Por Juan De la Puente
Hasta hace pocas
semanas, el problema principal era el desenlace de la pugna por la presidencia.
Ahora hay un problema añadido, cómo recoger los pedazos de un sistema que ha
estallado, en el marco de un nuevo gobierno. A pocas horas de una probable renuncia
del presidente Pedro Pablo Kuczynski, aquí unas reflexiones en contexto.
1.- Los videos de los
“avengers” en acción evitan que el acto programado para el jueves –el debate de
la vacancia- termine en un bloqueo de fuerzas, con o sin Kuczynski en el poder. Los videos han sacado la crisis del empate de fuerzas, la ausencia de
centro y la polarización pura y dura. La apertura de una ventana para que se
airee la crisis no se debe a los principios sino, como dice Maquiavelo, a una lucha
malvada.
2.- Una amplia mayoría
en favor de la salida de PPK del poder es una garantía de evolución de la
crisis hacia una ingobernabilidad más manejable. Hay
diferencias entre la vacancia por renuncia y la vacancia por destitución. La renuncia permitiría un mejor
posicionamiento inicial del nuevo gobierno (conservaría gran parte de la bancada
PPK) pero evitaría que el Congreso “se manche de sangre” con la vacancia, de
modo que, sin ejercer voto alguno, el Congreso se sentiría más libre de
compromisos con el nuevo gobierno. Al país, a la bancada oficialista y a las
bancadas opositoras les conviene la renuncia; a PPK (presidente vacado, un poco
perseguido) y a Martín Vizcarra les conviene la vacancia.
3.- La crisis en su
parte presidencial, se desbocó entre diciembre y enero, pero llegamos a marzo
con incertidumbre, pero sin agitación.
Los videos de esta semana, traen a esta crisis la calle, que había estado
silenciosa desde la última semana de enero. La calle viene con su opción
propia, que es el adelanto de elecciones reflejada en la consigna “que se vayan
todos”. Esta opción ha llegado para quedarse, salvo que el Congreso y el
Gobierno realicen una gestión fina y de calidad de la crisis que le quiten oxígeno
a esta alternativa. Parece que así no serán las cosas. Creo que, en el silencio
de sus casas, los peruanos ya vacaron a los poderes del Estado; esta vacancia
simbólica hace que para ellos no sea muy importante el juego de las vacancias
reales.
4.- Es cierto que el
adelanto de elecciones es una opción de la calle y no de la élite y que su
legalidad es compleja. Hace falta que para eso
renuncien o sea vacado el presidente, renuncien los vicepresidentes y que el
presidente del Congreso asuma la presidencia de un gobierno de transición para
llamar a elecciones, quizás en 8 meses, quedando pendiente la decisión si son
solo presidenciales o generales, incluido el Congreso. A pesar de esta
complejidad, la idea está instalada en la conciencia de los peruanos, y ya las
encuestas nos dirán con qué porcentaje. La transición que se ha iniciada será jalonada por estas dos tendencias, el calendario constitucional vs nuevas elecciones.
5.- El de Vizcarra será un nuevo gobierno que cumpla el
resto del período para el que fue elegido la plancha presidencial PPK-Vizcarra-Araoz,
es decir 3 años y 4 meses. Un nuevo gobierno necesita
nuevos ministros y, considerando esta crisis, un programa de gobierno renovado,
con ideas fuerzas nuevas, recuperadas y prestadas. Este nuevo gobierno tendrá
una luna de miel no muy larga, y bajo el principio del realismo es obvio que no
será fuerte y que de él se desmarcarán las bancadas parlamentarias en un
momento más o menos cercano.
6.- Por esa razón la
idea de Vizcarra gobernando con el Congreso es muy relativa. Es cierto que habrá mayor cooperación que con PPK, pero no es menos
cierto que las dinámicas de los partidos representados en el Congreso no pasan
por el cogobierno o por un compromiso fuerte y duradero. Eso no impedirá que,
como ha sucedido en los dos últimos años del gobierno de Humala, haya más cooperación
económica que política. Vizcarra, otra vez el principio de realidad, será una estación
de esta crisis y no será su solución, incluso si su desempeño es aceptable.
7.- Hace falta saber cómo evolucionará el Congreso. El golpe contra el grupo “avenger” es muy duro, casi una liquidación, en
tanto que las bancadas pro vacancia, especialmente Fuerza Popular, puede
respirar un tanto aliviadas porque y no serán vencidas en la votación por una
segunda vacancia como parecía inminente hasta antes de los videos. Sin embargo, el Congreso queda más desprestigiado y fragmentado.
El grupo de Kenji será un pelotón de zombis con voto, y hace falta saber quiénes
reemplazarán a los tres legisladores que seguramente serán vacados. Si no es
posible un pacto duradero con el Ejecutivo, tampoco parece posible un pacto
hacia adentro, un elemento que favorecerá la consigna de que se vayan todos. Es
una pena, pero el Congreso no está en condiciones de producir un giro político del
país hacia adelante o acaso una discusión republicana. Hay una renuncia a la
renovación de las grandes ofertas y de la ilusión democrática.