lunes, 12 de abril de 2010

Regiones: la política cero

La mitadmasuno
La República
Sábado 10 de abril
http://www.larepublica.pe/la-mitadmasuno/10/04/2010/regiones-la-politica-cero
Por Juan De la Puente
La mayoría de partidos políticos nacionales ha decidido no participar en las elecciones regionales de este año; o participar a medias, escogiendo las plazas donde su concurso sería más auspicioso. No participarán ni en las regiones donde acreditaron la existencia de comités para su inscripción legal. Las razones de la abstención suenan increíbles en quienes, se supone, representan el segmento más consciente de la sociedad: ¿haremos alianzas con movimientos regionales?, y ¿concentraremos esfuerzos donde el partido es más fuerte?
La verdad es otra, el temor a que una exigua votación regional limite sus posibilidades electorales el 2011. Así, establecen dos opciones contrapuestas de modo artificial, jerarquizando dos democracias, una nacional y otra regional, donde ésta es prescindible en beneficio de la primera.
Podría afirmarse que en la base de esta abdicación se encuentran tanto la debilidad del sistema de partidos como la fragmentación regional, fenómenos que algunos analistas consideran asociados a un sistema político demasiado abierto o mal cerrado (Martín Tanaka IDEA; 2009 e IEP; 2005). No obstante, tales variables, exógenas a los partidos, no impiden una apreciación de la racionalidad partidaria actual, culturalmente pragmática hasta el extremo de subestimar los riesgos de su ausencia en las regiones, en un contexto de vasta movilización social y de persistencia de conflictos.
Los partidos nacionales, que colectivamente parieron el actual proceso de descentralización, atraviesan por un proceso de ¿descomprensión? de la realidad que alumbraron o legitimaron. El abandono de las regiones podría llevarlos de regreso, como elite, a la mirada de los dos Perú, esta vez con un fuerte compromiso antipolítico y ¿antirregión? Luego, no habría cómo demandarles una visión del desarrollo regional y de consolidación del Estado desde la perspectiva territorial, una política para enfrentar la pobreza en las zonas rurales ubicadas, precisamente, en la periferia de las regiones, o un compromiso para resolver el déficit de diálogo. Es decir, en el fondo, al practicar una política de diferencia nacional/regional, los partidos están renunciando a ser realmente nacionales. Aún hay tiempo para rectificarse. Las elecciones no son solo votos; son un espacio de diálogo con los ciudadanos y, sobre todo, un hito en la construcción de la democracia.

1 comentario:

  1. Gran tema, lo felcito por sus articulos. Sin partidos no hay democracia sino independenciocracia
    Carlos

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