Mostrando entradas con la etiqueta elecciones primarias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta elecciones primarias. Mostrar todas las entradas

miércoles, 21 de octubre de 2015

La izquierda suma y resta

http://larepublica.pe/impresa/opinion/710868-la-izquierda-suma-y-resta
La República
La mitadmasuno
16 de octubre de  2015
Juan De la Puente
La realización de las elecciones primarias del Frente Amplio (FA) ha legitimado este proyecto político y sus resultados suponen un envión a la candidatura de Verónika Mendoza. Ha fortalecido también el núcleo del Frente, al movimiento Tierra y Libertad (TyL), que ha salido airoso de esta prueba de apertura a la sociedad.
Los desafíos de la candidatura de Verónika son por ahora más internos que externos. Su principal obligación es con el Frente Amplio que tiene por delante dos actos imprescindibles: 1) construir un estado mayor político, amplio, audaz y unido; y 2) el suministro de ideas para un debate que solo puede ser encarado con éxito si se cambian los códigos actuales del juego político caracterizado por barro + barro.
Formalmente, Verónika no es un outsider –ella sostiene que tiene 10 años en política– pero tiene mucho de foránea: es de fuera de Lima y presenta rasgos que la convierten en una figura fresca y esencialmente nueva, especialmente su compromiso con un programa tradicionalmente tangencial para la izquierda.
Expresa también un nuevo discurso contrario a elementos cruciales del sistema aunque espero que la derecha se le enfrente con el discurso de siempre. Ojala la DBA no pierda sus malos reflejos; ojalá no la ignore sino que la ayude como solo ella sabe hacerlo. Por ejemplo, 50 portadas de medios con insultos y mentiras.
Por otro lado, el Frente Amplio, desde antes de las primarias y ahora con candidata, es presionado por la demanda de unidad con el otro bloque de izquierda con el que sus relaciones han sido un choque de trenes. Sin embargo, hasta este momento no existe un indicio de que más allá de los llamados se pueda concretar un frente de frentes de la izquierda.
La demanda de unidad es plausible, explicable y sobre todo tradicional, pero no asegura, como en el caso de la derecha, que incida en el resultado. Nadie afirma que millones de peruanos aguarden con impaciencia ese gesto para premiar a la izquierda o a la derecha con sus votos. La idea de un pueblo errante y desorientado que está a la búsqueda de una representación unificada es francamente atrasada.
Las complejidades del período están sobre la mesa; las elecciones no se resolverán con los códigos caviar vs anticaviar, o derecha vs izquierda; a 6 meses de las elecciones, las claves del proceso se perfilan en torno a la seguridad, la transparencia pública y el crecimiento. Si hay un pueblo en busca de certezas, estas son más específicas y angustiantes.
El principal problema que intentará resolver el proceso electoral será el de la gobernabilidad, de modo que el escenario que se está formando no tiene como eje la renovación de la democracia y la alternancia. Lo que está en juego es la formación de una nueva representación que encare con el carácter de urgente la crisis del modelo gobernante los últimos 15 años. Ese es uno de los signos distintivos de este proceso electoral respecto de los tres anteriores.
Que los frentes de la izquierda ingresen a un proceso desgastante como el que experimentaron los últimos meses es riesgoso. Forzar la unidad de dos cuerpos celestes que han empezado a girar sobre sus ejes y alrededor del electorado es lo menos recomendable, especialmente si los cronogramas internos se han echado a andar. Por esa razón es sintomático que los predicadores de la unidad son expertos en decirnos qué y no el cómo. Como nunca, puede ser cierta la frase de que hay sumas que restan, sobre todo si quitan mucho tiempo y fracasan.
Este riesgo también se explica por las dinámicas que determinan ambos frentes de la izquierda. Para el Frente Amplio, este es un momento fundacional, si se quiere estelar, en tanto que para el otro bloque este momento es de sobrevivencia.
Otros esfuerzos serían meritorios, en ambos casos, como encarar la brecha existente con los movimientos sociales y con los movimientos regionales y locales, ambos portadores de demandas específicas, y abrirse al centro político con audacia. Hay un país que debe ser convencido. Hay vida más allá de la izquierda.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

El matador y la Verónika

http://larepublica.pe/impresa/opinion/699304-el-matador-y-la-veronika
La República
La mitadmasuno
28 de agosto de 2015
Juan De la Puente
El lanzamiento de la precandidatura presidencial de Verónika Mendoza fue jalonado por opiniones suyas imprecisas en torno al carácter del régimen venezolano, criticadas desde varios ángulos y con diverso tono, las que ella aclaró y hasta cierto punto corrigió.
En ese contexto, me llamaron la atención las opiniones de Julio Cotler sobre Mendoza y su aspiración presidencial. Ha dicho que ella no tiene “capacidad” de atracción, que carece de “suficiente fuerza”, que no es políticamente “hábil”, y que no es “segura” aunque es “buena y bonita”.
De Cotler esperaba argumentos más sustantivos. Dada su trayectoria y prestigio es un claro abuso de una posición dominante en el mercado de la ideas, sin necesariamente exponerlas. Estas apreciaciones lucen como renuncia al análisis, una especialidad que como sabemos ejerce bien, una apuesta reiterada por la frase fácil y un gusto por el adjetivo, sobre todo el calificativo.
Las referencias a Mendoza son vacías o por lo menos indefinidas. Las ciencias sociales tienen cuidado al importar conceptos o desarrollar principios que podrían provenir de otras ciencias. Al interior de los tópicos sociales se mantiene ese cuidado de modo que, por ejemplo, la “fuerza” no es tratada del mismo modo por el derecho y por  la ciencia política.
No sé qué argumentos se tienen a la mano para afirmar que una candidata joven, en un proceso de primarias que acaba de empezar, en un movimiento igualmente joven y que intenta realizar consultas (precisamente abajo) casi inéditas, carece de “fuerza” o que esta no es “suficiente”. Del mismo modo, cómo calificar la “atracción” de un político o su “capacidad” si la campaña electoral está en ciernes y si los sondeos no han medido la incidencia de las nuevas candidaturas. En ese caso, nos deslizamos a la adivinación o al pronóstico con el consiguiente riesgo de yerros. El mismo Cotler erró gruesamente cuando en diciembre del 2010 pronosticó una segunda vuelta entre Toledo y PPK. A él no le pidieron una autocrítica y ni él la hizo.
Se supone que un análisis riguroso incluye la opinión pero no se confunde con ella o la sustituye. En el caso de Mendoza es injusto obviar precisamente su condición de joven y mujer, dos componentes que las políticas de género insisten en introducir como instrumentos que garanticen un piso mínimo de equidad para que millones de ciudadanos no sean excluidos de la participación en los espacios públicos. La aceptación sustitutiva de esos valores por “buena y bonita” suena al viejo machismo patriarcal. Sinceramente.
En Mendoza hay más valores públicos que deberían apreciarse, como su compromiso ambiental y regional con el sur del país, su lucha contra la corrupción, la defensa de las mujeres víctimas de acoso político y su clara identificación con los derechos de la comunidad homosexual.
Es conveniente aprovechar este episodio para reflexionar sobre cierta obsolescencia de prácticas electorales basadas en maquinarias y principios convencionales que ponen ante los electores exagerados atributos de los candidatos, como fuerza, energía, dureza, tracción, atracción, seguro de todo, capaz hasta el infinito, hábil e infalible. Ya en 1980 un entrañable político, Armando Villanueva, que basó su campaña en el lema “fuerza para gobernar” fue respondido por otro, Fernando Belaunde, con otro lema: “para gobernar no se necesita fuerza sino inteligencia”.
Los jóvenes deberían ser alentados a tomar el control de las tradiciones políticas del país, algo que no se ha visto en 20 años y creo que el papel de los maestros es, precisamente, ser más maestros que fiscales. En este punto me quedo con Stéphane Hessel que a los 93 años les escribió a los jóvenes europeos: “Yo les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor actitud es la  indiferencia, decir ‘paso de todo, ya me las apaño’. Si os comportáis así, perdéis uno de los componentes esenciales que forman al hombre. Uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue”.