Los candidatos llegan agotados al final de la campaña. Los 5 “grandes”
han hecho campaña por lo menos desde agosto, incluidos los procesos internos.
Este es uno de los procesos más largos que recuerdo, siete meses, comparado
quizás con el de 1990 donde se empalmó la elección municipal con la general.
Fuera
de los temas “gas” y “agua”, las últimas semanas no fueron fecundas en
contenidos. Claro que hubo ofertas micro –puentes, carreteras, hospitales y
universidades- que en lugar de diferenciar han igualado a los candidatos. Lo
nuevo no ha sido el software sino el hardware, y hasta eso ha sido limitado.
Quien
cree que los memes y algunos tuits han puesto en la agenda el tema económico,
tiene un problema de percepción. Aun así, se dibujan a rasgos muy generales dos
proyectos de país entre los cinco candidatos, 3 por la preservación de las
reglas básicas de la política y economía y dos por su innovación. En ambos
casos, los matices cuentan, y mucho.
Mis
cálculos en base a una matriz se gastos por candidatos presidenciales y listas
parlamentarias (10 listas completas que compiten hasta el final, 5 completas
que se retiraron hasta 30 días antes, y 2 excluidas de las cuales una sigue en
campaña parlamentaria) arrojan una inversión de entre 100 y 130 millones de
soles promedio, con un rango de candidaturas que van desde “muy pobres”
(Hilario, Yehude, Olivera) a “considerablemente financiadas” (Keiko, PPK, Acuña, Nano Guerra, Alan, y
Barnechea, en ese orden) y al medio otras “poco financiadas” (Toledo, Antero,
Verónika, Cerrón, Urresti, Diez Canseco y Goyo, en ese orden).
Si
se confirman las encuestas que no pueden publicarse –horrenda injusticia- los
antis han tenido cierto éxito para bloquear ascensos. A pesar de ello, es
probable que la distancia entre el primer y segundo lugar sea mayor a 10
puntos.
No creo que la
épica de estos días, con videos y guerra sucia incluidos, influya
mucho en los resultados. Prefiero hablar que en algunos casos las tendencias
se han mantenido y en otros se han detenido. Creo más en el combate casa por
casa que en el efecto masivo de la publicidad tendenciosa que sirve para confirmar
más que para ganar.
Finalmente,
creo que el resultado electoral mostrará un país dividido políticamente, con
territorios volcados en favor de un candidato. Creo que lo mismo pasará con los
sectores socioeconómicos. Si a eso se agrega el hecho de que no se consagrará una mayoría política
o por lo menos una minoría con peso propio suficiente, el retorno de la polarización
será más complejo. El nuevo poder tendrá que parchar más que otras veces, y
pactar, y reformar. Con ganar, no basta, eso será más cierto que nunca.
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