La República
20 de octubre de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/hijos-de-la-antipolitica-20-10-2011
Las denuncias contra un numeroso grupo de parlamentarios por delitos cometidos antes de su elección y ocultados con habilidad al elector son un resultado esperado en la democracia sin partidos a la que ingresamos en las elecciones recientes. El estupor que expresan varios análisis tiene, sin embargo, el mismo volumen que la hipocresía sobre las causas del fenómeno. Al leerlos, uno tiende a pensar que una desgracia repentina, fruto de la casualidad, se ha cernido sobre el Congreso.
No es así, los acusados son hijos de un sistema ensamblado en cómodas cuotas quinquenales los últimos 25 años; son criaturas del voto preferencial, una de las armas asesinas de los partidos políticos; de la ausencia de elecciones internas, relativizadas al extremo en la Ley de Partidos; y de la falta de financiamiento público de las colectividades políticas y, al mismo tiempo, de la ausencia de regulaciones en materia de publicidad electoral.
Son hijos, cómo no, de otras deformaciones, con más historia a cuestas, principalmente del caudillismo, el mal republicano que Jorge Basadre sujetaba tanto a la permisividad de la sociedad como a la capacidad arrolladora del líder mesiánico. Al fin y al cabo, caudillismo y autoritarismo son caras de la misma moneda.
Finalmente, no son hijos de la política sino de la antipolítica, el paradigma alabado por muchos de quienes ahora llaman a herejía, que premia a los independientes y desconfía de los afiliados y que empuja al poder a los hombres de empresa, formales e informales, más vinculados a sus chequeras que a sus ideas. Por eso será difícil encontrar entre los acusados a fogueados militantes de partidos, de izquierda o derecha, que ya pasaron por el tráfago de la vida partidaria. Al contrario, la mayoría de los cuestionados son la llamada “sangre nueva”, esa transfusión que cada cinco años reclama la fiebre nacional del “que se vayan todos”. El Perú tiene la más baja tasa de reelección parlamentaria de la región.
¿Qué harán los líderes del país con este Parlamento? Ellos los seleccionaron antes del voto ciudadano. Podría ser que no muevan un dedo; hay evidencias de que el sistema se está quedando sin fuerzas para luchar por su transparencia y que la reforma política ha sido abandonada. Aun así, es imperativo que las fuerzas sanas del Parlamento rompan con el pasado. Si no lo hacen, ellas también habrán sucumbido.
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