Para mí todo,
para los otros la ley. Me parece increíble que algunos se atrincheren en una
supuesta libertad de expresión y extra territorialidad de las redes sociales para,
desde su espacio individual, ensuciar aún más una campaña que pedimos que sea
limpia y decente.
Es una expresión más
de la incoherencia social que le atribuimos solo a los políticos. Pedimos elecciones
limpias pero insultamos a los candidatos que no son de nuestra preferencia, bajo
el principio conocido de que sean otros los que se porten bien. Igual que sean
otros los honestos mientras yo sigo coimeando policías y saltándome las colas.
Por lo demás, es
también inconsecuencia política. Exigimos que los candidatos no se insulten y
se dediquen a los contenidos, pero nosotros nos dedicamos a insultar a los que
no nos gustan. De paso, ayudamos a los malos políticos; los criticamos que usen
mal las redes sociales y eludan las ideas pero hacemos lo mismo, eludimos las ideas
agrandando el círculo de esta evasión. La crítica a los partidos y a los
políticos sobre que no respetan a los ciudadanos, es igualmente atendible cuando en nuestro caso rechazamos
que el JNE intente adecentar la campaña.
La coartada es
también conocida, la del falso liberalismo. Cuestionamos a los medios que usan
mal la libertad de expresión, a los que acusamos de "libertinaje",
pero hacemos lo mismo con nuestra libertad en las redes.
Lo de siempre, mi
libertad vale más que la de otros o mi impunidad contra la justicia para el
resto.