Por Juan De la Puente
La
encuesta de Ipsos-Perú que publica hoy El Comercio detecta varios fenómenos que
el liderazgo nacional y sus elites no deberían subestimar, los primeros para
incorporar estos hallazgos a sus decisiones políticas y los segundos por lo
menos para tomar en cuenta el temperamento de un espacio que se subestima en la
elaboración de la agenda y en los
análisis.
La
encuesta muestra a los peruanos distantes, al centro y más racionales en la
crisis del caso Saavedra, evidenciando que por lo menos en parte esa no es su
pelea y colocando como el eje de la política la legitimidad más que la guerra
política en las alturas.
Aquí
tres elementos que creo que deben destacarse, dejando para otro momento las
interesantes respuestas sobre los temas de género.
Tú no eres el país. La sociedad
parecer estar relativamente distante de la pugna especifica por la permanencia
del ministro Jaime Saavedra en su cargo, resumiendo una brecha significativa –todavía
no abismal- entre el principal debate en lo que va del gobierno de PPK, y que ha
polarizado la política, versus las opiniones más matizadas de los ciudadanos.
En una conclusión gruesa se diría que el caso Saavedra no ha dividido el país,
aunque si a sus instituciones, medios y elite opinante. Vamos, tú no eres el
país o habla por ti.
Los
ciudadanos se encuentran al centro, distantes y premunidos de una mayor
racionalidad que predominan en las alturas en esta compleja disputa. Un 42%
cree que Saavedra fue interpelado por la corrupción en su sector, y un 44% por
razones extrañas al pliego interpelatorio, como por haber sido ministro de
Humala, por la Ley Universitaria y las propuestas sobre género en su sector.
Este empate le da a todas las verdades un poco de razón, pero si somos
rigurosos, en un clima de guerra, ninguna de estas razones parecen ser
suficientes. Como se diría en Grecia y Roma, no hay razón suficiente (ratio decidendi) sino que todas son razones subsidiarias (obiter dicta).
A pesar de ello, los ciudadanos han cancelado la era
Saavedra. La mayoría (54%) está de acuerdo con la interpelación y con su
censura (52%) y más de dos tercios le sugiera al gobierno “dejarlo ir” (67%).
Estos datos son tan importantes como el escaso
respaldo a la opción que propugna lo diametralmente opuesto: 30% está en contra
la interpelación, 32% porque continúe en el cargo y 19% porque renuncie en
rechazo a la interpelación.
¿El pueblo es cobarde y se resiste a premiar la
política principista por parte de un buen ministro? No. Es más probable que los
ciudadanos consideren epidérmicamente que
esta política in extremis no deberían experimentarse a 4 meses del inicio de un
gobierno y que por esa razón esta hora es más de los sensatos que de los
valientes; o que sus demandas son más complejas y terrenales que la censuras o la cuestión de confianza.
Tu
reforma no es tan buena. Debajo de la epidermis sí
que habita un drama que parece que han olvidado los que aseguran a rajatabla
que le reforma que lidera Saavedra es una maravilla o lo que dicen que es un
fracaso total. Ubicados en la conocida acepción “tampoco tampoco”, los ciudadanos
dicen que Saavedra es el ministro con más aprobación y que la Educación ha
mejorado, pero no mucho. Un 40% dice que si ha mejorado pero un 47% sostiene
que no. Es más, casi la mitad de los peruanos cree que los avances en la prueba
PISA se debe a factores distintos a la reforma educativa.
No le echen la culpa de estas respuestas herejes a
los comunicadores. Creo que no se debe a que una buena reforma ha sido mal
vendida. Pienso que la sociedad no cree en la narrativa de que “vamos bien pero
despacio” o de que “estamos en el camino correcto” porque cree que existen
brechas ignoradas estos años y que les atañen directamente (ver las opiniones
de Ricardo Cuenca, por ejemplo). En resumen, tu reforma no es tan buena como
dices.
Caigo
yo y tú. Finalmente, la encuesta evidencia que el caso
Saavedra ha afectado en distinta intensidad a instituciones y líderes. A PPK de
modo limitado: ha bajado 3 puntos y aún conserva con su 48% un margen de maniobra, considerando que su desaprobación
solo ha subido un punto. El premier Zavala se mantiene en sus guarismos aunque
otros miembros del gabinete han caído en aprobación.
Son las instituciones las más afectadas. El gobierno
y el Congreso han caído en aprobación y se ha incrementado su desaprobación,
una caída que afecta también a la Presidenta del Congreso, que hasta ahora
había sido inmune a las tensiones entre poderes.
Otros dos datos forman un haz. Por un lado se
reitera el esquema de competencia política imperfecta donde la caída del
gobierno no empodera a la oposición. Por eso se tiene que la caída ligera de
PPK se condice con la de Keiko Fujimori, que pasa de una aprobación de 41%
a 37% el registro más bajo de los
últimos meses, y una desaprobación que aumenta a 55%, 18 puntos más que la aprobación,
en tanto Verónika Mendoza se mantiene estable en 34% con una desaprobación que
supera por 22 puntos a la aprobación. Por otro lado, los ciudadanos le reclaman
al poder las mismas soluciones anteriores al caso Saavedra, es decir, a la
inseguridad, corrupción y a la falta de autoridad.