión conservadora y facilista que sostiene que
luego de 17 años ha fracasado, es el que relaciona el centralismo con el
desarrollo, con incidencia directa en las unidades más básicas, los distritos.
Así, reporta que los distritos con mayor IDH se concentran en Lima
Metropolitana, de modo que, en la lista de los 30 distritos con más desarrollo
humano, 20 son de Lima y 2 del Callao.
Finalmente,
el estudio registra procesos de avances y retrocesos, con un grupo de provincias
de bajo IDH pero que están en ascenso, y otro preocupante grupo que teniendo ya
un bajo IDH están rezagados, especialmente en Puno, y en la sierra de Lima, La
Libertad y Áncash.
El
documento relaciona la eficacia del Estado con desarrollo humano ratificando
que no basta que el Estado llegue a los territorios, sino que se generen
procesos sostenidos de bienestar en el tiempo. En este punto, debería ser
nuevamente analizado el carácter de las demandas de las poblaciones
especialmente en los casos de los conflictos sociales que se centran
exclusivamente en las obras de infraestructura, subestimando otros ejes del
desarrollo sostenible relacionados con la calidad de la prestación de servicios
y acceso a derechos.
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