La República
Jueves 10 de marzo de 2011
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/10-03-2011/techos-de-vidrio
En el análisis de las recientes encuestas predomina la idea de que la intención de voto de los candidatos se ha estancado, salvo el ligero incremento de Ollanta Humala. Desde allí se especula que los “grandes” han llegado a su techo electoral o bajado por efecto de las campañas en contra. Una apreciación más cuidadosa puede conducirnos a conclusiones distintas.
Los candidatos que crecieron entre diciembre y febrero lo hicieron a pesar de las campañas en contra y porque impactaron en una parte del electorado con ideas sugerentes. En comparación, los candidatos congelados en ese período o que cayeron solo “vivieron” del consumo de las adhesiones previas a la campaña. A diferencia del 2006, luego de 12 semanas febriles, parece que las contracampañas son el leit motiv de estas elecciones pero su éxito es discutible.
En estos días, más que los candidatos es la campaña misma la que ha llegado a un techo. Todos los mensajes se han agotado, incluso los de quienes se las pasaron en pruebas toxicológicas. No se puede afirmar que no hay ideas en la campaña, pero no tienen la magnitud de lo que el país necesita y demanda. Entre las pequeñas ideas, predominan las metas generales, las ofertas imprecisas, donde el cómo, es decir, la política pública, se encuentra ausente.
En esa dirección, conviene que los candidatos se propongan seriamente relanzar sus campañas y abrir hasta el 10 de abril una nueva etapa propositiva de cara a cambios y reformas. La receta Rendón (tira barro y reinarás) no sirve por ahora. Deberían fijarse en sí mismos y en las grandes ideas que reclama un país que bulle por el cambio político y en donde 4 de cada 10 electores tiene dudas o no ha definido su voto.
Ningún candidato ha caído gracias a la guerra sucia del otro sino por sus errores o, quizás, por su propia guerra sucia. Para este nuevo momento no parece haber techo electoral. Solo hay techo electoral para el mensaje manido. La gobernabilidad del país reclama que quienes pasen a la segunda vuelta alcancen juntos por lo menos dos tercios de los votos y lleven al Congreso bancadas numerosas que eviten la formación de bloques que los excluyan. Así pues, la novedad no está en los números por sí mismos ni en los supuestos techos electorales. Como al inicio de la campaña, lo central son las ideas. O la falta de ellas.
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