La
encuesta sobre la segunda vuelta que publica hoy Ipsos no ofrece cambios en las
cifras agregadas respecto de la medición anterior del 19 de abril. PPK y Keiko
obtuvieron entonces 44% y 40%, respectivamente, y en la de hoy (24 de abril)
43% y 39% respectivamente.
1.-
La transferencia. Ya se ha escrito bastante sobre la evolución de ambos respecto del 10 de abril
donde, en votos emitidos, PPK obtuvo 17.2% y Keiko 32.7%. De ese modo, se
confirma una alta tasa de transferencia de votantes de la primera vuelta hacia
PPK de más de 26 puntos porcentuales, más que la transferencia en favor de
Keiko que suma menos de 8 puntos.
Esta
transferencia resolvió una gran parte la discusión que opera en la izquierda,
Acción Popular y el Apra. Los votos empezaron a caminar solos sin necesidad de
pactos o decisiones partidarias, sobre todo en Lima y en las regiones, a
excepción del sur. Esto no solo de debe a la escasa capacidad de endose de
partidos y líderes sino a una racionalidad social más elaborada que lo que
suponían los especialistas y que orientó los votos en la primera vuelta.
En
ella, el peso del antifujimorismo fue relativo; ahora, el principal factor de
movilización del electorado es el antifujimorismo pero no habría que descartar
otros potencialmente efectivos como, “PPK viejo”, “PPK blanco/pituco/lobista” (la estrategia de vargasllosearlo como en 1990),
“PPK débil para tomar decisiones”, entre otros. El fujimorismo está tentando un
leit motiv de la campaña y parece que aún no lo encuentra.
2.-
Los cambios. La encuesta del 19 de abril permitía sugerir que casi todo estaba dicho en Lima
y en el norte, y que la elección se definiría en el centro y sur del país, y en
el Perú rural. La encuesta de hoy introduce otras variables a considerar.
Parece
que se registra un pequeño sismo en el sector A, el territorio de PPK. Allí,
este pierde 4 puntos (baja de 67% a 64%) y también en el sector B baja otros 3, de 64% a 61%) que podría
asimilarse con el margen de error. Por su parte, Keiko baja 5 puntos en C (de
39% a 34%). Así, en A ya se tienen 12 puntos entre blancos, viciados y no
precisa, 13 en B, y 18 en C, 19 en D y 20 en E.
3.-
Desacumulación. Sectorialmente PPK no ha ganado en ningún grupo pero le ha ido mejor en los
desagregados regionales. Ha subido 6 puntos en el centro (de 42 a 48%) donde
Keiko ha caído otros 4 (de 44 a 40%) y tal parece que la disputa en esa zona
del país la está ganando PPK.
En
el sur opera una dinámica extraña. Ambos candidatos desacumulan; PPK cae 4
puntos (de 47% a 43%) y Keiko 3 (de 28% a 25%). Allí se tiene ahora un bolsón
cuantioso de blancos, viciados y no precisa, de 32 puntos porcentuales. Ello
indica de paso varios probables fenómenos alternativos: el sur es no solo es antifujimorista
como se pensaba sino que, al mismo tiempo, su desconfianza frente a los dos
candidatos es sustantiva a pesar de que PPK ha escalado allí desde el 10 de
abril más de 30 puntos porcentuales.
Habría que recordar que en las elecciones regionales y municipales
del año 2014, en el
cercado del Cusco los votos en blanco y viciados alcanzaron 31% y ocuparon el
segundo lugar, al igual que en la provincia del Cusco. En Arequipa los votos
B/V en la segunda vuelta alcanzaron el 28%, y en 19 distritos de esa región los
votos B/V ocuparon el 2% lugar y en otros 8 el primero.
4.- Votos en disputa. Los datos
de Ipsos permiten presumir que por lo menos 4 millones de votos están a la
espera de definiciones, de los cuales 1 millón se localiza en Lima y otro millón
en el sur del país, y que otros territorios de batalla son los sectores D y E. Esta disputa sí parece
reclamar definiciones más precisar de los líderes políticos, sectores sociales, empresariales y medios. Los votos han llegado solos hasta ahí; los que aún no se
definen necesitarán de orientación un tanto más expresa. Según Ipsos, eso le
pide el 28% a PPK y el 18% a Keiko.