Por Juan De la Puente
El
Presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK) ha empezado a encarar la reciente crisis de su gobierno
y lo ha hecho planteando cinco medidas de la cuales dos son muy importantes, la
muerte civil de los sentenciados por corrupción –una reforma constitucional
atascada en el Congreso hace por lo menos 6 años- y la convocatoria del Consejo
de Estado para debatir medidas anticorrupción, una instancia que no está
contemplada en la Constitución pero que puede ser convocada como espacio de
coordinación interinstitucional.
El
mensaje a la Nación de PPK llega 24 horas después de la publicación de la encuesta de Ipsos Perú por El Comercio. Este
sondeo debería ser leído en el contexto de la crisis abierta por el caso
Moreno, que ya reporta efectos directos en el Ejecutivo, pero que abre un nuevo
período que involucra a todos.
Esa
crisis “es de PPK” pero no solo de él porque como se verá a continuación abre o
reabre un escenario en el que pierden todos. Aquí dos reflexiones sobre el
punto.
1.-El retorno del
deterioro. Lo de PPK debe ser leído como algo propio del gobierno y a la vez
del conjunto del sistema, para evitar alegrías y tristezas de parroquia. Si el primer dato
es la caída de 8 puntos de la aprobación de PPK respecto del mes pasado y el
aumento de 10 puntos en su desaprobación, esta caída es similar a la del
gobierno, cuya aprobación cae 9 puntos (53%) con una desaprobación que sube 14 puntos (33%),
y la del Congreso y Poder Judicial, cuyas aprobaciones caen 8
y 3 puntos, respectivamente. Entre los políticos, Keiko Fujimori baja 3
puntos (38%), el premier Fernando Zavala, 7 (37%) y Alfredo Thorne 4 (38%). Solo Luz Salgado que baja 2 puntos
(42%) y Verónika Mendoza que baja un punto (31%) permanecen al margen de esta
tendencia.
Estos
datos indican que se repone un escenario en el que la caída de la aprobación del gobierno
arrastra al resto del sistema. Es un fenómeno distinto al de una competencia política perfecta
en donde la menor aprobación del gobierno implica siempre el aumento de adhesiones a la
oposición.
Volvemos
al escenario de desconfianza que acompañó la guerra política entre los años
2013-2016. Las elecciones no pudieron anular este clima y solo se superpusieron
a él, un contexto de nueva guerra en clave electoral con nuevos actores que pasaron del conflicto
Humala-García al de Keiko-PPK-Verónika.
Luego
de las elecciones no se experimenta un clima de guerra pero el resultado
electoral no ha servido para legitimar nuevos discursos y renovar la confianza
política. Ese déficit es crucial para la reinstalación del escenario de
deterioro cuya perspectiva va en ascenso. Lo que aparecía como una luna de miel
exclusiva de PPK fue al mismo tiempo un período de gracia para el sistema político.
Eso
ya fue. Es un poco tarde para movimientos en reversa; el caso Moreno ha
develado otras carencias de un gobierno que estaba administrando con cuidado
sus éxitos, en tanto que el Congreso se había esforzado por mejorar su
desempeño. Los giros en ambos casos deberían ser espectaculares para salir del
escenario descrito, pero parece que eso no sucederá. No es malo lo propuesto por PPK pero la dimensión de lo que está en juego reclama más audacia.
2.- Ciudadanos sin
élite.
El golpe más significativo que muestra la encuesta de Ipsos es la autonomía de la opinión
pública respecto a su percepción de la agenda pública. Ahí aparece una visión de la
calle distinta a la de la élite en los tres temas consultados: 1) En el caso
Moreno, a pesar de que dos tercios creen que la respuesta fue adecuada, casi el
60% cree que el gobierno no está comprometido en la lucha contra la corrupción;
2) pesar de que la mitad cree que los escuadrones policiales que ejecutaron a
presuntos delincuentes violaron sus DDHH, un tercio cree está de acuerdo con
esa modalidad de enfrentar el delito; y 3) dos tercios cree que Sendero
Luminoso se encuentra activo en algunos lugares.
Esta
percepción entiende la diferencia entre las responsabilidades de los distintos
órganos del Estado; a pesar de ello, es crítica a todas las instituciones y les reclama casi lo mismo. Eso
no debe olvidarse, la crisis de PPK es tu crisis.
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