viernes, 28 de febrero de 2014

La política es irrenunciable

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/la-politica-es-irrenunciable-28-02-2014
La República
La mitadmasuno
28 de febrero 2014
Juan De la Puente
Lo ocurrido alrededor de la reciente crisis ministerial ocasionada por la renuncia del Presidente del Consejo de Ministros y el cambio de gabinete refleja una lamentable derrota de la política en varios sentidos de la acepción, por los hechos que han conducido a la crisis, la forma en que ha sido gestionada y por las consecuencias para el desempeño del gobierno, particularmente el reinicio de un período de mayor confrontación y el riesgo de la reducción del desempeño del Ejecutivo.
En teoría, los gobiernos registran una relación tirante entre las demandas de cambio interno y de eficacia, dos variables del poder que solo la política puede administrar. Se demanda cambios cuando es visible el desgaste en un sector y se hace ostensible que no se podrá cumplir con los objetivos sin que el responsable sea desplazado. Del mismo modo, se reclama eficacia cuando la agregación de errores indica que los propósitos no serán alcanzados sin una nueva conducción.
El equilibrio entre estas variables es más complejo cuando el desgaste es generalizado. En tal sentido, los cambios de ministros suelen ser sinónimos de relanzamiento del gobierno y los nuevos gozan de un período de gracia. Eso sucedió con la designación de César Villanueva y su gestión fue una apuesta política, el elemento que la mayoría consideraba era el déficit del gobierno, a pesar de que su antecesor, Juan Jiménez Mayor, había capeado con habilidad varios meses de polarización extrema. Villanueva parecía tener las cuotas exactas de eficacia y política que todo relanzamiento necesita.
En el nuevo escenario se tiene desde el inicio un premierato debilitado. Lo que sucede en este cargo, el segundo del Ejecutivo después del Presidente de la República, no es de poca importancia. Es el más político de los ministerios, el que responde por el Presidente ante el Congreso y ante la sociedad, y el que de algún modo y en distintas intensidades, es bombero, gestor y escudero.
Celebrar como un logro del nuevo gabinete su condición de tecnócrata, como lo han hecho ciertos comentaristas y ¡vaya! políticos, es increíblemente tonto. Más allá de su errada repulsión de la política, sintetiza una ingenua concepción del poder y del gobierno como una empresa que solo demanda gerentes.
El gobierno necesita llevar a cabo una urgente labor de saneamiento de la figura del Presidente del Consejo de Ministros para evitar un rápido desgaste del gobierno bajo el entendido de que una corta vida del nuevo gabinete tendrá un efecto serio en la operatividad del Ejecutivo. A los sahumadores de los tecnócratas habría que decirles que en cualquier sistema político una alta tasa de rotación de ministros es expresión de ineficiencia  y que la ciencia política no conoce el concepto de “desgaste técnico”. Todo desgaste es político.
Es cierto que el premier peruano no tiene la clásica figura de los premieres de los regímenes parlamentarios y que la Constitución de 1993 le rebaja el perfil en desmedro del Ministro de Economía, el único ministro constitucional.  No obstante, felizmente la Ley Orgánica de la Presidencia del Consejo de Ministros (LOPE), la Ley N° 29158, de diciembre del 2007, ha superado algunos de estos vacíos.
Un premier que no se sienta infeliz desempeñando una función política y al que le dejen trabajar sin interferencia tiene en el gobierno un papel relevante como coordinador de las políticas nacionales y en la conducción de grupos importantes como la Comisión Interministerial de Asuntos Económicos y Financieros (CIAEF) y  la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS). La LOPE le señala otras cuatro funciones que le permiten desempeñar un rol articulador del poder en nombre del Ejecutivo como dirigir el proceso de descentralización, dirigir las relaciones entre el Poder Ejecutivo y los demás poderes del Estado, los organismos constitucionales, los otros niveles de Gobierno y la sociedad civil; promover la participación y concertación sociales en la gestión de gobierno; y coordinar la planificación estratégica en el marco del Sistema Nacional de Planeamiento Estratégico.

martes, 25 de febrero de 2014

La derrota de la política

http://www.ideeleradio.org.pe/web/wNoti.php?idN=9239&tip=especiales
Radio San Borja
25 de febrero 2014
Entrevista en Ideeleradio, que dirige Glatzer Tuesta, de Radio San Borja, sobre la renuncia de César Villanueva al premierato y los cambios en el gabinete.
Ideeleradio.- La salida de César Villanueva del Poder Ejecutivo refleja un achatamiento de la figura del premier, una derrota de la política, y evidencia la dificultad en respetar las formas que son importantes en democracia, afirmó el analista Juan De la Puente.
“Lo que veo en el caso de Villanueva es una derrota de la política, porque él ingresa como premier y como un futuro gabinete en el caso de que se produjera los cambios en la idea de fortalecer el proceso de descentralización, el diálogo político para bajar la polarización, la solución de determinados problemas que pudieran crear una mayor expectativa y una agilización de los proyectos que estaban detenidos”, anotó en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“De modo que esto deja un mal sabor por eso, es una especie de achatamiento de la figura del primer ministro, una derrota de la política, pero también es una evidencia de la dificultad para respetar las formas que en democracia son importantes, y que en determinadas circunstancias hacen también el contenido”, acotó.
El analista señaló, del mismo modo, que el Perú no debe ser un "país bananero", y que, por ello, hay que respetar las formas. Arhumentó que si había incomodidad con la gestión del expremier César  Villanueva, se pudo conversar con él.
“El premier no ha podido construir una relación política al interior del Gobierno, sea por los poderes superfácticos o sea, también, porque no ha tenido la fuerza suficiente al interior del Ejecutivo para promover los cambios y, también, para construir esta relación”, declaró.
“Esto es un problema porque termina limitando mucho en términos institucionales la figura del primer ministro, que ya la Constitución lo tiene limitado, y porque la Constitución le da mucha fuerza política al Ministerio de Economía y Finanzas”, precisó.
Alta rotación de ministros limita efectividad
Existe el riesgo de una larga debilidad en el gobierno de Ollanta Humala, porque la alta rotación de ministros limita su efectividad, aseveró al señalar que el principal desafío del actual Consejo de Ministros será su operatividad.
“Mi preocupación, es el riesgo de una larga debilidad. Normalmente un presidente y un gobierno es un 'gobierno pato cojo', seis meses u ocho meses antes de entregar el cargo, que es lo que dictan las leyes de la política cuando está acercándose la transmisión del mando. Creo que el Perú no puede tener un gobierno con una larga debilidad, porque la alta rotación de ministros implica cambios adentro de cada sector y esto limita la efectividad”, comentó.
“[…] Cinco premieres en la primera mitad de los cinco años, nos hace decir con cuántos va a terminar. Algunos desearían que este sea el último y que haya estabilidad, pero digamos por ahí no va la cosa”, anotó.
El analista explicó, además, que el principal desafío del nuevo Gabinete que preside René Cornejo será su operatividad. Subrayó que es importante que esta se incremente.
“Diría que el principal desafío de este nuevo gabinete es la operatividad, es decir hay que hacer funcionar a los sectores. No sé a qué porcentaje está funcionando el aparato del Estado, pero es muy importante que esto se incremente. Ya no solo hay un tema de relación política con la sociedad, con los otros poderes, sino de manejo de Estado, a lo que conspira esta alta rotación”, declaró.
La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Carmen Omonte, y la ministra de Trabajo, Ana Jara, vienen con demandas regionales y podrían hacer "cortocircuito" con el esquema del Ministerio de Economía que no quiere entregar recursos, aseveró.
“En esta composición [del Gabinete] hay muchos elementos que puedan tironear, porque tenemos dos ministras que traen demandas regionales personales, la ministra de la Mujer, que es representante parlamentaria por Huánuco, y la ministra de Trabajo, Ana Jara, por Ica, y ambas son ministras peleadoras y ahí podría haber un 'cortocircuito' con el esquema de un Ministerio de Economía que no quiere entregar recursos”.
“Una cosa es en el Ministerio de la Mujer y otra en el Trabajo que es más estratégico, que tiene más recursos y demandas y no está obligada a mayor gestión. También es portador de esta demanda regional sobre el Gaseoducto del Sur el nuevo ministro de Energía y Minas, que probablemente no tenga el perfil deseado por el ministerio de Economía y finanzas en general para ese cargo […]”, agregó.
El analista sostuvo, además, que la gestión de Humala Tasso va a requerir más de su bancada, tras señalar que el claro defecto del actual gabinete es que no aparece su perspectiva política. Indicó que el gobierno actual está obligado a ser más eficaz.
“El Gobierno va a tener que esforzarse más, requerir más de la bancada. En los últimos meses la bancada ha suplido muchas ausencias en la arena pública de los ministros, pero esto obviamente no ayuda. Y se podrían producir otros cortocircuitos más adelante. Está demostrado que cada vez la figura del premier es cada menos relevante y el posicionamiento político es importante, sobre todo si va a tener un candidato presidencial para competir en el año 2016. Una cosa es tener un candidato de gobierno cuando el presidente tiene 40% a 45% y otra cosa es cuando tiene el 22%”, manifestó.
“De modo que ya no por la administración misma, sino por el derecho de sobrevivencia está obligado a ser eficaz, a responder demandas ciudadanas, a pelear, contradecir y para eso se necesita un equipo humano que tenga algo de perspectiva política, que lo que advierto como una ausencia fundamental”, precisó.
Finalmente, refirió que desde el periodo en que Óscar Valdés fue premier se ha configurado un escenario donde se visualiza que existen varios poderes al interior del Ejecutivo. Refirió que el presidente Ollanta Humala es parte de esta lógica y actúa como árbitro.
“Hay también otros poderes fuera del Gobierno. No me cabe duda, que los grandes poderes económicos que se preocupan mucho si manda Humala o Nadine, y son los que han evitado la toma de muchas decisiones. Se han configurado estos poderes fácticos que reparten el poder, y Humala es parte de eso y, también, opera como un árbitro”, precisó.
“Me imagino que la designación de este gabinete fue decidido por el presidente y tomando en cuenta estas aristas, creo que la salida de Castilla hubiera dejado mejor al presidente en la idea de que yo estoy mandando. Ahora, daría la impresión de que estaría siendo premiado un acto no de insubordinación, sino de poca lealtad que sale en contra del premier”, concluyó.

viernes, 21 de febrero de 2014

Che, Pinochet o Gandhi

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/che-pinochet-o-gandhi-21-02-2014
La República
La mitadmasuno
21 de febrero 2014
Juan De la Puente
Hablamos de personas. El difícil trance venezolano atrapa no solo a un país y a su sistema político. Ya antes de la batalla en las calles la crisis había descargado sobre millones de mujeres y hombres su potencial violento, especialmente la inseguridad cotidiana y la grave situación económica. En los últimos días, este drama muestra escenas cada vez más trágicas y sangrientas. Es entendible que un país partido en dos mitades, armado y agitado no pueda ofrecernos una sola visión.
Es cierto que allí se libra una disputa por el poder; un régimen que dura 15 años, que ha realizado innegables transformaciones pero que ha perdido la mayoría y las oportunidades es desafiado por una oposición hegemonizada por la derecha, la misma que con su despilfarro y corrupción dio origen a Hugo Chávez hace más de 20 años.
No es la única disputa, porque también se pelea por seguridad y bienestar, aunque ahora toda demanda pasa por el poder. Este ha gestionado brutalmente el conflicto y ha criminalizado todo movimiento crítico, incluso el de los estudiantes que reclaman contra el auge del delito. El gobierno de Maduro ha abdicado de su responsabilidad de garantizar la seguridad de todos, ha convertido en fascistas y golpistas a los opositores y ha dado carta libre a los grupos armados, policiales o parapoliciales para matar. El viejo discurso de la desestabilización, usado en diversa escala para acallar, alguna vez utilizado entre nosotros como en Conga y en Espinar para disparar contra los que reclaman en voz alta.
El relato de esa crisis se encuentra también en disputa, en la palabra y en la imagen. El eje de esta narración encontrada, repleta de deformaciones y medias verdades, es totalmente ideológico en el sentido más determinista posible. En este punto, no impresiona la capacidad de las dos partes para mentir sino la incapacidad de quienes se tragan sus relatos, los hacen suyos y los llevan adelante “contra el enemigo”. El grueso de estas opiniones se resiste al debate, no intentan explicar los sucesos sino aceptarlos o negarlos, sacrificando la verdad por la épica.
En ese contexto nos perdemos de vista otras verdades que el discurso blanco/negro oculta. La primera, la figura de Maduro, una reproducción de Chávez en clave diminuta si nos atenemos a la reflexión de Marx sobre que los hechos y personajes se producen primero como tragedia y luego como farsa. El extremo determinista intenta que no nos fijemos en su gobierno, el más inepto de todos los progresismos de la región en el manejo de la economía y que huye hacia adelante en lugar de disponerse, escuchando a respetables aliados como Lula, a abrir el espacio, bajar las tensiones, defender sus políticas sociales con el dialogo y garantizando la paz.
Otra de las verdades ocultadas bajo la propaganda es el deseo restaurador de una derecha viejísima y patrimonialista. Para ella, la democracia es un escudo de batalla; mayoritariamente añora el antiguo régimen corrupto y suntuario magistralmente sintetizado por Carlos Andrés Pérez. Como sus pares extremistas en nuestro país y otros en la región no logran entender que para millones de venezolanos el chavismo significó una epopeya liberadora de la vieja república.
No es extraño ni casual que en el enconado debate peruano sobre la situación de Venezuela las versiones antiguas de la izquierda y la derecha tengan un punto de encuentro en el tema de los derechos y libertades. Los primeros justifican o relativizan el asesinato de estudiantes porque la revolución debe defenderse y porque el gobierno de Maduro es democrático al haber salido de las urnas (¿Basta eso, o también debe gobernar democráticamente?). Los segundos pugnan por echar a Maduro del poder sin cumplir necesariamente con los estándares democráticos. Vaya que parece que el entonces obispo ayacuchano tenía razón cuando exclamó que los derechos humanos son una cojudez.
Llegado a ese punto, no creo que los venezolanos de hoy, atrapados entre varias violencias y divisiones, necesiten menos derechos  y libertades. No creo que necesiten un Che o un Pinochet, sino un Gandhi.

domingo, 16 de febrero de 2014

No eres tú, soy yo

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/no-eres-tu-soy-yo-14-02-2014
La República
La mitadmasuno
14 de febrero de 2014
Juan De la Puente
El caso Secada se convierte en un pequeño y prometedor laboratorio de política aplicada al remitirnos a la relación entre aquella, los partidos y los políticos, en realidad una correlación entre los llamados inputs de la política, es decir sus actores y estrategias, y sus outputs, sus resultados. Así, nos es posible analizar el caso sin repasar la situación del PPC, la crisis de los partidos que le es inherente y el momento especial que vive lo que se llama política pública.
Lo de Secada era ya un caso antes de saberse de las cuatro denuncias de dos mujeres y su demoledor efecto; su intento de postular a la alcaldía de Lima forma parte del esfuerzo de legitimación de un sector de nuevos dirigentes que ya están en el Congreso y en los municipios, espacios donde tienen un desempeño eficaz y promisorio. De hecho, el PPC y el Apra cuentan con una generación de cuadros entre treintones y cuarentones con experiencia pública que buscan mejorar sus posiciones dentro y fuera de sus partidos.
En el PPC, este sector ha desafiado ciertos cánones, sobre todo el que indica que el relevo de dirigentes es más lento, más negociado y más organizado de arriba hacia abajo. Esta regla no solo fue retada por los jóvenes: la victoria del grupo que lidera Raúl Castro en las internas hace más de dos años fue inesperada y para más de uno se trató de una injusta expropiación y por lo tanto el origen de una visible hostilidad hacia la actual dirección nacional.
Bajo ese marco de presión por el ascenso en un partido abierto y al mismo tiempo estrecho, el desempeño de personajes como Secada genera crisis. El Perú necesita nuevos políticos, Secada lo es, pero no estoy seguro de que sea el tipo de nuevos políticos que se demanda o que el PPC necesite. Tiene a su favor el ser un economista en un partido de abogados, honrado, y el haber procesado una mutación neoliberal, ahora más liberal que neo, pero está convencido que ser “confrontacional” y pedante es una virtud cuando todos los manuales, y el sentido común, indican lo contrario.
El problema no es Secada sino otro, el PPC, su  cultura partidaria y su democracia. Y no es nuevo; el partido tiene tantos ex militantes que con ellos se han hecho cuatro partidos en los últimos 20 años. La razón podría estar en la persistente timidez del proyecto que se expresa en la siguiente ecuación: un gran espacio de centro derecha, un sugerente programa y una práctica política responsable, y todo ello en una organización pequeña. Dicho de otro modo, poco partido para una gran propuesta.
El PPC no tiene corrientes sino familias políticas relacionadas por vínculos variados, entre los que sobresalen la empatía y amistad, las relaciones laborales municipales y, claro, las generacionales. Tiene a su favor que es un partido de iguales o de más o menos iguales, a diferencia de otras formaciones que tienen emperadores o propietarios, donde no hay expulsados sino despedidos. Sin embargo, carece de un estado mayor nacional y de un liderazgo colectivo ambicioso, con el añadido de que la líder que sintetiza su presencia pública no está en funciones.
Me he preguntado varias veces si el PPC, luego de casi medio siglo de vida realizará el salto; su creciente espíritu liberal que desplaza lentamente el talante socialcristiano (por favor, no enviar carta de aclaración), el ensanchamiento de las clases medias objeto de representación y la descomposición de otros proyectos partidarios indicaría que estos años constituyen el momento pepecista.
El PPC es un partido fundamental de la democracia pero necesita ser grande. Encarar el salto implicaría adoptar grandes decisiones internas; algunas se avizoran en los esfuerzos maternos que hace Lourdes Flores para que la campaña interna para la alcaldía de Lima no termine en un suicidio. Sucede, no obstante, que esta interesante movilización parirá un ratón, pues no se concretará en elecciones directas con el esquema de un militante un voto, sino en la elección de delegados que a su vez designarán a los candidatos, el perfecto escenario para el juego de las familias. Todo esto dicho con aprecio.

viernes, 7 de febrero de 2014

Tributo a Torre Tagle

La República
La mitadmasuno
7 de febrero de 2014
Juan De la Puente
http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/tributo-a-torre-tagle-07-02-2014
La sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre los límites marítimos Perú/Chile corona un memorable esfuerzo de la política exterior peruana, quizás el más importante de los realizados entre la segunda mitad del siglo pasado y en lo que va del actual, tanto por los objetivos planteados como por la destreza con la que se encararon. Si existe una figura central en este largo proceso, esta es la diplomacia peruana.
Desde los años ochenta y por 30 años Torre Tagle ha sabido construir y sostener una estrategia que logró sobrevivir las vicisitudes de la política interna. El “memorando Bákula” de 1986, el documento que entregara a la cancillería chilena el embajador Juan Miguel Bákula luego de una visita expresa a Santiago, enviado por el canciller peruano de entonces, no es una causalidad; corta y precisa, sus 936 palabras sintetizan la maduración de la convicción en Torre Tagle sobre la necesidad de resolver definitivamente el más importante pendiente de las relaciones peruano chilenas desde el Tratado de 1929 desde una perspectiva realista, principista, y no revanchista.
En el documento se alude a los ejes de una posición que se mantendrá hasta en la fase oral de La Haya el año 2012, y después: 1) que los acuerdos de los años 50 fueron fórmulas cuyo objetivo era evitar incidentes de pesca; 2) que una interpretación extensiva de estos afectaría los legítimos intereses territoriales del Perú; y 3) que es preciso definir los límites marítimos entre ambos países como consecuencia de la aprobación de la Convención sobre el Derecho del Mar que contó con el voto del Perú y de Chile.
La elaboración y gestión de esto que llamaríamos la visión de La Haya fue posible por la intersección de dos generaciones de diplomáticos, la vieja guardia (a decir de Bákula “la última que puede sentir rencor hacia Chile”) influida por el Tratado de 1929 y las gestiones limítrofes del siglo XX con Bolivia, Brasil, Colombia y Ecuador, y un grupo de entonces jóvenes diplomáticos progresistas y al mismo tiempo “políticos” en el sentido más fiel de la palabra. El fruto de esta intersección fecundó a las dos generaciones siguientes de Torre Tagle.
Esta convicción fue perturbada por la autodenominada etapa “pragmática” de nuestras relaciones internacionales durante el fujimorismo, que atravesaron por el ignominioso despido de 117 diplomáticos en 1992 y las borrascosas Convenciones de Lima, gestionadas chambonamente y que obviamente quedarán en el debe de nuestra contabilidad diplomática. A pesar de ello, siendo justos, en esa etapa también se cerró la frontera con Ecuador en medio de sucesivas crisis políticas luego de la Guerra del Cenepa de 1995.
Fue mérito de Torre Tagle que se mantenga inalterable la visión que nos llevó a La Haya en todos los hitos de este proceso: el mismo memorando (1986); la presentación por Chile de su carta náutica ante las NNUU (2000); el pedido formal de negociaciones bilaterales a Chile (2004); la aprobación por el Congreso de Ley de Líneas de Base del Dominio Marítimo del Perú (2005); la presentación de la demanda y la formación del equipo peruano (2008); la presentación de la memoria (2009); la continuidad del equipo a pesar del cambio de gobierno (2011); y el informe oral (2012).
Debió ser complicado para Torre Tagle lidiar en este punto con políticos y hombres de negocios utilitarios y oportunistas tomando en cuenta que nuestra cancillería es también objeto y escenario, como otras instituciones de servicio público, de rencillas personales y de grupo. El más complejo de los desafíos fue la estrategia de las cuerdas separadas, jaqueada tanto por las decisiones chilenas –por ejemplo su cuantioso equipamiento militar– y por los extremos internos, desde el aperturismo radical y casi antisoberanista que nos proponía huir hacia adelante en materia comercial buscando con el empresariado chileno un lenguaje común ajeno a la política y pasar de las cuerdas separadas a los mundos divorciados hasta la visión militarista que pugnaba por el rearme peruano de cara a la confrontación, incluido el congelamiento comercial.

viernes, 31 de enero de 2014

Patriotismo tardío y tardón

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/patriotismo-tardio-y-tardon-31-01-2014
La República
La mitadmasuno
31 de enero de 2014
Juan De la Puente
Varios comentarios sobre el fallo de La Haya no parecen guardar relación tanto con el sentido común como con el trabajoso proceso realizado por el Perú en demanda de sus intereses territoriales. Estas reacciones son de antología y asumen la expresión de una cultura sobre la que puede entenderse que no sabe perder pero que tampoco sabe ganar. Me refiero a algunos de estos comentarios.
1.) La media victoria. Todo triunfalismo es malsano, en la misma dimensión que el derrotismo. De pronto, los volúmenes de pesca que han quedado en manos chilenas y peruanas terminan siendo lo central del proceso de La Haya y del futuro. Esta visión “pescadocentrista” que reduce inclusive las posibilidades de pesca de solo una especie se presenta tardíamente como patriótica. Luego de 60 años de haber depredado el mar peruano descubre que hay centenares de pescadores artesanales en Tacna sumidos en la pobreza desde hace dos siglos, casi en la misma dimensión que los pescadores de Arica. Los “pescadocentristas” olvidan que el Perú no fue a La Haya por derechos pesqueros sino a reivindicar territorios marítimos que ahora cuentan con un título legítimo. ¿Cómo hacerles entender que los recursos naturales forman parte de nuestros intereses nacionales incluidos en un concepto amplio, que importan todos los días, y sobre los cuales habría que tener una perspectiva estratégica?
2.) La Corte cambió. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) ha sido objeto de encendidas críticas que son naturales en una cultura donde lo fallos judiciales son pasibles de cuestionamiento. Sin embargo, en más de un caso, los detractores han pasado al espanto, iracundos contra su decisión de apartarse de su  jurisprudencia. No obstante, debe advertirse que la CIJ no es una corte nacional y que en los tribunales internacionales la jurisprudencia tiene un uso especial que deviene de sus igualmente especiales competencias. Solo basta reparar en el artículo 38° del Estatuto de la CIJ para entender la formación de las fuentes del derecho a través de sus sentencias y en el hecho de que al reconocer la llamada “frontera tácita” marítima no es la primera vez que La Haya innova sus anteriores sentencias.
En tal sentido, puede entenderse la incomodidad por la decisión de la Corte de fijar una línea paralela de 80 millas antes de fijar una línea equidistante hasta las 200 millas, pero las raíces de esta decisión no habría que encontrarlas en La Haya sino en la política nacional, en sus actos de Estado equívocos en los años 1952 y 1954 y en los 50 años de abandono de territorio que se presume propio. En este caso, el patriotismo debería ser útil para ajustar cuentas internas y no para mirar la viga en el ojo ajeno.
3.) Tacna herida. Pasa lo mismo con la parte del fallo que se presume afecta a Tacna. De pronto, es La Haya y un puñado de jueces extraños los que han impedido que esta región tenga mayores posibilidades de desarrollo a partir de “su” litoral. No son responsables los gobiernos y representantes que desde hace casi dos siglos han olvidado al sur, ni el Estado peruano que se ha quedado en la contemplación del heroísmo tacneño y que, fuera de algunas leyes de exoneraciones tributarias y de facilidades aduaneras, se ha puesto de espaldas a esta frontera igual que ante las otras. El patriotismo tardón no ha reparado aún en que Tacna y Arica han construido desde hace 15 años un camino propio, sin La Haya y sin Lima, con inteligencia y tolerancia y que son, paradójicamente, las primeras regiones en superar de verdad y no solo en el papel al trauma de la Guerra del Pacífico.
Este modo de patriotismo tardío y tardón rasga las banderas de la unidad nacional alcanzada en vísperas del fallo, dándole a este momento y de cara al fallo una mira extremadamente baja, recortando la importancia y la perspectiva histórica de lo que acaba de ocurrir. Resistirse a apreciar el aspecto central de la sentencia, una firme victoria en un tribunal internacional que resuelve una controversia sin una gota de sangre termina siendo, mirado con realismo, nada patriótico.

Una épica sin ideas

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/una-epica-sin-ideas-24-01-2014
La República
La mitadmasuno
17 de enero de 2014
Juan De la Puente
El comunicado de la CONFIEP del pasado 12 de enero ha sido severamente criticado desde dentro y fuera del gremio. No son pocos los ejecutivos de empresas que consideran que el tono y el fondo fueron desproporcionados y poco corteses con un gobierno que se ha prodigado generosamente en favor de las demandas empresariales enajenando inclusive su relación con otros sectores sociales.
El pronunciamiento es ciertamente de antología. Su estilo tremendista junta en un haz un conjunto de problemas políticos en proceso, serios y debatibles, a los que se le adjudica la condición de “hechos” que afectan la confianza empresarial que alteran el clima de inversiones, generando discordia y división. Si se buscaba un ejemplo del discurso trillado impropio de los que hablan a nombre de la empresa peruana, se ha encontrado uno perfecto.
Una de las intervenciones más políticas de la CONFIEP pretende quitar el sentido político de complejos asuntos de Estado que si bien merecen la opinión de todos, incluyendo la de los empresarios, es inadmisible considerar que pertenecen a un ámbito intocable y que por lo tanto sobre ellos no cabe ni la opinión ni la decisión del Estado.
No deja de ser extraño que la CONFIEP haya guardado silencio sobre el alto nivel de confrontación política que se experimenta desde hace casi un año y que en más de una ocasión haya alimentado esta con posiciones radicales. El concepto “ruido político”, aunque muy debatible, que los economistas usan en la medición de expectativas no parece haberlos alterado durante varios meses y solo han reparado en él cuando fueron tocados algunos intereses vinculados a los medios de comunicación. Una vez más se presentan asuntos privados como si fueran de todos.
Sin embargo, quizás no deberíamos preocuparnos demasiado por este comportamiento, en el contexto en que la CONFIEP ha dejado de ser el eje sobre el que gira el temperamento de la empresa peruana. Varias de sus partes tienen una vida propia muy intensa, proactiva y moderna, y pertenecen al segmento moderno de la empresa que a fuerza de los desafíos ofrece una relación más abierta de la sociedad y del Estado, menos patrimonialista y con una visión menos demandante y más colaborativa. Las experiencias de los recientes CADE, los congresos mineros y los procesos de responsabilidad social exponen un desarrollo desigual del quehacer empresarial donde la CONFIEP queda reducida a un papel sindical empresarial duro, a costa de sacrificar su tradicional papel de gremio de gremios.
Este desfase es inevitable en un país en el que el crecimiento segmenta a las empresas y a los sectores de acuerdo al nivel de la inversión y a la conciencia de sus ejecutivos. Un conjunto de empresas cuyo número se incrementa, se apropia de preocupaciones sociales, ambientales, laborales y de innovación tecnológica en beneficio del recurso humano; ese sector procura la toma de posición en torno a las instituciones y la democracia y es más resistente a mezclarse con campañas políticas dirigidas.
Otros países con un mercado menos amplios y diversificados tienen una elite empresarial más articulada y coherente que han sabido dar paso a think tanks orgánicos de la empresa en procura de una visión de país. En El Salvador, por señalar un caso, funciona la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (FUSADES). En el Perú, en cambio, la CONFIEP no ha podido generar un centro de reflexión propio por falta de claridad y de desprendimiento; en el mundo empresarial son conocidos sus problemas de liquidez para los gastos corrientes.  
Un papel de reflexión para y desde el mundo de la empresa lo cumplen en cierto modo exitosas consultoras como Macroconsult y Apoyo y otras empresas especializadas en rubros específicos. No obstante no deja de ser extraño que en un país donde se lleva a cabo una batalla épica entre los últimos bastiones del modelo económico neoliberal y las políticas heterodoxas que embisten el continente hace una década, la defensa de la fortaleza sea tan escasamente organizada, esperanzada en los comunicados.

miércoles, 29 de enero de 2014

Fallo de La Haya es un triunfo. No es salomónico

Declaraciones al programa Ideéleradio de Radio San Borja
28 de enero de 2014
http://www.ideeleradio.org.pe/web/wNoti.php?idN=8986&tip=principal

Ideeleradio.- El fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que define un nuevo límite marítimo entre Chile y Perú no es salomónico, es un triunfo para el país, afirmó el analista Juan De la Puente, tras considerar que esa resolución se debe analizar desde una perspectiva estratégica, histórica y política.
“Cuando uno va a una corte, sea por razones estatales o privadas, plantea una reclamación y, obviamente, espera ganar, sino no pediría a un tercero el pronunciamiento. Y un tribunal de justicia dio un veredicto, en este caso la corte de La Haya, y, evidentemente, en gran medida ha logrado satisfacer las demandas territoriales de Perú, y desde ese punto de vista hemos ganado”, señaló en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Yo incluso cuestionaría el concepto salomónico, porque este concepto se adjudica a un bien en disputa que el juez intenta [beneficiar a todos]. Yo no aplicaría el concepto salomónico, este es un fallo muy favorable al Perú, desde ese punto de vista es un triunfo”, puntualizó.
Fuimos por soberanía y no por derechos de pesca
El analista descartó, en ese sentido, que la sentencia deje al país un sabor agridulce porque no acudimos a La Haya por derecho de pesca, sino para reivindicar territorios y soberanía. Pidió al Perú que no imite la postura chilena que centra su posición en minimizar la pérdida de territorio marítimo en base al aprovechamiento económico de la zona.
“He escuchado voces un poco pesimistas, que dicen que Chile ha conseguido 80 millas paralelas y, luego,  el resto equidistancia como que esto nos deja un sabor agridulce. Yo quiero descartarlo, pasaríamos a la historia como el único país de la tierra que va a un tribunal internacional, que consigue el 70% y la gente cree que ha perdido”, declaró.
“Desde la perspectiva histórica y estratégica, el Perú no fue por derecho de pesca a La Haya, fue a reivindicar territorios, soberanía y derechos. Si es que en el razonamiento de la Corte y el razonamiento de la parte chilena hay una valoración tan excesiva respecto al beneficio o no de los pescadores, nosotros no podemos imitar esa lógica”, manifestó.
Ninguna región tiene mar propio
Finalmente, consideró que se debe tomar en cuenta que el mar peruano es uno solo, ya que ninguna ley atribuye un “mar propio” a determinada región, al hacer referencia al malestar de Tacna. Remarcó que el fallo debe ser visto desde una perspectiva estratégica, histórica y política.
“Tenemos en el 52 y el 54 acuerdos de pesca con Chile y, finalmente, el Estado Peruano tiene la obligación de indemnizar y ayudar a aquellas poblaciones que podrían sentirse no beneficiadas, pero que quede claro que hemos ido por reivindicaciones territoriales”, aseveró.
“He escuchado conceptos como que Moquegua tiene más mar que Tacna, perdón, el mar es un solo. Ninguna ley peruana, la Constitución o la ley de regionalización señalan que alguna de las 10 regiones con litoral del Perú tiene un mar propio, entonces hay que razonar desde una perspectiva estratégica, histórica y política”, concluyó.
Reconoce labor del Servicio Diplomático  
La sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el diferendo marítimo entre Perú y Chile favorecerá la popularidad del presidente de la República, Ollanta Humala, estimó el analista político, tras resaltar el rol que cumplió el Servicio Diplomático y, en particular, la labor del excanciller Rafael Roncagliolo en la ratificación del equipo jurídico del Perú en La Haya.
“Es evidente que esto favorece al presidente Humala y para un sector él es un primer ganador en términos personales. No obstante, sería injusto no reconocer que este es un proceso por el cual han atravesado tres presidentes, Toledo, García y Humala y más una institución como la Cancillería y, en esto, en los reconocimientos, no tendríamos que ser mezquinos y [habría que reconocer el trabajo] del Servicio Diplomático del Perú y de los cancilleres que hemos tenido”, declaró en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Yo creo que el excanciller Rafael Roncagliolo jugó muy bien las cartas de la continuidad, porque en la segunda vuelta electoral jugaron contra Humala y ya de cara al futuro, Humala tuvo el gesto republicano, y en eso Roncagliolo jugó un papel importante de plantear una línea de continuidad, ratificar a la gente y poner como coagente al canciller del gobierno anterior [José Antonio García Belaunde] y vestir mejor el equipo jurídico en La Haya, incorporando también al ex canciller Manuel Rodríguez Cuadros”, puntualizó.
“Hay un momento que es político y emocional que durará aproximadamente dos semanas o tres semanas, pero creo que en esta etapa lo más importante es sentirse más que triunfadores, digamos satisfechos. No vaya a pasar como en otros episodios; ayer viendo un poco la televisión me pareció que era un poco así, que los chilenos estaban haciendo los esfuerzos por no sentirse perdedores, y muchos peruanos estaban haciendo los esfuerzos para no sentirse ganadores, lo cual me parece esquizofrénico”, expresó.
“Hay una segunda parte que es la parte de ejecución del fallo y en esa es una parte que también requiere unidad nacional. Nosotros hemos tenido en este tema diez meses de dura guerra política, una alta polarización y hemos logrado aislar con mucho esfuerzo una especie de consenso para este asunto”, acotó.

viernes, 24 de enero de 2014

Heraldo Muñoz, el nuevo canciller chileno y el Perú

El designado canciller chileno Heraldo Muñoz, que iniciará sus funciones el 11 de marzo con el gobierno de la Presidente Michelle Bachelet es un sagaz político y un hábil conocedor del Perú. Su relación con nuestro país data de los años 70 cuando en su condición de dirigente del Partido Socialista tomó contacto con organizaciones de la izquierda peruana en el marco de la lucha contra la dictadura de Pinochet. Hasta 1986 fue secretario de relaciones internacionales del Partido Socialista, luego fundador del Partido por la Democracia (PDPD) junto a Ricardo Lagos, y miembro del comando ejecutivo del No en el plebiscito de 1988.
Durante los gobierno de la Concertación desempeñó cargos que siempre lo tuvieron cerca de las relaciones peruano/chilenas. Fue Ministro Secretario General del Gobierno (2002-2003) y antes Subsecretario de Relaciones Exteriores (2000-2002), en el gobierno de Lagos. También fue embajador de Chile en Brasil (1994-1998) ante la OEA (1990-1994) y ante las NNUU (2003-2010).
Desde mayo del 2010, fue Subsecretario General de la ONU y jefe para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En esa condición vino varias veces al Perú; una de ellas fue como representante del Secretario General de NNUU Ban Ki-moon a la toma de posesión del Presidente Ollanta Humala el 28 de julio del 2011. Con el Presidente Humala se ha reunido varias veces y ha compartido con él actos públicos. Tuvo igualmente una relación cercana con el canciller Rafael Roncagliolo.
Poco antes de la segunda vuelta electoral del 2011, Muñoz salió al paso de las visiones catastrofistas que auguraban que un triunfo de Humala llevaría al Perú al regazo de Hugo Chávez, Durante un viaje a España declaró que no se debería descartar que el entonces candidato nacionalista Humala pueda convertirse en el “Lula” peruano. Dijo que no creía que las elecciones peruanas puedan tener un “efecto particular” en las relaciones y equilibrios políticos de los países de Sudamérica y aseveró que lo que hay en América Latina es diversidad.
En noviembre del 2012, participó en Lima en la presentación del Cuaderno la Protesta Social en América Latina, documento elaborado por el Proyecto de Análisis Político y Escenarios Prospectivos (PAPEP) de PNUD. Allí dijo que el conflicto social no es negativo y que detrás de estos conflictos hay deterioros reales de la calidad de vida de la gente, que tiene que ver con postergaciones, como la educación, por ejemplo, la carga histórica de la desigualdad.
También estivo en Lima en noviembre del año pasado para presentar el Informe Regional de Desarrollo Humano (IDH) 2013-2014 "Seguridad Ciudadana con rostro humano: diagnóstico y propuestas para América Latina. En esa oportunidad cuestionó las políticas de “mano dura” contra el crimen y dijo que cada país se necesita un Acuerdo Nacional por la Seguridad Ciudadana en el que participen desde los gobiernos y los partidos políticos a la sociedad civil, de modo que la seguridad no se vea politizada y se transforme en una política de Estado.
Muñoz es el canciller ideal para este momento de la política internacional chilena que sin duda será jalonada por el fallo de La Haya, el 27 de este mes. Es un negociador hábil y se relaciona con facilidad con las diversas tendencias de la política regional. Junto a José Miguel Insulza son los chilenos más experimentados en la política internacional; fue facilitador de las consultas sobre la reforma del Consejo de Seguridad (2007-2008) de las NNUU y Presidente del Consejo de Seguridad de la ONU (2004). En el Consejo de Seguridad, también presidio el Comité de Sanciones contra Al Qaeda y los Talibanes (2003-2004). En febrero de 2009, Ban Ki-moon lo nombró Presidente de la Comisión de Investigación sobre el asesinato de la ex-Primera Ministro de Pakistán Benazir Bhutto, responsabilidad que ejerció hasta su término el 15 de abril de 2010.

viernes, 17 de enero de 2014

Gatillo fácil quiere más sangre

http://www.larepublica.pe/columnistas/la-mitadmasuno/gatillo-facil-quiere-mas-sangre-17-01-2014
La República
La mitadmasuno
17 de enero 2014
Juan De la Puente
Dispare primero, pregunte después. La Ley N° 30151 que exime de toda responsabilidad penal a policías y militares que causen lesiones o la muerte a terceros en acción de servicio, aun cuando el uso de sus armas no se realice en forma reglamentaria, es una nueva evidencia de la ruta que ha tomado la lucha contra el delito en el Perú, asumida abiertamente como una respuesta violentista a la violencia del crimen, una receta ya conocida en la región y en el país, sin resultados exitosos.
El gatillo fácil tiene en el Perú casi 20 años. En los años noventa se abrió la ruta del populismo penal a través de normas teóricamente orientadas a enfrentar el incremento de los delitos violentos, especialmente los secuestros. Estas leyes, varias de ellas dictadas al amparo de la delegación de facultades del Congreso, significaron el inicio de las restricciones al derecho de defensa, la limitación del amparo y del hábeas corpus, la imputación de los adolescentes y la posibilidad de que estos puedan ser procesados en tribunales militares. Fueron los años en que se crearon discutibles figuras jurídicas como la del terrorismo agravado o el pandillaje pernicioso.
En aquel momento, los especialistas tuvieron una respuesta unánime de rechazo al giro que se había operado. No obstante, el incremento de la inseguridad ha relajado la doctrina y relativizado las prevenciones de un sistema que necesita combatir la delincuencia desde la justicia y la razón. Los sucesivos cambios en la legislación penal desde el 2001 han configurado un movimiento estatal de mano dura contra el delito que se activa con facilidad. La Ley N° 30151 fue aprobada por una amplia mayoría, al igual que otras normas de incremento de penas, limitación de beneficios penitenciarios, facilidades a la policía para asegurar las pruebas en la escena del delito o levantar cadáveres sin la presencia de un fiscal o juez, y de disminución de la edad mínima de imputabilidad penal.
Para ser sinceros, el gatillo fácil estatal se alimenta mutuamente con la visión de mano dura predominante en la sociedad. Cuando un grupo de policías en Trujillo organizaron hace años un escuadrón de la muerte para ajusticiar a por lo menos 56 supuestos delincuentes, una encuesta de Ipsos Apoyo (diciembre de 2009) recogió que el 47% se mostraba de acuerdo con esta forma de enfrentar a la delincuencia. De hecho, otros sondeos indican que la población simpatiza ampliamente con la pena de muerte, la castración de los violadores, la eliminación de los beneficios penitenciarios, el trabajo forzoso y rapado del cabello de los internos y en general con toda medida radical contra los que violan la ley.
El gatillo fácil se alimenta de la sangre y pide más, sobre todo porque esa forma de abordar el delito es un perfecto fracaso aunque sus promotores, mecanizados y faltos de imaginación, se nieguen a reconocer que la crisis de la seguridad es el resultado de casi 20 años de esas políticas de mano dura. De hecho, el escuadrón de la muerte de Trujillo se formó el 2007 poco después de la promulgación del Decreto Legislativo N° 982 que exime de responsabilidad penal a los policías que en cumplimiento de su deber y en uso de sus armas en forma reglamentaria causen lesiones o muerte.
Matar al delincuente más que al delito es un paradigma vigente en nuestro país, y es profundamente atrasado en relación con políticas criminales más modernas garantistas y sobre todo eficaces. La impunidad de los guardianes ha sido siempre el inicio del fin de la interdicción de la arbitrariedad de los actos del poder, un retroceso de la tendencia histórica que busca limitar el abuso de los encargados del orden.
Una sociedad que cree que los delincuentes no merecen vivir revela mucho más que el populismo penal. Desnuda por ejemplo la incapacidad de las autoridades para entender las razones del origen del delito y ello explica la serie de errores y fracasos en materia de seguridad ciudadana. De leyes restrictivas y violadoras de derechos que luego se vuelven contra los ciudadanos tenemos muchas. Sobran amenazas,  faltan resultados.