Por Juan De la Puente
La aprobación del presidente Martín Vizcarra ha caído
17 puntos desde diciembre pasado, 12 de ellos el último mes según la encuesta
de IEP que publica La República, ratificando una tendencia compleja, donde se
mezcla lo coyuntural con lo estructural, como lo habíamos advertido hace
semanas (https://larepublica.pe/politica/1426514-baja-vizcarra).
La misma encuestas entrega razones y efectos
diferenciados de esta caída. La lucha contra la corrupción sigue siendo el
principal atributo de Vizcarra, pero ha dejado de movilizarle apoyos, en tanto
el efecto del referéndum del 9 de diciembre se ha diluido. El 71% cree que
Vizcarra debe seguir luchando contra la corrupción, pero le exige una conducta
estratégica en la lucha contra la inseguridad ciudadana y la prestación de
servicios públicos, sobre todo salud y educación.
El pedido de gobernar a dos manos es directo. Una
caída de 12 puntos en un mes es un empujón fuerte que abre a su vez varias
tendencias. Vizcarra parece embestido por dos oposiciones que se relacionan
pero que son distintas. Unos le piden que se dedique a lo que se llama la
gestión de gobierno (comunicación, obras medianas, éxitos contra el delito),
pero los otros reflejan –y le refriegan- problemas estructurales (grandes
proyectos, abandono, empleo, reducción de la pobreza y anemia, solución de
viejos y nuevos conflictos, sistema político).
Vizcarra parece tener agenda solo para los
primeros, pero no para los segundos. Y también parece que el problema ya no es
solo de mensaje –que sí lo es en gran medida- sino de programa, calado y voluntad
política. Es fácil que la gente sienta que la fuerza con la que el Gobierno se enfrentó a los Cuellos
Blancos sea usada contra todos los cuellos.
Lima ha empezado a abandonar a Vizcarra, pero los
sectores A y B aún se resisten a hacerlo. La débil coalición Vizcarrista –ciudades
y capas medias- que el mismo presidente no quiso ampliar mediante el diálogo
social, cruje. El centro y el sur pasan a la oposición firme (59% y 46% de desaprobación) y los sectores D y E. De ahí a la oposición populista, el que se
vayan todos o el reclamo de la mano dura, solo hay un paso. Ya lo dijimos, si
no quieres en Bolsonaro, haz reformas democráticas.
La encuesta se realiza a 15 días de la designación de
un nuevo gabinete y pone en entredicho el nuevo tiempo que el premier Salvador
del Solar anunciara. Obliga a redefinir esa nueva etapa y señalar sus
atributos. Es cierto que el gobierno está en el centro del escenario, pero a
diferencia del año pasado, es un centro inmóvil que pierde apoyos sociales.
Tiene que moverse.